Cuando creíamos que habíamos visto todo sobre Teresa de Calcuta, el cineasta suizo Kamal Musale, de origen indio, nos sacude con la película El milagro de Madre Teresa, diferente a las demás, en la que retrata a una inquebrantable Teresa y emprende un viaje a su misteriosa “noche oscura”.
El largometraje aborda una doble historia: la de la santa y la de Kabita, que descubrirá su camino precisamente gracias a una crisis de identidad, así como Teresa acepta su misión en el desprendimiento más radical de su ser. Este viernes, 12 de abril, llega a los cines la película, cuyos beneficios de taquilla se destinarán a la Fundación Zariya, iniciativa dedicada a ayudar a los pobres y enfermos de la India, creada en el centenario del nacimiento de la Madre Teresa.
El director de cine Kamal Musale está al frente de la película ‘El milagro de Madre Teresa’
La película explora el dolor que Teresa de Calcuta experimentó en su intimidad y en su vida de fe. Pocas películas han abordado este tema y, las que lo han hecho, lo han tratado de forma tangencial. ¿Cómo surgió este proyecto y por qué quiso que la “noche oscura” de la santa ocupara un lugar central en la película?
Había oído hablar de la crisis de fe de la Madre Teresa escuchando una entrevista a una religiosa francesa hace años, y me pareció un hecho fascinante que da una luz diferente al icono, un lado más humano al mito de la Madre Teresa que se ha construido durante décadas de relatos. Me inspiró en relación con mis propias experiencias con los pobres y moribundos que filmé en distintas partes del mundo. No se puede ser insensible al calvario de la miseria. Una crisis espiritual produce mucho sufrimiento, pero se puede ocultar, y reconozco en la Madre Teresa esta capacidad de ocultarla.
“No se puede ser insensible al calvario de la miseria”
También creo que hay que tener esperanza en la vida para sobrevivir. Es normal tener dudas de fe o perder la esperanza en algunas etapas de la vida; forma parte de nuestra condición humana. Por tanto, incluye también a los santos, ya que son personas reales antes de morir y ser canonizados. La crisis de la Madre Teresa no es extraña, salvo quizá por su duración…
Se convirtió en una oscuridad interior que la consumió. Para comprender la luz, hay que enfrentarse a la oscuridad. Y entonces puedes seguir haciendo el bien, como hizo la Madre Teresa. Esta capacidad de dar y de amar, incluso con la mayor de las dudas, es muy inspiradora; inspira compasión.
En esta película descubrimos una nueva dimensión de la Madre Teresa como “la mujer detrás del mito”. La vemos como una mujer de carne y hueso, con inseguridades y miedos, y el filme establece esa comparación con otra mujer joven y contemporánea, como cualquiera de nosotras hoy en día. Como mujer, ¿qué retos y logros destacaría de Teresa?
Antes de ser santa, la Madre Teresa era una mujer real, fuerte y vulnerable a la vez. No era perfecta, pero se esforzó al máximo por seguir su vocación. Su enérgico carácter la guió en su misión. Incluso cuando dudaba, continuaba con su trabajo. Esta confianza falta con demasiada frecuencia en las mujeres de todas las generaciones. En ese sentido, la Madre Teresa puede ser un modelo para una joven como Kavita: sigue tu inspiración y tu vocación, incluso cuando el camino no esté claro.
“Antes de ser santa, la Madre Teresa era una mujer real, fuerte y vulnerable a la vez”
Todos tenemos luchas, oscuridades y signos de interrogación, independientemente de la época, la educación, la afiliación religiosa y la edad. Saber quién eres, amarte a ti misma y luego prepararte para amar a los demás es exactamente lo que la historia de ambas mujeres nos muestra en la película.
Fotograma de la película ‘El milagro de Madre Teresa’, dirigida por Kamal Musale
Hemos visto a Madre Teresa retratada en muchas otras películas; en esta, su semblante es diferente a las anteriores. ¿Por qué eligió a Jacqueline Fritschi-Cornaz para encarnar a la santa?
Jacqueline es la impulsora del proyecto. Estaba en la India y sintió la necesidad de contar su experiencia de encuentro con la pobreza a través de la historia de la Madre Teresa. A su marido Richard se le ocurrió la idea de crear la Fundación Zariya, con Thierry Cagianut y Anaita Daruwala, para financiar la película sólo con donativos. Se acercaron a mí con su idea y rodamos un vídeo de 15 minutos sobre la película, que resultó útil para consolidar la recaudación de fondos con la red que pasaron un año de interés. A lo largo de un año, hicimos más de 50 proyecciones de ese vídeo en todo el mundo para recaudar fondos y poder iniciar la producción. Jacqueline se dedicó a diseñar una Madre Teresa más joven, de la que tenemos muy pocas imágenes. También es coproductora de la película.
Vemos unas imágenes de Teresa menos coloreadas; se percibe un tratamiento del color diferente. Parece que quiere transmitir algo con esta técnica cromática. ¿Con qué intención lo ha hecho?
Los inicios de la Madre Teresa son en sepia, cercanos al blanco y negro, para inspirar la vida monástica que eligió. En cambio, al principio, Kavita no está muy centrada; vive una vida superficial que se representa como sobresaturada y muy emocional. A medida que avanzan sus respectivas historias, vemos que Teresa se vuelve más emocional respecto a su “noche oscura” y que Kavita se acepta poco a poco a sí misma. En la última parte de la película, ambos personajes encuentran la paz con ellos mismos, lo que se representa con un equilibrio cromático idéntico para cada historia, ahora más en colores pastel.
“Tengo sed”: En el minuto 1:40 de la película, todo cobra sentido. Para Teresa, es el reencuentro con Jesús, la confirmación de su amor y la certeza de su presencia; para Kavita, es descubrir la trascendencia en el amor a los demás y el cuidado de los pobres. ¿Cómo creó este paralelismo en los dos personajes? ¿Buscaba un trasfondo espiritual en el viaje de Kavita?
El momento puede interpretarse de distintas maneras, según el trasfondo de cada uno. Sin duda es un momento de aceptación, un momento en el que ambas mujeres aceptan su situación. Si Jesús no habla más con Teresa, ese es su destino, y ella lo acepta. Servir a los pobres era siempre tocar a Jesús, como ella decía a menudo. Kavita, enfrentada a la muerte, no puede evitar sentir que podría no haber existido en absoluto; ese sentimiento le ayuda a aceptarse a sí misma y a su propia vida. Ambas mujeres asumen lo que realmente sienten en su interior en ese momento.