Abanderadas de oro para España

El 10 de junio se hará público si Carolina Marín será la abanderada en los Juegos Olímpicos de París junto a Marcus Cooper después de que la palista Maialen Chorraut haya declinado la oferta por su apretada agenda.

Carolina Marín posando con su medalla de oro en los Juegos de Río 2016.

Unos Juegos Olímpicos suponen un aliciente más en los anhelados meses de verano. La cita olímpica es también ese aperitivo con los nuestros viendo a España pelear por el oro, esa cena en el chiringuito con la mirada en la pequeña pantalla y esos abrazos con propios y extraños por la suma de un nuevo metal más para la vitrina de nuestro país. 

Sólo esta cita es capaz de igualar a todos los seres humanos bajo una ley universal, no importa de dónde procedas, las normas son las mismas. Durante tres semanas el mundo proyecta una imagen de juego limpio, de respeto y de amistad. Por eso era más que necesario que también sean un ejemplo de igualdad.

Desde Tokio 2020 el Comité Olímpico Internacional modificó la normativa para permitir a todos los Comités Olímpicos Nacionales designar a atletas hombres y mujeres para llevar juntos la bandera en la ceremonia de inauguración. 

En nuestro país, desde que en 1920 el atleta y boxeador José García Lorenzana ejerciera como primer abanderado, sólo en dos ocasiones España tuvo abanderada. La primera fue la entonces infanta Cristina de Borbón en los Juegos de Seúl en 1988. Y hubo que esperar dieciséis años para tener a la segunda privilegiada, a la judoca Isabel Fernández que en Atenas 2004, ya acumulaba un oro y un bronce. De las 22 ocasiones hasta Tokio 2020 sólo dos mujeres habían tenido ese honor. 

Y no hay nada más motivador para un atleta que portar la bandera de su país en unos Juegos, y no hay nada que llene más de orgullo, e incluso de lágrimas para los más románticos, que ver a los abanderados en la ceremonia inaugural.

Los primeros en la nueva modalidad mixta en la cita olímpica japonesa, fueron el piragüista Saúl Craviotto (dos oros, una plata y un bronce) y la nadadora Mireia Belmonte (un oro, dos platas y un bronce). 

Los de este verano en París prometen ser los más paritarios de la historia y tendrán por primera vez un 50% de representación femenina. En concreto 5.250 atletas para cada sexo, con un total de 10.500 deportistas. Además se disputarán 152 eventos femeninos, 157 masculinos y 20 mixtos, por lo que más de la mitad de las competiciones tendrán deportistas mujeres.

Pero hay temas como el de la como el de la conciliación que siguen sin tener una respuesta concreta por parte del COI. Quizás por ser precisamente un ejemplo en este campo, el CON  ha pensado en la palista Maialen Chourraut como primera opción para convertirse en la cuarta mujer abandera de España. Todo apunta a que lo hará junto a su compañero el también palista, Marcus Cooper (oro y plata).

La vasca demostró al mundo entero que se puede ser competitiva después de ser madre, cuando tres años después de serlo, consiguió su primer oro. Su imagen abrazándose a su hija tras la gesta en los Juegos de Río dio la vuelta al mundo. 

En Londres 2012 había ganado el bronce, pero volvió a la cita brasileña con toda la fuerza y el empoderamiento que su hija Ane le había dado. Ella misma afirmaba por aquel entonces: ‘Quería ser madre y demostrar que podía seguir siendo una campeona, que podía cambiar el bronce por el oro’.

En los de Tokio volvió a sumar otra medalla de plata en unos Juegos especialmente duros por no poder llevar a su hija debido a las restricciones de la pandemia. La palista contó en varias entrevistas antes de partir, que habían tenido ella y su marido (es su preparador físico y viajan juntos) que hacer un enorme trabajo psicológico. “Tres semanas en la vida de una niña es mucho tiempo”, aseguraba Chourraut. 

Pero la separación mereció la pena y hoy Maialen afronta en París sus quintos y quizás últimos Juegos Olímpicos de su carrera. Por eso proponerla como abanderada era de justicia. Sin embargo su apretada agenda puede que lleve a la de Lasarte-Oria a declinar la oferta ya que compite justo al día siguiente de la ceremonia de inauguración del 26 de julio. Mailen Chourraut comenzará su andadura el día 27 a las 15:00 horas, solamente un día después del desfile. Con la primera y segunda ronda de K1 eslalon y tan sólo 24 horas después, sería la final. Un desgaste físico que requiere llegar a la cita descansada y sin los sobresaltos y emociones propios de la ceremonia en la que representas a tu país y desfilas con todos tus compañeros atletas. Marcus Cooper en cambio, no tendría este problema de agenda ya que comienza el 6 de agosto, por lo tanto, el cansancio de ese día no le afectaría para su rendimiento en la competición.

La otra opción de abanderada apunta a Carolina Marín, flamante galardona con el Premio Princesa de Asturias al deporte. Ha sido la  octava mujer en obtener el galardón en la historia de los premios y sería la cuarta abanderada olímpica. La onubense tiene una medalla de oro en los Juegos de Río y ya se pronunció hace unos meses sobre la posibilidad de portar la bandera: “Sería un sueño ser la abanderada de España en los JJOO”.

Habrá que esperar al próximo 10 de junio a las 19:30 horas, donde se harán oficial los deportistas seleccionados entre los más de 270 clasificados hasta el momento.

Hay mucha expectación por la cita parisina. La ceremonia de París se prevé especial porque por primera vez los atletas de las 184 delegaciones saldrán del estadio y tomarán el centro de la capital. El desfile tendrá lugar en el Sena, con embarcaciones para cada país, equipadas con cámaras para que los telespectadores y los internautas puedan verlos de cerca. Este paseo a orillas del río de 6 kilómetros, recorrerá lugares tan emblemáticos como Louvre, Pont des Arts, Pont Neuf, Pont Alexandre III y Museo de Orsay y llegará al final frente al Trocadéro. Allí tendrán lugar los espectáculos finales. Será la más grande jamás celebrada en la historia de los Juegos. Abierta al mundo entero.

Un nuevo momento histórico televisivo para el deporte español de los que se quedan grabados en las retinas y en los que por cuarta ocasión en toda la historia podremos ver a una mujer compartiendo el mástil de nuestra bandera. Tanto Chourraut como Marín previsiblemente podrán contarle a las nuevas generaciones que ellas fueron casi pioneras en tener el privilegio de representar a España. Ha costado.

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