La directora Sam Taylor-Johnson y el escritor Matt Greenhalgh, que anteriormente colaboraron en la película biográfica de John Lennon de 2009 Nowhere Boy, vuelven a unirse en la cinta biográfica de Amy Winehouse Back to Black. La estrella de Industry, Marisa Abela, se pone el característico peinado de colmena negra y delineador de ojos alado para canalizar a la torturada cantante. Winehouse lanzó el icónico álbum Back to Black en 2006 revolucionando la música y provocando un tsunami sensacionalista. Aquel disco significó el éxito de Amy y la persecución de los paparazzi que documentaron escrupulosamente su deterioro físico y mental por el abuso de drogas y alcohol antes de morir por intoxicación alcohólica en 2011 a los 27 años.
En la sala NeueHouse se organizó una proyección exclusiva de la nueva película Back to Black un día antes de su estreno en los cines de Estados Unidos. Un evento donde estuvo la realizadora para explicar los pormenores de su trabajo. “El álbum Back to Black dictó cómo contamos la historia. Porque, en esencia, ese álbum es una historia de su amor y su desamor. Cuando empezamos la investigación teníamos paredes y paredes llenas de fotos, algunas de ellas eran muy difíciles de ver porque se apreciaba cómo estaba realmente en un lugar terrible. Lo que más llamó mi atención de la documentación fue la cantidad de información gráfica que había, porque significaba que siempre tenía un paparazzi a su lado. Fue un trabajo interminable”, admite Taylor-Johnson, quien acabó dejándose envolver por la música para contar la historia de Amy.
La música como hilo conductor
“La música era la estrella norte en el sentido de que sólo tenía que escucharla para dejarme llevar a través de la narración; al final, me di cuenta de que esa era la mejor manera de hacer este filme”. Los Grammy de la cantante, su abuso de drogas y alcohol y sus intensas relaciones son fundamentales para la historia. “El álbum encuadra la película, porque mi objetivo era mostrar a Amy como un alma creativa; en ese sentido, es muy diferente de las películas biográficas musicales como género”.
Sin ser una película biográfica tradicional, porque aquí no se cuenta la historia de Amy desde la cuna hasta su muerte, la cinta se centra en el álbum Back to Black y la tumultuosa relación de amor entre la cantante y su pareja Blake Civil Fielder. “Ella se convirtió en víctima de su tragedia haciendo que nos olvidáramos de lo brillante que era como cantante. Era una artista total porque todos conectamos con ella cuando la escuchamos”. La música a la que se refiere Taylor-Johnson es el segundo álbum de Winehouse, que incluye éxitos innovadores como Tears Dry On Their Own y Rehab.
Al frente del reparto se encuentra Marisa Abela, actriz que aprendió a cantar para interpretar a Winehouse. “Nosotros no queríamos a alguien que se hiciera pasar por Amy. Necesitábamos a alguien que pudiera habitar, no suplantar el personaje, y cuando conocí a Marisa por primera vez, no me pareció que fuera como ella. Era dulce, tímida y sin la energía de Amy. Pero la segunda vez, cuando la grabé con la cámara, ya no vi a Marisa y vi a Amy. Ese es su poder. Como actriz se ha entregado por completo a su papel”. Abela se atreve a cantar con un timbre de voz similar a ese jazz estilo vintage que volvió inmortal a Amy. Sin embargo, no lo tuvo fácil para conseguir el papel. “Hubo otras actrices”, confiesa la directora de Cincuenta Sombras de Grey, “pero ella fue la última que cruzó mi puerta”.
Una película muy criticada
El guion de Greenhalgh no entra en la psicología de Winehouse, sino que se centra en la tóxica y codependiente relación que mantuvo con Fielder-Civil. “Yo vivía relativamente cerca de Winehouse en aquella época, y aunque nunca la vi a ella siempre veía a los fotógrafos en la esquina de la calle hablando entre ellos sobre el hecho de que ella acababa de pasar por allí”. Firme ante el desafío, la realizadora se ha visto sometida a infinidad de críticas desde que anunció el proyecto. “Si miras el conjunto de trabajos que he realizado, nunca temo el reto, a veces pienso si no hago mi vida lo más difícil posible”.
