Carolina Marín no lo tiene claro. Cuando todos daban por hecho que sería la abanderada de España junto a Marcus Cooper el próximo 26 de julio en la ceremonia inaugural de los Juegos, ella en un acto en el CSD esta mañana, ha mostrado sus dudas ante la prensa. “A mí todavía no me ha llamado nadie, me haría ilusión pero no sé si al día siguiente compito por la mañana y es algo que tengo que valorar”. Esa ya debería ser una razón de peso para rechazarlo, pero a esto además se suma la innovación de la ceremonia inaugural.
Los planes del COI para el inicio de París 2024, aunque tampoco está al cien por cien asegurado por no poderse garantizar la seguridad, pasarían por un acto en el que las delegaciones recorriesen el río Sena a lo largo de seis kilómetros, en lugar del tradicional desfile de países en el interior de un estadio. Esto obliga a los atletas olímpicos a estar citados con muchísima más antelación, que ya de por sí son entre cuatro y seis horas antes. “Son entre 8 y 9 horas de pie, yo tuve una rotura de rodilla tengo que primar mi salud” comentaba Carolina Marín “si me preguntan hoy por ello, diría que no”.
“Si pone en peligro mi objetivo, tendría que decir que no”
Una opción que declinaría por razones estrictamente deportivas ya que no ha ocultado su ilusión por ser abanderada. “Me encantaría. Para un deportista tanto ganar una medalla olímpica como llevar la bandera de su país es todo un sueño”. Pero el trabajo de cuatro años parece primar en los planes de la onubense, que buscará en París revalidar su oro en Río. “Si pusiera en peligro mi gran objetivo sin ninguna duda tendría que decir que no”añadía la onubense.
Opciones de oro
Tras el fin de semana en el que compitió en el Abierto de Indonesia, donde llegó hasta semifinales tras la derrota frente a Che Yu Fei, el camino de Carolina Marín se ha allanado mucho. Partir cuarta en el ranking y asegurarse ser cabeza de serie en París, le va a permitir tener un cuadro en los Juegos mucho más amable, algo que influirá y mucho en esa lucha por el oro que la jugadora de bádminton librará en los JJOO. Sobre sus posibilidades de subir a lo más alto del podio, Marín aseguró “será mucho más difícil que en Río 2016” pero ganas no le van a faltar. “Yo sé que mucha gente quiere que gane ese oro pero la que más quiero soy yo”. Un oro que pondría el broche a un año excelso en el que se ha coronado como Premio Princesa de Asturias del Deporte.
Ocho años lleva Carolina Marín esperando a volver a revalidar su título de campeona olímpica de bádminton. Una grave lesión en su rodilla derecha le dejó sin poder ir a los Juegos de Tokio y desde entonces sólo tiene un objetivo en mente. Después de París sabremos si Marín continuará en el alto rendimiento o pondrá fin a su carrera deportiva. Una duda que seguramente despeje en la emisión de su propio documental programado para el mes de septiembre.
Mailen también renunció
Exactamente la misma razón esgrimía hace pocas semanas la que iba a ser la abandera en una primera opción. La piragüista Maialen Chourraut ya reconoció a finales de abril que si fuese la elegida iba ser muy complicado aceptar puesto que tenía que pensar lo primero en la competición. “El día anterior siempre tenemos mucho trabajo porque no conocemos el recorrido, tenemos que ver muchos vídeos, es un trabajo que no se ve, pero que es muy importante”. La atleta de Lasarte participará en París en los que serán sus quintos Juegos y por su palmarés oro en Tokio, plata en Río, bronce en Londres, sería sin lugar a dudas la elegida (Mireia Belmonte ya lo fue en los anteriores Juegos de Tokio).
Pero de momento, la pregunta de quien será quien ondeará la bandera de España junto a Marcus Cooper no está resuelta, y a falta de mes y medio para los Juegos, quizá España tenga que buscar una tercera opción.