Ana Peleteiro confirmó su condición de indiscutible ‘reina’ del triple salto en el Viejo Continente, tras añadir este viernes al título de campeona continental al aire libre que conquistó el año pasado en Roma la medalla de oro en los Europeos en pista cubierta de Apeldoorn (Países Bajos).
Una victoria que demostró que la gallega, de 29 años, no se equivocó cuando tras los Juegos Olímpicos de París dejó de entrenarse a las órdenes del cubano Iván Pedroso en Guadalajara para regresar a su Ribeira natal y trabajar bajo la dirección de su marido, el exsaltador francés Benjamin Compaoré.
Mudanza que estuvo acompañada de una serie de modificaciones técnicas con las que Ana Peleteiro, bronce en los Juegos de Tokio, no sólo pretende mejorar sus marcas, sino también ganar en salud.
Nueva técnica
“Estamos intentando saltar de forma más horizontal. Estamos trabajando muchísimo en eso para ganar, sobre todo, en salud y en longevidad”, señaló Peleteiro antes del inicio de la cita continental.
Un ‘vuelo’ más bajo que permitió a la española situarse al frente de la final con su segundo salto, en el que Peleteiro, bronce el pasado año en los Mundiales bajo techo, alcanzó los 14,20 metros
Pero la gallega tenía todavía más en sus piernas, como dejó claro en su quinto intento, un larguísimo salto en el que se fue hasta los 14,37 metros, la mejor marca europea de la temporada.
El mejor ejemplo posible de la nueva técnica de la española, en la que, como ella misma explico, ha pasado de hacer un primer salto más “espectacular y con mucha altura” a realizar un brinco “más horizontal’ que le permite llegar con más velocidad al segundo salto.
Y eso que Ana Peleteiro, a diferencia de lo ocurrido en su primera tentativa, en la que hizo nulo por menos de un centímetro tras superar con la punta de la zapatilla la zona de batida, se dejó más de doce centímetros en la tabla.
Pero nada ni nadie pudo impedir el triunfo de la española, pese al buen concurso de la rumana Diana Ana Maria Ion, que se empeñó en dar emoción con un último salto en el que voló hasta los 14,31 metros, seis centímetros menos que Peleteiro.
Más lejos quedó la finlandesa Senni Salminen, que se colgó la medalla de bronce con un mejor intento de 13,99 metros, 38 centímetros menos que la española, la indiscutible ‘reina’ europea del triple salto tanto al aire libre como en pista cubierta.