Haciendo la maleta de vuelta y recogiendo el trabajo bien hecho para poner rumbo a Barcelona. Así pillamos a Anna Ferrer (El Vendrell, 1999) la portera del equipo conquistador de un flamante oro de hockey sobre patines que el pasado sábado cosechó en Italia su último gran logro. Tras la celebración de dos días consecutivos (la selección masculina consiguió el mismo galardón 24 horas después) Anna confiesa estar “aún asimilando todo esto. Ha sido muy especial”.
La calma que transmitieron durante toda la competición, en la que Anna fue pieza clave especialmente en las semis frente a Argentina, se tradujo al día de la final “Estábamos todas muy tranquilas, sabíamos lo que teníamos que hacer”, y eso tenía mucho que ver con el himno que suena en el vestuario justo antes de salir. “Cantamos y bailamos mucho, es muy divertido. Sobre todo una canción que se llama solución y no problema, algo que siempre nos decía el entrenador”, comenta la portera catalana.
No pudieron cumplir mejor con su himno y tras ser superiores a Portugal de principio a fin se colgaron un oro para la historia. La primera llamada de Anna, a su abuela Teresa “me hubiese gustado que estuviese en la grada, pero ya es mayor y lo vivió en Barcelona junto a toda la familia”, nos explica la también nombrada mejor portera de la liga este año.
Fuera del olimpismo
Cuando charlamos con ella aún no sabe si el COE les hará un homenaje ni qué recibimiento tendrán a su vuelta a casa. Es la humildad del deporte minoritario, ese que incluso está más en sombra por no formar parte de los incluidos en los Juegos Olímpicos. Aún así, cuando le preguntamos si cambiaría su medalla por el hecho de que su deporte fuese olímpico duda. “Ojalá pero esa decisión no nos corresponde a las jugadoras, este oro no lo cambio por nada, pero si, ojalá el hockey patines sea olímpico algún día”.
El equipo femenino de hockey sobre patines celebra el oro en Novara
Desde muchos clubes se recogen firmas para que esto cambie, porque quizá Anna no sea tan consciente, pero si esta medalla hubiese sido cosechada en París 2024, le corresponderían 50.000 euros (por ser miembro de un deporte colectivo) y una beca ADO para el próximo ciclo olímpico. “Todo el mundo nos pregunta por qué nuestro hockey no es olímpico, me da mucha pena pero nosotras no podemos cambiarlo”, reconoce Ferrer. Pero sabe que “la mejor manera de que nos hagan caso es haciendo nuestro trabajo y ganando, y lo hemos hecho, volviendo con tres medallas”, nos cuenta en relación a los oros de la absoluta masculina y femenina, además de la medalla conseguida por la categoría sub 19 en este mundial de Novara, Italia.
Ella compagina su trabajo con el entreno y las competiciones. Se graduó en enfermería y fisioterapia consciente de que “del hockey no se puede vivir, y mucho menos del hockey femenino”. Aún así su discurso no contiene ni un ápice de rencor. Al revés. Agradece sobremanera a su club “me tratan muy bien, me cuidan mucho. También en mi trabajo, donde entienden que para mi el hockey es lo primero y me permiten ausentarme cuando compito”.
El octavo oro en 20 años
Para Anna Ferrer este era su primer Mundial, pero la selección española de hockey femenino lleva una racha inmejorable. El de este 2024 es el cuarto oro de las últimas cinco ediciones y el octavo desde 1994, el año en que se cosechó el primero. La federación española de patinaje no puede estar en mejor momento, 43 medallas cosechadas lo confirman.
Para la de la masculina obtenida este domingo, ellas también aportaron su granito de arena. “En la grada había mucha presencia argentina y quisimos apoyarles. Ha sido celebración doble”. Vuelven con otra Copa del Mundo bajo el brazo, demostrando que son los reyes mundiales.