El Six Kings Slam, esa exhibición con premios millonarios que tiene lugar en Arabia Saudí y que ha reunido en Riad a seis de los mejores tenistas del mundo, tenía un regalo preparado, el duelo entre Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, el último que van a disputar. Desde que el de Manacor anunciara su retirada de las pistas dentro de un mes, tras la final a 8 de la Copa Davis de Málaga, solo quedaba una oportunidad para verlo antes de esos días, este evento. Y la leyenda, pese a perder, no ha defraudado.
Rafa llevaba meses sin pisar una pista, en concreto desde los Juegos Olímpicos de París 2024, cuando cayó en cuartos del torneo de dobles, precisamente contra Alcaraz. Pero ahora tenía un nuevo reto en este duelo de semifinales. Nadal ya tenía asegurada su presencia, mientras que el murciano venció ayer a Holger Rune cómodamente. En la otra semifinal, Jannik Sinner ha vencido a Novak Djokovic en un partidazo, lo que ha generado que no se vayan a enfrentar las generaciones. Y es que Carlos Alcaraz no ha tenido la más mínima piedad de su ídolo, y ha pasado por encima de un Nadal, que eso sí, ha dado una versión de sí mismo muy correcta, y que invita a soñar con que pueda ser competitivo en la Davis.
Un ciclón desde el inicio
El sorteo lo ganó Alcaraz, que eligió restar, y es que tenía muy claro lo que iba a hacer, salir a presionar. Al balear le podía pesar la inactividad en los primeros compases, y efectivamente, así ha sido. Un ciclón murciano, que ha roto en blanco. Y a partir de ahí, aunque Rafa poco a poco ha ido cogiendo el tono, asegurando sus saques gracias a buenas voleas y aguantando con bastante comodidad la mayoría de intercambios, pero cuando su rival era capaz de subir una marcha, no era capaz de seguirle el ritmo. Aunque realmente, apenas hay unos pocos -muy pocos- que son capaces de hacerlo en la ATP.
Y ese ‘break’ inicial le ha permitido al de El Palmar cerrar el set por 6 a 4, pero por el camino, un sinfín de bolas imposibles, derechas ganadoras, dejadas e intercambios larguísimos, en los que el ganador de 14 Roland Garros trataba de darle peso a la bola, pero en una pista tan rápida como la ‘The Venue’, valía para poco.
Y en el segundo set ha seguido la dinámica, con Rafa cerrando su primer saque cómodamente e incluso apretando en el de Alcaraz, pero en el cuarto juego ha sucedido lo inevitable, dos golpazos del número 2 del mundo para conseguir una bola de break que aprovechó, y no solo eso, si no que confirmó en blanco, para ponerse con 4 a 1 y casi asegurar la victoria.
El mejor Nadal, a la desesperada
Si algo ha tenido la carrera de Rafa Nadal ha sido épica, y lo ha intentado. Nada más estar en ese punto, ha hecho su mejor juego del partido, para con cuatro golpes ganadores, algunos increíbles, y con sus derechas más rápidas de todo el duelo, una buena muestra de que no está tan mal como parece. Y es que su versión ha sido buena, pero lo que tenía enfrente era un Everest. De hecho, con 4 a 2 se ha acercado al break, pero ahí, una defensa antológica de Carlitos y un ace, han cerrado la posibilidad.
No ha podido cerrarlo Alcaraz al resto, gracias a que Rafa seguía en ese buen momento, pero con su saque, pese a que casi se lleva un susto en forma de bola de break, con la leyenda crecida entre gritos de ‘Rafa, Rafa, Rafa’, de los 7000 espectadores, ha sido capaz de hacerlo. Un 6 a 3 que le mete en la final, en la que se medirá a Jannik Sinner, mientras que Rafa Nadal y Novak Djokovic jugarán su último partido entre sí. Y no se puede dejar pasar, que el 19 de noviembre, empieza la Copa Davis y esta vez Nadal y Alcaraz compartirán equipo.