Tamara de Lempicka, biografía de la reina del Art Déco, el lujo y los excesos

Tamara de Lempicka pasó a la historia como la mujer que reinó en el art déco, además de por su afición por el lujo y los excesos. Nunca dejó indiferente a nadie, ni por sus obras ni por su personalidad

Una joven Tamara de Lempicka mira desafiante a la cámara.

Tamara de Lempicka pasó a la historia como la mujer que reinó en el art déco, un movimiento de diseño popular entre 1920 y 1940 caracterizado por sus formas geométricas, los materiales modernos y el colorido en grandes cantidades.

La artista, que falleció hace 44 años, no solo destacó por sus obras dentro de esta modalidad, también lo hizo por su tendencia a los lujos y el exceso, así como por su peculiar y misteriosa personalidad. La mayoría de los estudiosos la describieron como alguien excesiva, transgresora, bisexual, fiestera y cazadora de amantes. Pero también disciplinada, obsesiva, admiradora del renacimiento, representante del cubismo y sobre todo, un icono pop que adelantado a su época.

Fue una mujer que nunca dejó indiferente a nadie, ni por su personalidad intensa ni por sus obras únicas. Fue una mujer rebelde e independiente, de hecho, como curiosidad, ella destacó siempre el consejo que una vez le dio su hermana: “Haz una carrera y no tendrás que depender de tu marido”, y así fue como la artista vivió su vida.

Una biografía llena de incertidumbres

La artista nunca dejó claro muchos de los datos de su biografía, incluso datos tan simples como la fecha o el lugar de nacimiento. Muchos expertos creen que nació en Varsovia en 1898, pero ella misma decía a veces que nació en 1907 en Moscú. Hasta su propio nombre fue una incertidumbres, unos creen que se llamaba María y otros que se llamaba Tamara. Fuera como fuese, pasó a ser conocida en todo el mundo como Tamara de Lempicka, su nombre artístico.

Nació en una familia económicamente muy acomodada. Su madre pertenecía a la aristocracia polaca y su padre era un reconocido abogado. Aunque no fue hasta los 18 años, cuando se casó, que empezó a estudiar la carrera de bellas artes.

El éxito de Lempicka

Su éxito llegó en 1925 de la mano de la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas, que más tarde dio nombre al estilo art déco.

La técnica de Lempicka, según los expertos, “era limpia, precisa y elegante, pero al mismo tiempo cargada de sensualidad. Los elementos cubistas de sus pinturas generalmente estaban en el fondo. Las texturas suaves de la piel y los tejidos igualmente lisos y luminosos de la ropa fueron los elementos dominantes de sus pinturas”. Obras como Grupo de Cuatro Desnudos, de 1925, o La bella Rafaela, de 1927, muestran “superficies ocupadas por primeros planos de desnudos femeninos, en posiciones abiertamente sexuales y con ese estilo plano, geométrico y delineado”, que convirtió su arte en el paradigma del art déco.

Una joven Tamara de Lempicka posa en su jardín.

La obra más conocida

En 1929 pintó la que se convertiría en su obra más conocida, Autorretrato en un Bugatti verde, el icono más famoso y reconocible de la pintura art déco.

La protagonista de la obra es la propia Lempicka, que mira desafiante a la cámara y se muestra a sí misma con un rostro serio, propio de los hombres de la época. Aparece con un casco de cuero y guantes y envuelta en una bufanda gris. El empleo de estos tonos hace que el retrato tenga cierta belleza fría, independencia, riqueza e inaccesibilidad.

El lienzo fue un encargo para la portada de la revista de moda alemana Die Dame y es “un compendio del estilo único y personal de la artista: superficie totalmente cubierta, zonas geométricas y delineadas, reflejos metálicos que hacen casi imposible distinguir entre el metal y los tejidos, y un desafío evidente a la mirada masculina”.

Esta obra fue toda una declaración de intenciones de la artista. Se mostró a sí misma como una mujer indomable y fuerte, capaz de medirse con un hombre, ya que para ella, no existía diferencia alguna. Fue amiga de reconocidos artistas como  Picasso, Cocteau, Greta Garbo o Dalí, admirada por Barbra Streisand, Jack Nicholson, e incluso Madonna, la cual llegó a inspirarse en ella para uno de sus vídeos musicales.

De izquierda a derecha, las obras Andromeda (1929) y Autorretrato en un Bugatti verde (1929). 

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