Este 25 de octubre, la cartelera de cine se llena de historias de mujeres que exploran su identidad, sus luchas y su lugar en el mundo. Tres de los estrenos más esperados del mes, Yo no soy esa, Anora y Salve María, ofrecen una mirada íntima y poderosa sobre lo que significa ser mujer en diferentes épocas, culturas y contextos emocionales. A través de estas películas, la diversidad de la experiencia femenina se convierte en el eje central de cada relato, destacando las múltiples formas de enfrentar el mundo con valentía, vulnerabilidad y fuerza.
Yo no soy esa: rompiendo estereotipos, una mujer a la búsqueda de su propia voz
Dirigida por la cineasta española María Ripoll (Vivir dos veces, Nosotros no nos mataremos con pistolas) y protagonizada por Verónica Echegui, se trata de una comedia romántica, escrita por Olga Iglesias, sobre una joven que cae en coma en los años 90 y se despierta en la actualidad. La obra toma su nombre de la icónica canción de Mari Trini, y al igual que su letra, el filme es una declaración de independencia y libertad femenina.
Tras despertar, el personaje de Echegui, Susana, es una adolescente en un cuerpo de señora en pleno siglo XXI que tendrá que manejarse en un mundo en el que nada le es familiar y tendrá que aprender a vivir en él. ¿Ligar por internet? ¿Usar smartphones? ¿Lo rápido que va todo? Susana tendrá que hacer frente a una sociedad completamente ajena a la que conocía, madurar a marchas forzadas y darse cuenta de que lo más importante no es ni el amor romántico, ni la popularidad: es una misma y ser fiel a quién eres.
Anora: resiliencia femenina en un paisaje inhóspito
La ganadora de la Palma de Oro en Cannes el pasado mes de marzo se estrena hoy. El director de The Feeling That the Time for Doing Something Has Passed (2023), Red Rocket (2021) o The Florida Proyect (2017) intenta construir una comedia surrealista que se establece con bromas como la ridiculización de la profesión de ella, “la prostituta”, el histerismo al que lleva la situación en la que se embarcan (que llega un momento que satura y molesta más que hacer gracia), y otras caricaturas sociales como “los rusos”, “los armenios” o los “muerdealmohadas”.
Lo mejor de la película es la extraordinaria interpretación de Mikey Madison en el personaje principal: una trabajadora sexual, llamada Ani, que se enamora del hijo de un oligarca ruso. La actriz se sumergió en la transformación aprendiendo ruso, perfeccionando el acento de Brighton Beach, yendo a clubes de striptease y dedicándose a interminables sesiones de entrenamiento de baile que a menudo la dejaban magullada.
Salve María: la maternidad (y el infanticidio) en el centro del drama
María, una joven escritora que acaba de ser madre, se topa con la noticia de un suceso estremecedor: una mujer francesa ha ahogado a sus gemelos de 10 meses en la bañera. María se obsesiona con la infanticida, ¿por qué los mató? A partir de ese momento, la sombra del infanticidio la acechará como una vertiginosa posibilidad.
El tercer largometraje de Mar Coll, Salve Maria, describe de forma inquietante el tumulto interior de una madre primeriza que descubre que no tiene los sentimientos “correctos” socialmente aceptados por su recién nacido. La película, que combina el estudio psicológico con tropos de terror muy utilizados, es una visión a veces brillante del área oscura del infanficidio, presentada como la búsqueda de una mujer para descubrir qué puede haber detrás de ese acto atroz. Tal vez sea inevitable que no proporcione muchas respuestas, pero sigue siendo una visión poderosa y sensible de un tema tremendamente difícil, uno con el que a menudo se coquetea en el cine pero rara vez se aborda de manera tan directa.