En la era digital, los videojuegos se han convertido en una industria monumental, valorada en cientos de miles de millones de euros y con una base de clientes que supera los miles de millones en todo el mundo. Sin embargo, una práctica comercial cada vez más común amenaza con socavar este medio artístico y cultural. La iniciativa Stop Destroying Videogames surge como respuesta a esta problemática. Solicita una legislación que obligue a los distribuidores de videojuegos en la Unión Europea a mantener los juegos en un estado funcional para los consumidores.
El problema de la desactivación remota de videojuegos
Durante los últimos años, ha crecido el número de distribuidores que venden videojuegos que requieren una conexión constante a Internet para funcionar, conectándose regularmente a los servidores del distribuidor. Esta práctica, si bien no es inherentemente negativa, se convierte en problemática cuando los distribuidores deciden desactivar estos servidores, dejando a los consumidores con productos inutilizables. En muchos casos, los distribuidores no proporcionan alternativas para que los juegos continúen funcionando sin su intervención. Y a menudo destruyen todas las copias operativas del juego, impidiendo cualquier intento de reparación por parte de los usuarios. Eso es contra lo que lucha Stop Destroying Videogames.
Este fenómeno representa una violación de los derechos de los consumidores, pero también destruye obras creativas únicas que, al igual que las películas o la música, no pueden ser simplemente reemplazadas por otras. La pérdida de estos videojuegos no solo borra parte de la historia del medio, sino que también priva a los jugadores de experiencias y recuerdos valiosos. Por eso Stop Destroying Videogames está luchando para revertir ese daño. En estos momentos, a la hora de publicar este reportaje, llevan recolectadas cerca de 60.000 firmas del millón que se requiere para sacar adelante la Iniciativa Ciudadana Europea.
¿Qué es la iniciativa Stop Destroying Videogames?
Un niño disfrutando de los videojuegos | Shutterstock
Stop Destroying Videogames es una iniciativa que busca proteger a los consumidores y preservar el legado cultural de los videojuegos. La campaña solicita que se exija a los distribuidores mantener los videojuegos en un estado funcional, evitando la desactivación remota sin proporcionar medios razonables para que estos juegos sigan funcionando. Importante destacar que la iniciativa no pretende adquirir la propiedad de los videojuegos, ni los derechos intelectuales o de monetización asociados. Simplemente busca que los consumidores puedan seguir disfrutando de sus compras de manera razonable.
La campaña se basa en varios artículos de la legislación de la Unión Europea para justificar sus demandas. Entre ellos, el artículo 17, apartado 1, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que establece que nadie puede ser privado de su propiedad sin justa indemnización. La desactivación remota de videojuegos, argumenta la iniciativa, priva a los consumidores de su propiedad sin compensación alguna, lo que constituye una violación de este derecho fundamental.
Además, se invoca el título XV del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) y varios artículos del mismo, como el artículo 169, apartado 1, que obliga a la UE a promover los intereses de los consumidores y garantizar un alto nivel de protección. La práctica de desactivar videojuegos socava esta obligación, y las medidas adoptadas en respuesta a la iniciativa deben anular y reemplazar cualquier acuerdo de licencia de usuario final asociado a los videojuegos.
El futuro de la preservación de videojuegos
La magia de los accesorios para los amantes de los videojuegos | Game Rant
La preservación de videojuegos es un tema cada vez más relevante en la era digital. A medida que los videojuegos evolucionan y se vuelven más complejos, la necesidad de preservar estos trabajos para futuras generaciones se vuelve más urgente. La iniciativa Stop Destroying Videogames no solo busca proteger los derechos de los consumidores, sino también asegurar que los videojuegos, como forma de arte y medio cultural, no se pierdan con el tiempo.
“Hay dos elementos clave: que no nos confisquen algo por lo que hemos pagado, algo que me parece bastante lógico, y la preservación de los videojuegos”, explicó Edea en exclusiva para Artículo 14. Edea es una gran amante de los videojuegos y divulga sobre la industria en sus redes sociales. Para ella, “al cerrar los servidores esos juegos quedan inutilizados y, como sucede a menudo con el cine clásico, se terminan perdiendo para siempre”.
“Me daría bastante pena que los videojuegos se pierdan en el tiempo”, siguió contándonos Edea. “El videojuego se ha convertido en un elemento muy importante de nuestra cultura. Ya es hora de que se proteja con leyes a su favor”.