Nada más caer a la tierra del foso Ana se echaba las manos a la cabeza consciente de la gesta que acababa de lograr. No sabía qué marca había hecho aún, pero sabía que era algo muy grande. Se vació, echó el resto y demostró que a garra no le gana nadie. Con una marca de 14,85 no sólo se ha llevado la medalla de oro en el europeo, sino que ha alcanzado la mejor marca personal de la atleta y del triple salto español.
Venía advirtiéndolo. Ana se había metido en la final, a la primera y sin desgaste. La atleta saltó 14,21 metros (el corte estaba en los 14), dando la impresión que había economizado al máximo. Y demostrando que había llegado a Italia para hacer historia.
Ana ha conseguido algo muy grande en un momento en el que le hacía falta una marca así para resarcirse. Como ella siempre dice: “aquí cuando toca siempre está la mejor versión de Ana”. Porque No han sido días fáciles para Ana Peleteiro. Antes de poner rumbo a Roma sufrió un aluvión de comentarios racistas tras exhibir la nueva equipación de la selección española de atletismo. Muy dolida, la triplista respondía en redes: “ellos que me critican por el color de mi piel seguramente se pongan la mano en el pecho sin alcanzo una medalla”. Peleteiro decidió salirse de las redes por unos días ante estos ataques para poder concentrarse en su objetivo de traer medalla.
“Me da mucha rabia e impotencia, pero sobre todo pena, que a día de hoy sigan existiendo este tipo de personas y que, además, se sigan permitiendo este tipo de comentarios en las redes sociales, sin ningún tipo de represalia”.
Tras la denuncia de medallista olímpica, las redes también se llenaron de palabras de apoyo. Incluso el Gobierno, en palabras de la ministra Pilar Alegría:
“Querida Ana todo mi apoyo. Soy una más de esa inmensa mayoría de españoles que sentimos un gran orgullo al verte competir. Nunca dejes de enarbolar nuestra bandera”.
Y es cierto que muchos españoles esperan que la gallega llegue en este gran momento de forma física para aspirar al oro en los Juegos Olímpicos.
El sueño de Ana es que su hija la vea ganar la medalla en los Juegos. Sin duda, está más cerca que nunca de lograrlo.