El deporte profesional es un mundo absolutamente demoledor, en el que cuál piscina de tiburones, o comes o te comen. Y es que pese a que se tenga la idea de que los deportistas son máquinas de ganar dinero, lo cierto es que no son muchos los que viven holgadamente de su deporte. En los deportes mayoritarios como el fútbol o el baloncesto sí que hay más, pero no siempre. Por ejemplo, hace unos meses se viralizó una declaración del indio Sumit Nagal, el tenista número 138 del mundo, quien reconoció que solo tenía 900 euros en el banco y que prácticamente perdía dinero en cada torneo, hasta el punto de que cada jugaba para comer. Y esa brecha crece aún más si nos vamos a los minoritarios, lo que lleva a los y las deportistas a buscarse otras formas de vivir y seguir compitiendo.
Este es el caso de Alexandra Ianculescu, quien fuera olímpica en los Juegos Olímpicos de Invierno Pionyang 2018, y que se cambió hace unos años al ciclismo profesional, donde sueña con acudir a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Sin embargo, se ha hecho mucho más famosa por la forma que tiene de costearse sus gastos profesionales. Y es que lleva varios años fuera del deporte.
La rumana, que vive desde pequeña en Canadá, acumula 322.000 seguidores en Instagram, y precisamente gracias a ese éxito tan grande en la red social de fotografías, por lo que decidió probar en la plataforma de pago OnlyFans donde ha llegado a mostrar fotos suyas desnuda, pero le ha granjeado un beneficio económico inimaginable con el deporte. Y eso le ha llevado a dar unas declaraciones al respecto defendiendo su decisión y de las críticas.
Un cambio a mejor en su vida
Como ya hemos destacado, el deporte profesional no es ni mucho menos agradecido a nivel económico en los niveles que no son los ‘tops’, incluso en el ciclismo y el patinaje es peor aún. Por eso mismo, Iancelescu se planteó tomar esta vida cuando en 2021 recibía una cantidad muy grande de me gustas en cada publicación suya en bikini, lo que le llevó a la cuestión de si merecía la pena dar el siguiente paso.
Y acertó: “Mi vida cambió completamente para mejor después de mi primer mes allí. Ahora disfruto de entrenar a tiempo completo, comprarme el equipo que necesito, las bicicletas de mis sueños, ahorrar para otras metas en la vida y poder disfrutarlo de una manera que no me obligue a sacrificar mi vida atlética mientras perseguía mis sueños olímpicos“.
Y ella ha defendido siempre que no la definía lo que hacía ni nadie le iba a decir como tenía que vivir su vida, porque “la cuestión es que el mundo siempre te juzgará sin importar lo que hagas”. Por eso mismo ha seguido haciéndolo, porque desde muy joven descubrió que siempre haría las cosas a su manera. Pese a que al principio no quería que la vieran como la chica que vendía fotos desnuda o en bikini, con el tiempo aprendió a vivir con ello, y siente que ha trabajado muy duro en todos los aspectos de su vida y este es simplemente el camino para lograr sus objetivos y seguir peleando por sus sueños. Va a seguir hacíendolo sin hacerle el más mínimo caso a lo que digan de ella.