Bárbara G. Vilariño: “El COI va un poco por detrás de la sociedad”

La Federación Internacional de Atletismo impone una insólita norma sobre la sexualidad que ha suscitado una nueva polémica, ¿es esta norma discriminatoria?

Caster Semenya durante los Juegos Olímpicos de Rio 2016. @diarioas

A raíz de la nueva normativa establecida por la Federación Internacional de Atletismo que obligará a las atletas a someterse a un test genético basado en muestras de saliva o sangre, que identificará sus cromosomas (XX o XY) y determinará si su organismo es sensible a los efectos de la testosterona, Artículo14 se ha puesto en contacto con Bárbara G. Vilariño, miembro de ADI, la Agrupación Deportiva Ibérica que se ha posicionado en contra de estos exámenes de sexo, por encontrarlos discriminatorios.

¿A quién afecta esta norma?

El atletismo, al aplicar esta norma, será la primera gran federación que reintroduzca los exámenes de sexo antes de una competición. Esta prueba se realizará una vez en toda la carrera deportiva y definirá si la atleta cumple con las condiciones biológicas para competir en categoría femenina.

Con ello, habrá dos grupos específicos que serán los grandes afectados. Las personas nacidas hombres que hayan transicionado a mujer, como es el caso de la nadadora americana Lia Thomas y las personas con diferencia de desarrollo sexual (DSD), es decir las personas consideradas mujeres desde su nacimiento pese a sus cromosomas XY, como es el caso de Imane Khelif y Caster Semenya, ambas campeonas olímpicas.

Dos prodigios genéticos

El caso de Semenya siempre ha sido más que polémico. Haber nacido con unos niveles elevados de testosterona, le daba ventaja sobre sus rivales, pero esa ventaja genética es algo ‘natural’ que ocurre en todas las disciplinas.

“Entre las propias mujeres cis ya hay una variabilidad enorme. Simone Biles es una mujer totalmente cis y es genéticamente superior a sus rivales, pero no se le pone en duda. En el caso de Semenya no pasa esto porque tiene una expresión más ‘masculina’, es visualmente más fuerte a sus competidoras y se percibe de una forma totalmente distinta. Semenya está en el punto de mira y Simone Biles no, cuando a nivel de rendimiento deportivo Simone Biles lo ha ganado absolutamente todo. Hay que aceptar la variabilidad humana, porque tanto Simone como Semenya son dos prodigios genéticos”, comenta Bárbara G. Vilariño, responsable de vocalía de comunicación de ADI.

 La Federación no cumple los criterios del COI

“La normativa que va a implementar la federación internacional de atletismo está en contra del organismo superior, que en este caso es el COI. Los principios establecidos por el COI parten de la premisa que sólo cabe restringir la participación de personas trans si se acredita mediante evidencias científicas la existencia de una ventaja competitiva desproporcionada. Lo que tienen que hacer es demostrar que existe una ventaja competitiva. A día de hoy esto no ocurre. Lo que defendemos desde ADI es que no haya una discriminación de primeras. Necesitamos políticas basadas en datos, no en prejuicios. Hay una incoherencia”, critica Bárbara.

“Lo que creemos es que de primeras discriminar, en vez de decir vamos a ver qué ocurre aquí, qué incidencia tiene, pues no lo vemos adecuado. Por ejemplo, a nivel científico, los estudios recientes demuestran que las mujeres trans que han seguido un tratamiento hormonal durante 2 años, tendrían la fuerza física equiparada a una mujer cis. Tenemos el ejemplo de Laura Hubbard que es una mujer trans y compitió en Tokio en los Juegos Olímpicos en halterofilia y quedó última,” defienden desde ADI.

“La representación de mujeres trans en deportes es un número anecdótico. Cuando se habla de que las mujeres trans deportistas le están comiendo la tostada a las mujeres cis, nosotros nos preguntamos, ¿cuáles? “, sentencia Bárbara G. Vilariño.

Un problema de base

“No queremos olvidar que el deporte de élite lo practica el 4% de la población y esta medida también se extiende al deporte base, que lo practica el 96% de la población. Si vamos a empezar a promover medidas que excluyan a parte de la población, en este caso a personas trans o intersexuales, estamos perjudicándoles hasta en su salud, porque el deporte hoy en día lo prescriben hasta los médicos”.

“Desde ADI, la mayor parte de nuestro trabajo es en relación al deporte base. No tenemos una clara propuesta, pero discriminar en negativo no lo vemos. Cerrar la puerta de primeras no es una solución y más en el deporte base, que tiene que haber la plena y absoluta inclusión”.

El COI va un poquito por detrás a la sociedad en estos casos. Lo que entendemos desde ADI es que decir voy a excluir a esta persona porque es una farsante, pues no lo vemos adecuado. Creemos que tiene que haber estudios científicos sólidos. Nos gustaría que hubiese un debate y que haya un consenso”, sentencia Bárbara.

¿Hay alguna solución justa para todos?

Tanto Bárbara como desde la propia asociación son conscientes de que este es un tema muy difícil que tratar. La diversidad de las personas es infinita y, discriminar a alguien por tener otras características diferentes a ti, sin evidencia científica, es un tema más que peliagudo, pero no por ello de menor importancia. “La realidad es que hay más personas intersexuales en el mundo que pelirrojas. No es una cuestión menor. Estas personas no están engañando a nadie, han nacido con unas determinadas características y, a día de hoy, hay registrados más de 50 tipos de intersexualidad. Cada persona puede desarrollar un determinado cariotipo, determinadas hormonas…”, comenta Bárbara.

Lo que sí es una realidad es que las autoridades no parecen ponerse de acuerdo con este tema y las más perjudicadas siempre acaban siendo las mismas, las deportistas.

 

 

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