Bego García: “Mi hija aún no ha nacido y ya es olímpica”

Bego García disputó los pasados Juegos Olímpicos de París embarazada de dos meses sin que, ni el seleccionador, ni sus compañeras sospecharan nada

Begoña García, en los Juegos Olímpicos de París. @begogrc

La probabilidad de que un deportista vaya a unos Juegos Olímpicos es ínfima. El esfuerzo que supone prepararse al máximo, durante 4 años, hasta que llega el ansiado momento es titánico. Por ello, un deportista olímpico se prepara minuciosamente para tenerlo todo bajo control, pero, a veces, la vida tiene otros planes, sino que se lo digan a Begoña García.

Begoña García, más conocida como Bego, es una intocable de la Selección española de hockey hierba desde hace más de 10 años. Habiendo disputado ya los Juegos Olímpicos de Río y los de Tokio, en 2022, decidió darse un respiro y dejar de jugar en el conjunto nacional para poder centrarse en su vida laboral.

Tras un año en el que la aragonesa ‘tan sólo’ jugaría con su club, las dudas sobre qué hacer con la Selección rondaban su cabeza, “ese año me planteé dejar la Selección definitivamente, pero era raro porque no sentía que me hubiera despedido y, encima, sólo quedaban 2 años para los Juegos, que no es mucho. Yo estaba dudando y me llamó el seleccionador diciendo que se había enterado de que quería volver. Me dijo que no tenía el puesto asegurado, pero que si quería volver podría, pero que tendría que ganarme mi puesto. A mí esa llamada me sirvió de motivación y decidí que querría volver a la Selección, y así se lo hice saber: me gustaría volver a jugar unos Juegos y despedirme allí de la Selección”.

Volver a su mejor nivel, su motivación

A Bego no le gusta que le regalen nada y, aunque anteriormente siempre había sido una de las intocables en la Selección, quería demostrar su valía y volver por méritos propios. Y así lo hizo.

Su incansable trabajo y su motivación por disputar sus terceros Juegos, hicieron que Bego volviera a su mejor nivel y recuperara su puesto en el conjunto nacional.

Con la mirada ya puesta en París, y a tan sólo un mes del acontecimiento deportivo más grande del mundo, Bego empezó a sospechar que algo en su cuerpo no estaba como siempre y, estando jugando un torneo con la Selección, decidió engañar a su compañera de habitación y acudir a una farmacia. “Me fui a una farmacia a comprarme un test de embarazo, tuve que decir que me iba a por unas cremas. Ahí es cuando me enteré de que estaba embarazada. Encima yo estaba sola porque Álvaro (su pareja y el capitán de la Selección masculina de hockey hierba), estaba en Londres jugando otro torneo. Seguí disputando el torneo, bastante tranquila, porque pensaba si ayer jugaste y anteayer también, pues hoy igual”.

España ganó esa Nations Cup, torneo que servía también como una preparación para la cita olímpica, sin saber que en ese equipo había un integrante más. “No se lo dije a ninguna de mis compañeras, ni a mi cuñada (hermana de Álvaro), que también juega en la Selección. Me daba apuro contárselo a ellas porque, entrenando, vamos al choque fuerte y no quería que conmigo fuera diferente, no quería que estuvieran influenciadas y conmigo fueran más flojo”.

Bego volvió más que satisfecha con su papel en la Nations Cup, pero tenía una duda que le atormentaba, a poco más de un mes para el estreno de los Juegos, no sabía si podría llegar.

Su condición física en los Juegos, la gran duda

Tanto Álvaro como Bego pensaron que, ir día a día sería lo mejor, ir viendo cómo se encontraba ella y lo más importante, seguir sin contárselo a nadie. “Lo que más me agobiaba era saber cómo iba a estar físicamente en mes y medio, cuando comenzaran los Juegos. Me daba miedo estar en la lista, que salía un mes antes, y después encontrarme mal a causa del embarazo y no poder jugar”.

