Crítica

‘Un hombre infiltrado’ en la vejez, la soledad, el olvido y en Netflix

La nueva propuesta de Netflix, titulada 'Un hombre infiltrado', es un caballo de Troya lleno de reflexiones y mensajes existenciales

Un hombre infiltrado (Netflix) - Cultura
Fotograma de 'Un hombre infiltrado', la nueva serie de la plataforma streaming Netflix

Un hombre infiltrado, disponible en Netflix y ya renovada para una segunda temporada, es una nueva colaboración entre el showrunner Michael Schur y el inefable Ted Danson después de la muy recomendable The Good Place, la serie sobre ángeles, demonios y filosofía que ya deberías haber visto.

La serie coge la premisa del documental chileno El agente topo sobre un hombre mayor que se convierte en detective en una residencia para mayores, y le da una vuelta para hablarnos de la vejez, la demencia, la muerte y, en suma, el deterioro progresivo de la experiencia humana. Temas todos ellos enormemente cómicos.

Danson está impecable en su papel de Charles, un veterano ingeniero que, tras la muerte de su mujer, busca un nuevo objetivo. Una detective privada que investiga un delito en una residencia de ancianos le convence para infiltrarse haciéndose pasar por un cliente y eso le lleva a internarse en un mundo en el que no sólo hace amigos, sino en el que se obliga a sí mismo a hacer frente a sus propios miedos y a su propia soledad. Por el camino, tendrá que volver a encontrar una forma de reconectar con su hija, con la que nunca ha sido capaz de tener una relación normal.

Después de encabezar dos de las mejores series de televisión de la historia —Parks and Recreation y la mencionada The Good Place—, Schur ya nos había demostrado que es capaz de sacar oro de un oscuro departamento gubernamental y de la filosofía. Su empeño en profundizar en otro aspecto crucial de la experiencia humana es muy encomiable, por más que esté todo dulcificado para la pequeña pantalla y aunque muy pocos estadounidenses puedan tener acceso a un entorno similar al que nos presentan en sus años dorados.

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Resulta, además, una gran oportunidad para dar trabajo a actores veteranos, algunos de ellos realmente buenos. Siempre he tenido debilidad por Sally Struthers (Babette en Las chicas Gilmore), y John Getz interpreta a un viejo gruñón entrañable que roba muchas escenas y casi nos hace olvidar que es uno de los pocos actores que no sólo participó en La mosca, sino también en su secuela.

Aunque el capo de Brooklyn 99 era Dan Goor, Schur fue uno de sus cocreadores, así que no sorprende ver en el reparto a la fantástica Stephanie Beatriz. Una gran oportunidad para verla con su propia voz y su propia personalidad, la que siempre hemos podido ver en todas las entrevistas y en todos los late night.

La capacidad de Schur de rodearse de actores amigos y generar buenos entornos de trabajo es encomiable. De hecho, Kristen Bell y D’Arcy Camden (Janet en The Good Place) acudieron al estreno de la serie del brazo de Danson. Mark Evan Jackson, que interpreta al cliente a cuya madre han robado unas joyas muy valiosas, era Kevin en Brooklyn y fue también el demonio Shawn.

Con ocho episodios cuyos títulos están inspirados en películas de espías muy conocidas, Schur nos presenta, con el pretexto detectivesco, un divertido caballo de Troya para hablar de temas complejos. Lo de la famosa estatua hueca de madera no lo digo yo, lo dijo él mismo en una entrevista en Indie Wire en el que habla del proceso que conviene seguir para hacer atractivas las series:

“Todas las grandes series de televisión tienen, a algún nivel, caballos de Troya. Si preguntas a un amigo si ha visto una serie y te pregunta por qué debería, tienes que darle una frase que suene atractiva. ‘¿Has visto Los Soprano?’ ‘No, ¿de qué va?’ ‘Un mafioso va a terapia’ ‘¡Me la apunto!’”.

Schur añade: “De lo que va realmente ‘El agente infiltrado’ es de la epidemia de soledad que vivimos, de la gente que se ha visto aislada de de sus amigos y de sus vidas, pero también del valor de la comunidad y sobre cómo éstas comunidades pueden afectarnos en distintas etapas de nuestras vidas. Es sobre el envejecimiento, sobre la pérdida de memoria y, a cierta escala, sobre la muerte”.

'Un hombre infiltrado' en la vejez, la soledad, el olvido y en Netflix

Así es el póster oficial de la serie ‘Un hombre infiltrado’ | Netflix

No está mal para el mismo tipo que, en The Office, interpretaba a Mose, el primo tonto de Dwight.

En España, casi el 45% de nuestros conciudadanos afirman sufrir de soledad no deseada y casi un 10% dicen sentirla durante la mayor parte del día, según datos de Cruz Roja en el marco de su Proyecto CRECE, que persigue transformar los modelos actuales de apoyo y cuidado y lograr una mayor autonomía e integración social de las personas y con ello, trabajar en la prevención de su institucionalización.

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