Taylor-Johnson hizo su debut como directora con Nowhere Boy, en la que su ahora esposo Aaron Taylor-Johnson interpretó a un John Lennon adolescente. Siguió con 50 sombras de Grey y A Million Little Pieces, proyectos que causaron mucha conmoción antes de llegar a la pantalla, aunque ninguna generó tanto ruido (reacciones negativas, críticas, objeciones sin ser vistas) como Back to Black. Acostumbrada al acoso periodístico, la misma vida de Taylor- Johnson se vio rodeada de sensacionalismo cuando se casó con el protagonista de su primer filme, Aaron Taylor- Johnson, 23 años menor que ella.
La directora ha confesado sentirse perseguida por ello. Después de terminar la filmación de Nowhere Boy en 2009, Aaron celebró el primer aniversario de su primer encuentro pidiéndole a Sam que se casara con él. Antes de su boda, la pareja ya tenía dos hijas en común: Wylda y Romy, nacidas en 2010 y 2012, respectivamente. Sam tiene otras dos hijas de un matrimonio anterior, a quienes Aaron se refiere públicamente como sus hijas. La mayor de los cuatro hijos de Sam, Angélica, es sólo seis años menor que Aaron.
Su relación, bajo escrutinio
Sam y Aaron se casaron en 2012 y han estado juntos desde entonces. Sin embargo, no es ningún secreto que la pareja ha enfrentado un escrutinio generalizado en torno a su diferencia de edad y el origen de su romance. A lo largo de los años, ambos han abordado las críticas en numerosas ocasiones. De hecho, el mes pasado, Sam dijo durante una entrevista con The Guardian que su diferencia de edad no es un problema tan grande en su relación como lo es para quienes están fuera de ella. “La diferencia aparece porque lo preguntan. Y surge desde la perspectiva externa de personas que no nos conocen. Somos una especie de anomalía, pero después de 14 años, piensas que ya no debería importarle a la gente y parece que realmente importa”.
Esta misma semana, en plena promoción de Back to Black, Sam está redoblando su postura, diciendo que encuentra “extrañas” las conversaciones sobre la diferencia de edad. “No me interesa hacer una película sobre mujeres mayores casadas con hombres más jóvenes. No me interesa en absoluto y creo que Aaron diría lo mismo. La nuestra es una conexión de almas y corazones y nuestra vida es nuestra vida y la atravesamos de una manera maravillosa y con amor”. Sam habló en la revista Time sobre el escrutinio que conlleva su vida personal y reveló que no lee nada escrito sobre ella en los medios, ya sean reseñas de películas o comentarios sobre su matrimonio. “Ahí es donde reside la locura; en los titulares. La cuestión es que vivo mi vida con bastante tranquilidad y me lanzo a cada desafío con entusiasmo. Creo que si leyera y tomara nota de todo lo que dicen, no estaría haciendo las cosas maravillosas que creo que estoy haciendo. No habría hecho esta película y no habría estado en esta increíble relación durante casi 15 años”.
Como dijo antes de despedirse de nosotros en el teatro: “Hacer cine siempre es difícil, y mucho más cuando te enfrentas a una gran base de fans que entra en pánico al ver lo que vas a hacer. Pero sentí que si podía rodar este filme de una manera que no la victimiza aún más, sino que realmente celebrará su música, merecería la pena. Rodar cualquier película es abrumador y complejo. Hacer una película sobre alguien que provoca tanta emoción en torno a ella, con un legado tan grande es complicado. Pero tiendo a distraerme y me vuelvo bastante miope cuando trabajo sin escuchar nada de nadie. Es una habilidad que tengo y me permite acallar el ruido”.