Su palmarés deportivo es impresionante, dos veces campeona olímpica, tres veces campeona mundial y tres veces campeona de Europa, Theresa Zabell fue y es la primera de muchas. Además de sus hitos en vela, fue la primera vicepresidenta del Comité Olímpico español y diputada del Parlamento Europeo. Su ejemplo diario sigue derribando barreras y allanando el camino a las generaciones venideras, ahora liderando el deporte desde la gestión. Presidenta de AEMED, la Asociación Española de Mujer Ejecutivas y Deporte y de la Fundación Ecomar, vive con un lema por bandera “Cuida los dos únicos sitios de los que no te puedes mudar jamás, tu cuerpo y tu planeta”.
Theresa, hoy es relativamente común, pero a principios de los 70, las niñas no solían hacer su propia revolución, ¿no?
Claro, la revolución y la reivindicación. Yo me crié en una familia de seis hermanos, donde tan solo éramos dos chicas, mi hermana nació bastante más tarde, que es la pequeña, con lo cual yo crecí rodeada de chicos. Y en esas condiciones pues o te haces fuerte o no sobrevives. Pero en el colegio cuando me portaba bien me ponían hacer las labores, y cuando me portaba mal, me mandaban con los chicos, que era lo más divertido. Portarse mal era como ver el cielo abierto.
“Quería estar dentro de la tele en los Juegos Olímpicos y no sentada en el sofá, viéndolos”
¿Cómo supo que quería ser deportista profesional?
A mí el deporte me encantó desde siempre, desde muy pequeña. Yo descubrí los Juegos Olímpicos con 11 años sentada delante de una televisión. Esa misma tarde yo ya sabía lo que quería conseguir en la vida. Quería estar dentro de la tele en los Juegos Olímpicos y no sentada en el sofá, viéndolos. Eso fue definitivo para mí, aunque todavía no había empezado a navegar ni a competir con esa edad. Pero sí tenía fijado en mi mente que algún día yo quería conseguir eso.
Lo fijó muy bien porque ¡vaya si lo consiguió!
Sí, sí, pero cuando cuentas lo que quieres conseguir y cómo lo decides y el resultado final es público, o ya se sabe parece fácil. Pero fue muy diferente. Entre otras cosas porque mis primeros Juegos, podían haber sido Los Ángeles 84, que yo tenía 19 años, ya competía a nivel internacional, estaba entre las 10 primeras era un momento perfecto para estrenarme en unos JJOO. Pero la realidad es que los vi otra vez por la tele porque no había eventos para mujeres en la mayoría de los deportes, en algunos sí como atletismo, natación, gimnasia. Pero no en la vela desde luego no. No fue hasta los siguientes cuando se creó una categoría femenina.
Y eso le llevó a vivir a Barcelona y empezar un camino olímpico
Sí. Yo me voy a vivir a Barcelona porque en Andalucía no había vela olímpica, digamos. Entonces si querías crecer, había que dar el paso. Mi primera oportunidad fue Seúl 88, pero a pesar de ganar la selección para ir a los Juegos, cuando salió la lista de convocados me quedé fuera. Y aquello fue el revés más grande en mi vida deportiva. Durante varios meses lo llevé, lo llevé muy mal, no quise navegar. Quise cómo cambiar de rumbo, me fui a acabar mis estudios a Londres, pero estando allí empecé a recapacitar y a pensar que mi sueño aún podía ser realidad. Volví y lo hice mentalmente mucho más fuerte.
Cuando ganó el oro en Barcelona se convierte en la pionera para muchas cosas en el mundo del deporte. Como ser la primera vicepresidenta del COE. ¿Cómo fue esa transición de la excelencia en la vela a los despachos?
Durante mi vida deportiva ya me erigí un poco en no voy a decir defensora de los deportistas, era un poco la que ponía voz a los deportistas de cara los dirigentes. Trasladaba lo que deportistas opinábamos y que creíamos que tenían que ser un poquito diferentes, como por ejemplo el Plan ADO.
Era un método muy exigente a la hora de valorar si al año siguiente volvías a tener tu beca, que al final era tu sueldo, y si no estabas entre los 8 primeros del mundo, cada año no te correspondía. Yo tuve la suerte de poder cumplir objetivos que se llamaba todos los años. Pero había compañeros que no los cumplían, compañeros que a lo mejor eran campeones olímpicos y de repente un año, en el campeonato del mundo o el de Europa pinchaban y se quedaban sin ayuda.
“Me ofrecieron una beca personal pero la rechacé. Dejé mi etapa olímpica con la esperanza de que todo cambiase”
Para mí, la gota que colmó el vaso fue al ganar mi segundo oro en Atlanta. Yo tenía claro que quería ser madre. Entonces Olympia nace en 1997 y desde el Consejo me insistieron mucho de que de que volviese después de ser madre, que me iban a apoyar y que confiaban en que pudiese llegar a Sidney y ganar medalla y yo también estaba convencida de que él lo podía hacer. Así que tuve a mi hija y volví a navegar. Pero en el campeonato del mundo quedé novena por un punto.
Y las becas eran para las 8 primeras. Me ofrecieron una beca a mí a título personal y yo la rechacé. Era injusto, pero igual que cuando un hombre se lesiona. No quise beneficiarme yo, quería que cambiase a nivel colectivo. Así que Y ese día colgué las botas, como dicen los futbolistas, con la esperanza también de que eso sirviera para que todo cambiase.
Aunque el cambio tuvo que ser ya desde los despachos…
Si, me fui a Madrid, fundé primero la Fundación Ecomar, y a los pocos meses es cuando el deporte va a entrar a formar parte de las instituciones comunitarias y me llaman para ir al Parlamento Europeo. Entonces yo fui diputada europea 5 años. Metiendo el deporte dentro de de las instituciones comunitarias.
Después de 2007 a 2014 fui Vicepresidenta del COE además de estar en la Junta técnica de las becas ADO. El mundo ha cambiado mucho y afortunadamente se han dado muchos pasos en el tema de la maternidad en el deporte. Hablaba con Raúl Chapado, presidente de la Federación de Atletismo y de cómo la federación ha sabido entender por ejemplo el caso de Ana Peleteiro para darle las facilidades de que pueda ir a las competiciones, si lo necesita, acompañada de su hija.
Y unos años después de la vicepresidencia del COE llegó la presidencia de AEMED. ¿Qué es lo que busca la Asociación?
Aemed nace entre varias mujeres que somos del sector del deporte, detectamos la escasez de mujeres en los puestos de dirección en el sector deportivo y de que esto ocurría porque faltaba capacitación. Entonces nos pareció que una buena manera de aportar una solución a este problema era capacitar a esas mujeres para que se sintieran más empoderadas a la hora de de ocupar esos puestos. Esto es lo que llevamos haciendo ya 3 o 4 años.
Vamos haciendo estudios, estamos también en un momento de ver cómo podemos crecer esto para que entren mujeres un poco en todo tipo de estamentos deportivos, no solo en las instituciones, federaciones, clubes… Realmente este sector es increíblemente grande. Y esta es una tendencia a la que irán llegando absolutamente todas las empresas, también las del sector del del deporte.