La historia de Adiaratou Iglesias es un testimonio de perseverancia y determinación, demostrando cómo el apoyo y la resiliencia pueden abrir grandes oportunidades. Nacida en Mali y diagnosticada con albinismo, una condición que afecta su visión en un 90% y que se disminuye a un 80% gracias a sus gafas, Adi fue adoptada y trasladada a Galicia en su infancia. A pesar de los desafíos, encontró en el atletismo una pasión que la llevó a competir y destacar en la categoría T13 de discapacidad visual, convirtiéndose en una de las atletas paralímpicas más reconocidas.
Iglesias, con tal solo 25 años, ha cosechado medallas en campeonatos nacionales, europeos, mundiales y paralímpicos, consolidándose como un referente para muchos jóvenes y dejando claro que “las limitaciones están para superarlas”.
Reflexiones de los Juegos
En los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, Adi brilló al ganar una medalla de oro en los 100 metros y una de plata en los 400 metros, resultados que confirmaron su posición como una de las atletas más fuertes de su categoría. “La experiencia en Tokio me dio tranquilidad, pero también una mayor autoexigencia”, asegura para Artículo 14. Recuerda cómo en sus primeros Juegos Paralímpicos se sintió “ignorante” sobre lo que enfrentaría, pero ahora compite con una meta clara de superación en cada evento.
En cuanto a su preparación actual, se siente en buena forma, retomando sus entrenamientos con intensidad después de un merecido descanso. “Volver al entrenamiento tras un mes de vacaciones exige mucho del cuerpo”, comenta, a la vez que explica que su mirada está puesta en el próximo campeonato mundial, donde espera regresar más fuerte y decidida. “Que se preparen, que va a venir la Adi más fuerte aún”, dice con la fuerza y serenidad de quien comprende el sacrificio necesario para mejorar.
“Que se preparen, que va a venir la Adi más fuerte aún”
Sobre el impacto emocional de no conseguir una medalla en estos últimos Juegos de París, la atleta admite que fue “difícil”, especialmente porque su familia estaba presente en el estadio, a diferencia de Tokio, donde las restricciones por la pandemia impidieron su asistencia: para nosotros, los deportistas, que esté tu familia contigo es muy importante. Me sentía responsable y me habría gustado conseguir una medalla por ellos, pero a veces somos muy duros con nosotros mismos” . Sin embargo, su familia le recuerda que su esfuerzo y determinación son el verdadero éxito, más allá de los resultados.
Superación personal
Lo que está claro es que Adi no para de superarse a sí misma y una gran prueba de ello es el hecho de competir también en competiciones no paralímpicas. “Para mí, es importante demostrar que la inclusión en estos escenarios es posible”, declara, subrayando la relevancia de mejorar sus resultados y mantener su motivación en alto. Su versatilidad la ha llevado a competir a nivel nacional y europeo en campeonatos convencionales, mostrando que cualquier tipo de límite puede superarse: “tengo discapacidad, pero también capacidad de hacer las mismas marcas que los demás”.
Al hablar sobre cómo sabe que ha llegado a la meta a pesar de su discapacidad visual, explica que “entrenando mucho y memorizando las cosas, uno termina sabiendo” ya que “todas las pistas son iguales”. Asimismo, relata que este año las pistas serán de color morado, lo que podría complicar su visibilidad, aunque confía en adaptarse con suficiente práctica: “entrenando todos los días en pistas de 400 metros, terminas reconociendo el espacio casi sin pensarlo”.
Pasado, presente y futuro
Siguiendo esta línea, Adi quiso recordar sus inicios en el deporte, confesando que no tenía expectativas específicas: “simplemente empecé porque quería hacer atletismo, solo quería correr, ni siquiera sabía lo que eran los Juegos Paralímpicos”, se sincera entre risas. Con el tiempo, comenzó a participar en campeonatos europeos y mundiales, obteniendo medallas en ellos. Con una actitud abierta y enfocada en el futuro, afirma: “aunque esta vez no haya traído medalla, ya he conseguido todas las medallas habidas y por haber, eso no me va a detener sino que va a darme más fuerza”.
Pensando en su futuro, Adi se encuentra estudiando magisterio, una “opción B” mientras sigue enfocada en el atletismo. “Si me preguntas cómo me veo en 20 años, quizás esté trabajando con niños pequeños, pero lo que sí tengo claro es que de una forma u otra siempre estaré ligada al mundo del deporte”, comenta, realzando una vez más su pasión por el atletismo.
Como futura docente, no quiso despedirse sin inspirar a los más jóvenes, aconsejándoles que siempre traten de encontrar algo que les entusiasme. “Que hagan lo que les apasiona y, aunque tengan una dificultad, que eso no los limite. Siempre hay maneras de seguir adelante y de lograr tus objetivos. Lo importante es confiar y creer en uno mismo”, concluye, compartiendo un mensaje que la convierte en un referente de fortaleza y perseverancia.