GIRA CON AMENAZAS

Taylor Swift en Londres, la gran prueba de fuego

Los cinco conciertos en Wembley son los primeros tras la cancelación de las citas en Viena. La cantante, preocupada por la seguridad de sus fans

Los viajes de Taylor Swift - Cultura
Taylor Swift durante uno de sus múltiples conciertos EFE

Taylor Swift afronta desde este jueves en Londres uno de los desafíos más delicados de su carrera. La cantante con más números uno en la historia vuelve al estadio de Wembley, donde ya había actuado en junio, para cerrar la gira europea de su mastodóntica tournée Eras Tour, pero, en esta ocasión, el factor clave no son los récords alcanzados, ni qué sorpresas llevará al escenario en las cinco noches previstas en la capital británica, sino la seguridad.

La cancelación de las tres actuaciones programadas en Viena la semana pasada, tras la interceptación de una trama terrorista, ha reavivado el debate sobre la protección de artistas y asistentes y la propia Swift había reconocido en el pasado que la seguridad de sus fans es su mayor temor. Sus redes sociales, tanto sus cuentas personales como las gestionadas por su equipo, han mantenido un enigmático silencio desde la anulación de las citas en Austria, un contraste frente al personalísimo mensaje escrito por la cantante cuando no habían pasado ni 24 horas del ataque en Southport (al noroeste de Inglaterra), en el que fallecieron tres niñas de entre seis y nueve años que asistían a una actividad de verano centrada en la música de Taylor Swift.

Su llegada a Londres

La artista lleva en Londres varios días y, a principio de semana, se la vio abandonar un local donde había organizado una cena de homenaje para el personal que la ha acompañado en la gira. Con gesto serio y el pelo más oscuro que su rubio habitual, su apariencia era la antítesis de la imagen liviana que habitualmente proyecta en público, si bien las autoridades británicas han asegurado que nada sugiere que lo acontecido en Viena vaya a tener “impacto alguno” durante su estancia en la capital de Reino Unido.

Consciente de la alarma, la Policía Metropolitana, el mayor cuerpo del país, ha publicado expresamente un comunicado para apelar a la calma y recordar que Londres tiene una amplia experiencia a la hora de “albergar cada año un número significativo de eventos de perfil muy alto, con millones de visitantes que tienen una experiencia segura y agradable”.

Scotland Yard ha admitido, no obstante, que trabaja estrechamente tanto con los equipos de seguridad de Wembley, como con otros agentes clave, dada la amenaza desvelada en Austria y la magnitud logística que entraña la segunda escala británica de un tour del que se espera que recabe, en total, unos 2.000 millones de dólares, más del doble del récord hasta la fecha, ostentado por Elton John tras su gira de despedida, Farewell Yellow Brick Road, que rozó los mil millones de dólares.

Como consecuencia, ante los cinco conciertos en Wembley, se han reclutado servicios adicionales de seguridad, especializados en la lucha contra el terrorismo. Las agencias, pese a ser privadas, están colaborando con la policía tanto en el despliegue de la inteligencia previa, como en el dispositivo de seguridad en los días en los que están programadas las actuaciones, que comienzan este jueves y continuarán viernes, sábado, lunes y, por último, martes 20 de agosto.

Más medidas de seguridad

Paralelamente, se han endurecido las medidas para los asistentes, que verán controles adicionales en varios puntos tanto de los alrededores del estadio, como en el interior; acampar en la zona está prohibido y hay malas noticias para quienes no tengan entrada: no se permitirá estar en las inmediaciones de Wembley. Como resultado, los ‘swifties’, como se conoce a los leales fans de la cantante, no podrán replicar las grandes concentraciones desplegadas en ciudades como Munich, con decenas de miles de personas en el exterior de los recintos para corear, desde fuera, las canciones de su ídolo.

Reino Unido no es, de hecho, ajeno al trauma colectivo que, inevitablemente, genera el terrorismo, ni tampoco a ataques planeados precisamente en conciertos de artistas populares. En 2017, un total de 22 personas, incluyendo niños, murieron en un atentado perpetrado durante un concierto de Ariana Grande en Manchester, un incidente que marcó profundamente a la propia Taylor Swift: en un artículo en la revista Elle con motivo de su 30 cumpleaños, admitió que aquello le había provocado un “absoluto terror a ir de gira”. “No sabía cómo íbamos a mantener a salvo a tres millones de fans, durante siete meses”, relató, un sentimiento de “miedo de la violencia” que, confesó, ha continuado en su vida personal.

Seis giras mundiales

Pese a su juventud, Swift cuenta con amplia experiencia en grandes eventos, con seis giras mundiales desde que comenzase en 2009, con apenas 20 años, tras la publicación de su disco Fearless, pero nada iguala la dimensión de su Eras Tour. En tres horas de concierto, revisa los grandes éxitos de sus once álbums, para delirio de su fiel legión de fans, que viven su música con igual fervor que las sorpresas que habitualmente les brinda la cantante, o los supuestos mensajes codificados que identifican en las actuaciones.

Pero hitos como ser la artista con más Premios de Música Americana (American Music Awards), la única en ostentar cuatro premios Grammy al ‘Disco del Año’, o romper todos los récords en las plataformas de música en streaming, acarrean un peaje en materia de seguridad y exposición, como Taylor Swift ha tenido la oportunidad de aprender en un tour de force artístico que ha reescrito las reglas del firmamento musical en el siglo XXI.