Era un duelo de mejores amigas pero no hubo nada de amistad en el primer set donde una lucha sin cuartel de golpes endemoniados desde el fondo de uno y otro bando fueron la constante.
La catalana entró a la pista con la concentración y la energía características de la mejor versión de Paula Badosa, con ese despliegue de potencia que la llevaron a ser número 2 del ranking WTA hace dos años, antes de que las lesiones se cruzaran en su camino.
Con actitud ganadora y levantando el puño celebraba cada opción de break que conseguía levantar. A la bielorrusa se le notaba más incómoda y no acababa de estar fina. Badosa estuvo 4-2 por delante del marcador y saque, pero fue entonces cuando Sabalenka imprimió una marcha más en el momento decisivo para recuperarse de la desventaja. La española no bajó los brazos en ningún momento y llegó a estar 5-3. Pero la número dos está en un gran momento de forma física, no había cedido ni un sólo set en Roland Garros y quiso continuar por esa senda. Pocos fueron los detalles que marcaron la diferencia pero el set cayó de su lado.
Un bajón moral para Badosa que lo hizo todo bien en la primera manga. Sin embargo, teniendo semejante rival enfrente en su faceta más agresiva y con una velocidad de bola espectacular, siempre hace falta buscar un punto extra de debajo de las piedras.
Desde el 5-4 del primer set, Aryna encadenó 9 juegos consecutivos que fueron la sentencia de la española. Badosa jugó con mucha decencia y calma todo el segundo set, pero la bielorrusa ya estaba muy por delante haciéndose dueña absoluta de la tierra francesa y con la moral por las nubes tras la remontada.
“Es muy difícil jugar contra tu mejor amiga. He intentado no mirarla a ella, centrarme sólo en mí e intentar sacar mi juego”, decía Sabalenka tras el encuentro.
Pero mucho no le duró la agonía de lidiar con los sentimientos de tener enfrente a alguien al que conoces muy bien y al que aprecias. En una hora y 16 minutos la actual segunda mejor jugadora del mundo, selló su pase a octavos. Si bien en los torneos anteriores se la vio sufriendo en las primeras rondas, en esta ocasión es su rival inmediata Swaitek a la que le están costando más. Quizás la final parisina nos depare otro duelo en la cumbre con sabor a venganza. Aunque para presenciar ese capítulo nos queda mucha lectura por delante.
Badosa se quita al menos la espinita de hace apenas unas semanas en el torneo de Stuttgart donde tuvo que abandonar entre lágrimas ante esta misma amiga y rival por lesión. Y aunque era difícil el pase a octavos, ha sido una digna luchadora que empieza a tener las sensaciones de la campeona que sabe ser. Si el físico le da una tregua, la española tiene juego para rato.