Me planteé alguna vez no ir a los Juegos, pero pensaba, si me encuentro bien, ¿por qué los voy a ver sola en la televisión?”. La zaragozana tenía entre ceja y ceja estar en París y, con el beneplácito de su ginecólogo, no faltó a su tercera cita olímpica. “Al ginecólogo le conté que me estaba preparando para ir a los Juegos y que estaba entrenando muchísimo. Él me dijo que el deporte no iba a afectar en el embarazo, que si ya estaba acostumbrada a entrenar así no tendría ningún problema. El único peligro era si me daban un golpe. En el hockey, además, hay muchos golpes, yo me he roto dedos, la nariz, me he abierto la ceja…pero justo en la barriga no me había pasado nada. Pensé ya sería mala suerte que me dieran justo ahora, pero el riesgo estaba ahí”.

Bego y Álvaro posando con los anillos olímpicos en París.

Su embarazo fue el secreto mejor guardado

No lo sabían ni nuestros padres, antes de ir a los Juegos se lo contamos a mi suegro, por si pasaba algo, que alguien supiera que estaba embarazada. Estuve a punto de decírselo a mis padres, pero luego pensé, mi madre se va a volver loca viéndome jugar sabiendo que estoy embarazada, se hubiera vuelto loca”.

Bego volvió a ser una más durante los Juegos, justo lo que ella quería. España llegó a cuartos, donde cayó ante Bélgica, pero ese día no iban a ser todo lágrimas de tristeza. “Cuando nos eliminaron en los Juegos, el mismo día, se lo conté a mis padres y a mi suegra, que estaban en París y poco a poco lo fuimos diciendo. Todos alucinaban, la gente me decía, pero si ayer estabas jugando y hoy me dices esto. Lo tuve que decir porque ya no me aguantaba más. Mi suegra se pensaba que me había enterado ahí, en París, y que la ecografía era de ese día. Todos me decían que menos mal que no lo sabían porque habrían sufrido mucho viéndome jugar”.

Defender los penaltis córner, su mayor preocupación

“En los penaltis córner (las jugadoras salen de la portería a defender corriendo mientras su rival lanza desde 10 metros), yo era la primera en salir, comprando todas las papeletas para que el bolazo me lo dieran a mí y, tras enterarse, todas me decían, pero cómo te ponías ahí. Yo pensaba, pero y qué hago, no puedo decir no, a mí no me pongas a defender y no contar el motivo. La verdad que es algo que, si hubiera podido, lo hubiera evitado, aunque en el momento no pasé miedo. Mi cuñada, que tenía algunas sospechas pensaba, a ver no puede estar embarazada porque está saliendo de uno (la primera que sale a defender estos tiros). Luego al decírselo me dijo, si me hubieras avisado habría salido yo”.

“Cuando el seleccionador se enteró me decía, si lo hubiese sabido a lo mejor algún día de físico duro te lo hubieras ahorrado y yo le decía, es que yo quería estar en las mismas condiciones que mis compañeras. Si me seleccionaban, sin saber nada, es que estaba rindiendo como las demás, es que lo merecía”.

Compaginar la maternidad con el deporte, su próximo objetivo

Bego jugó sus últimos partidos como internacional como quería, siendo una más del equipo y sin haber tenido ninguna distinción por haber estado embarazada. Además, hoy dice con mucho orgullo que “mi hija aún no ha nacido y ya es olímpica”, una frase de la que, me atrevería a decir, casi nadie puede presumir.

Tras los Juegos, la aragonesa, volvió a entrenar con su club, esta vez siguiendo un plan específico. Tiene claro que quiere compaginar la maternidad con el deporte a alto nivel, aunque ya habiendo dejado la Selección. La pequeña Sofía aún no lo sabe, pero, en febrero, habrá una olímpica más en el mundo, porque sí, ella también estuvo, emulando a sus padres, en París 2024.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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