Huérfanas de series

‘Una buena familia americana’: otra forma de seguir explotando a Natalia Grace

La serie cuenta la historia del caso de Natalia Grace, una niña con problemas adoptada por una familia de Indiana en 2010, para después ser abandonada y terminar en los tribunales

'Una buena familia americana', basada en hechos reales, cuenta el caso de Natalia Grace, una niña con problemas adoptada por una familia de Indiana en 2010
'Una buena familia americana', basada en hechos reales, cuenta el caso de Natalia Grace, una niña con problemas adoptada por una familia de Indiana en 2010

La historia de Natalia Grace es uno de los casos sacados de las páginas de sucesos más extraños y rocambolescos que se recuerdan. Nacida en Ucrania, aquejada de un tipo especialmente inusual de enanismo, Natalia copó titulares en la prensa de todo el mundo a lo largo de más de una década después de que Kristine y Mark Barnett acudieran a los tribunales tan solo 12 meses después de haberla adoptado en 2010 para exigir que la edad legal de su hija fuera modificada legalmente porque, según aseguraban, aquella persona no era una niña de 8 años sino una adulta de 22 años.

Tras obtener una decisión favorable de los jueces la abandonaron en un apartamento, convencidos –o eso decían– de que era una sociópata manipuladora que trataba de matarlos. Tanto aquella disputa legal como la maraña de mentiras, fabulaciones y abusos que la envuelven han sido objeto de mucha especulación mediática, sobre todo en Estados Unidos, y por eso no resulta extraño que, incluso siendo aún reciente el estreno de la docuserie El curioso caso de Natalia Grace, ahora haya visto la luz a través de Disney+ este true crime de ocho episodios.

Ellen Pompeo protagoniza la película 'La gran familia americana'
Ellen Pompeo protagoniza la película ‘Una buena familia americana’

A lo largo de su metraje, Una buena familia americana recrea los hechos que la inspiran no una sino dos veces, primero desde el punto de vista de los Barnett –encarnados por Ellen Pompeo y Mark Duplass– y después desde el de Natalia (Imogen Faith Reid). A lo largo de los primeros cuatro episodios, el matrimonio es presentado como un par de personas amables y decentes a quienes, a través de una repentina llamada telefónica, se ofrece la oportunidad de adoptar a una niña aparentemente encantadora que permanece en un orfanato ucraniano.

Kristine se muestra eufórica; ha hecho carrera ayudando a niños necesitados y obtenido considerable popularidad explicando una y otra vez cómo ayudó a uno de sus hijos a afrontar un diagnóstico de autismo, y ve en Natalia no solo la posibilidad de salvar a otro menor necesitado sino también, de paso, confirmarse públicamente como una supermamá. Durante esa primera parte, la serie prácticamente ruega al espectador que crea en las intenciones de Kristine mientras retrata a Natalia como una villana que planea matar no solo a sus padres sino también a los hijos biológicos de estos.

En la serie "Good American Family", la actriz Imogen Faith Reid le da vida a Natalia Grace
En la serie “Good American Family”, la actriz Imogen Faith Reid le da vida a Natalia Grace

En sus últimos cuatro capítulos, en cambio, Natalia se nos presenta de forma muy distinta. Tras ser abandonada por los Barnett, debe arreglárselas para vivir sola en un apartamento vacío; la vemos alimentándose de fideos crudos, lastimándose las manos al intentar abrir latas de conserva, y permaneciendo días sin ducharse por falta de agua corriente. La niña ha sido víctima de negligencia y abuso violento por parte de los Barnett –especialmente de Kristine, un monstruo cruel e calculador– y, más tarde, de un terrible error judicial por parte de los tribunales.

Por supuesto, esa es versión de los hechos es la que que cree la creadora de la serie, Katie Robbins. No cabe duda de que su objetivo con ella es intentar hacer justicia a una persona que ha sido convertida contra su voluntad en foco de atención para proporcionar entretenimiento morboso, y tratada por la cultura popular como una broma. Sin embargo, inconscientemente, Una buena familia americana se muestra casi igual de irrespetuosa con su figura que todos esas noticias sensacionalistas.

La serie cuenta la historia del caso de Natalia Grace, una niña con problemas adoptada por una familia de Indiana en 2010, para después ser abandonada y terminar en los tribunales
La serie cuenta la historia del caso de Natalia Grace, una niña con problemas adoptada por una familia de Indiana en 2010, para después ser abandonada y terminar en los tribunales

De entrada, todo lo que se le ocurre a Robbins para sugerir que la verdad puede ser un terreno cenagoso es dedicar nada menos que cuatro episodios de una hora a defender una versión de los hechos que llegado el momento resulta ser puramente ficticia, y ofreciendo entretanto representaciones casi caricaturescas de los personajes. Y, peor aún, la presentación de dos perspectivas opuestas no nos proporciona más que incoherencia y disonancia narrativas, y evidencia un intento flagrante de manipular al espectador; si la primera mitad de Una buena familia americana es algo parecido a una imitación a ratos cómica –o, mejor dicho, risible– de la película de terror La huérfana (2009) –en una escena, Natalia aparece a los pies de la cama de los Barnett en plena noche, agarrando un osito de peluche con una mano y un cuchillo de trinchar con la otra–, la segunda es un melodrama escabroso que acoge un desfile de abusos infantiles.

En su avance, entretanto, la serie se muestra incapaz de decidir si quiere ser telebasura sensacionalista, una representación honesta de las miserias consustanciales al ser humano, una denuncia del lado oscuro del mundo de la adopción y la historia de un matrimonio en proceso de destrucción. Y por todo eso, teniendo en cuenta que los pormenores del caso han sido relatados y actualizados tanto en la Wikipedia como a través de muchas otras fuentes, una búsqueda rápida en Google es una opción mucho más aconsejable para cualquiera que tenga interés en él que sentarse frente a Una buena familia americana.

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