Jordi Xammar y Nora Brugmann acababan en la posición más dolorosa de los Juegos Olímpicos. Un cuarto puesto en la general tras quedar penúltimos en la Medal Race. Una regata final en la que la primera posición fue para el barco austriaco, la plata para Japón y el bronce fue para la pareja sueca. Nora Brugmann no podía evitar las lágrimas al bajar del barco, acompañado por un Xammar hundido.
La pareja catalana partía en Marsella desde la segunda posición provisional después de las ocho regatas precedentes. Una mala estrategia les relegaba a la séptima posición en la regata definitiva que les dejaba a las puertas del podio.
Una pareja que era una de las bazas seguras en las virtuales medallas, ya que a pesar de conocerse desde hace sólo tres años, se han entendido a la perfección. Ya eran amigos de toda la vida, y ambos llevan desde niños en este deporte.
Un palmarés de ensueño
Desde entonces 13 regatas internacionales y un palmarés de ensueño con cuatro oros, cuatro platas y dos bronces en un ciclo olímpico espectacular. Entre ellos, el de campeones del mundo y campeones de Europa.
La Medal Race en el 470, que este año era mixto por primera vez, arrancaba a las 11.47h de la mañana después de haber sido retrasada hasta en dos ocasiones por falta de viento.
“Saldremos a dejarnos la vida” comentaba ayer tras el retraso Jordi Xammar. “Llevo visualizando años el día de mañana”, continuaba en sus declaraciones a los medios a los que confesaba tener a todos sus seres consigo en estos Juegos, familia, amigos y su mujer Carmen embarazada de su primer hijo.
Esos sueños se han quedado sin el premio del metal, después de un camino impecable en estos tres años donde hemos celebrado muchos triunfos. “Llegar hasta aquí no lo hace cualquiera” apuntaba Ángela Pumariega, comentarista en TVE en relación al mérito de estar luchando por las medallas de nuestros deportistas olímpicos.
España, de nuevo, se queda sin una de las medallas más seguras con las que partíamos a estos Juegos de París.