Amaya Valdemoro y su triplete en la WNBA: 20 años de un hito inolvidable

La alero madrileña se convirtió en eterna consiguiendo algo que jamás se ha repetido en el deporte español

La jugadora española de baloncesto Amaya Valdemoro
FEB

No hay ningún deportista español, hombre o mujer que haya conseguido tres anillos de la NBA. Ninguno, salvo Amaya Valdemoro (Madrid, 1976). La alero madrileña no sólo mantiene vigente un hito histórico, sino que además lo hizo de forma consecutiva y con un sólo equipo siendo también la primera en conquistar EEUU con Houston Comets.

Durante años el éxito del baloncesto español más allá de nuestras fronteras ha estado ligado a Pau Gasol. No hay más que salir a la calle y preguntar al azar quien es nuestro jugador de basket más internacional. Sin embargo, en términos absolutos, la mejor, es ella.

Pero la etiqueta de “la mejor” nunca ha ido con Amaya Valdemoro. “Quizás por eso duré tanto” reconoce en las muchas entrevistas que le han hecho hasta la fecha. En la última de CaixaBank explicaba “yo siempre veía cosas en compañeras que eran mejores que yo, de las que fijarme. Me quedaba con los movimientos, y luego yo me quedaba entrenando por mi cuenta, eso hizo que fuera una jugadora muy completa”.

Su llegada a la WNBA

Amaya Valdemoro aterrizó en la WNBA en 1998, cuando el baloncesto femenino todavía luchaba por ganar reconocimiento a nivel global. Su fichaje por Houston Comets marcó un antes y un después. También para ella quien recuerda como pensaba que hablaba bien inglés hasta que llegó.

El nivel deportivo también era motivo de asombro para una Amaya que hasta ese momento se había hecho profesional en las canchas con el Dorna Godella primero, con el Salamanca Halcón Viajes después. Y un paso por Getafe antes de saltar el charco.

En aquellos años, la WNBA era dominada por el equipo texano, liderado por leyendas como Cynthia Cooper, Tina Thompson y Sheryl Swoopes. Valdemoro tuvo que trabajar duro para hacerse un hueco en una plantilla repleta de estrellas, pero su talento y determinación le permitieron destacar.

La alero madrileña fue parte del equipo que logró el histórico three-peat (tres campeonatos consecutivos) en 1998, 1999 y 2000, consolidándose como una jugadora clave en la rotación de las Comets. Su capacidad para defender, correr la cancha y aportar puntos desde el perímetro la convirtieron en una pieza valiosa dentro de la dinastía que dominó la WNBA en sus primeros años.

El tercer anillo: el cierre de una era dorada

El título de 2005 tuvo un significado especial. Las Houston Comets se encontraban en una transición tras los primeros éxitos, pero aún mantenían la competitividad. Valdemoro, que ya contaba con una gran experiencia en la liga, aportó liderazgo y una presencia fundamental desde el banquillo. Ese año, las Comets lograron un rendimiento espectacular, venciendo en las Finales a Sacramento Monarchs y consiguiendo su cuarto y último título de la historia.

Para Amaya, ese tercer anillo no solo representó un éxito personal, sino que la consolidó como la jugadora española con más títulos en la WNBA. Además, su presencia en la mejor liga del mundo ayudó a visibilizar el talento europeo y, en particular, el español, que en aquel momento todavía no contaba con la repercusión actual en el baloncesto femenino. Hoy sería impensable que un logro así (a los 3 anillos se les suma 8 Ligas 9 Copas de la Reina o una Euroliga) no tuviese el reconocimiento de un Laureus o de un Princesa de Asturias del deporte.

Impacto en el baloncesto español

El paso de Amaya Valdemoro por la WNBA fue fundamental para el crecimiento del baloncesto femenino en España. Inspiró a jugadoras como Alba Torrens y Astou Ndour a perseguir sus sueños de jugar en las mejores competiciones del mundo. Su éxito en la liga estadounidense sirvió como referencia para que más jugadoras españolas consideraran la posibilidad de dar el salto a la WNBA, una tendencia que ha ido en aumento en las últimas dos décadas.

Tras su etapa en la WNBA, Valdemoro regresó a Europa, donde continuó su exitosa carrera en clubes como Ros Casares y Rivas Ecópolis.

Con la Selección Española sumó títulos europeos y un bronce en el Mundial de 2010. Se recuerda aún la pareja letal que formaba con Laia Palau. Aunque fue olímpica en dos ocasiones, en Atenas 2004 y Pekín 2008) la espinita de Amaya fue la de haber subido al podio en unos JJOO. “El éxito en aquellos tiempos era clasificarnos, ahora mis compañeras han conseguido la medalla” reflexionaba.

El legado de una pionera

Dos décadas después de aquel tercer anillo, el legado de Amaya Valdemoro sigue más vigente que nunca. Su historia es un ejemplo de perseverancia, trabajo y amor por el baloncesto, así lo trasmite también desde las retransmisiones de los partidos, donde a pesar de llevar más de una década, su pasión sigue intacta. Su faceta de comentarista es también motivo de inspiración para las nuevas generaciones.

El impacto de su éxito en la WNBA se ve reflejado en el presente del baloncesto femenino español, con jugadoras que han seguido sus pasos y han logrado grandes hitos en la liga estadounidense y en Europa. Su contribución al deporte ha sido innegable, y su nombre quedará grabado en la historia como una de las grandes pioneras del baloncesto español.

En 2025 quizá si estemos preparados para homenajear a la jugadora que fue. Gracias Amaya.

TAGS DE ESTA NOTICIA