Enclavado en el corazón de Las Palmas de Gran Canaria, el Hotel Santa Catalina, a Royal Hideaway no es solo un alojamiento de lujo; es un pedazo de historia. Desde su inauguración en 1890, este icónico edificio ha sido un refugio de tranquilidad y sofisticación que ha atraído a ilustres personalidades como Agatha Christie, Winston Churchill y Ava Gardner. Con más de un siglo de tradición, el hotel combina la elegancia clásica con servicios de vanguardia que lo convierten en un destino de ensueño tanto para visitantes internacionales como para la sociedad local.
Un oasis con historia y encanto atemporal
La historia del Hotel Santa Catalina es un reflejo de la transformación de Gran Canaria en un punto de encuentro internacional. Concebido para recibir a los viajeros de la alta sociedad europea que llegaban a la isla en busca de su clima benigno, el hotel fue rápidamente adoptado como un símbolo de prestigio y exclusividad. Desde su fachada de estilo colonial hasta los exuberantes jardines que lo rodean, cada rincón evoca una época de esplendor.
La fachada colonial del hotel Santa Catalina a Royal Hideaway, en Gran Canaria
Agatha Christie, por ejemplo, encontró en sus estancias en el hotel la inspiración para escribir El misterio del tren azul. Por su parte, Ava Gardner disfrutó de su glamour durante sus visitas, mientras que Winston Churchill optó por el Santa Catalina como su base en las islas, fascinado por la discreción y el confort del lugar.
Por Santa Catalina han pasado también personajes ilustres de la talla de la soprano María Callas, el actor Gregory Peck (cuando rodó la película Moby Dick, en 1956)o los cantantes Julio Iglesias y Lola Flores. Allí también se han alojado mandatarios importantes como el mencionado Churchill, el Príncipe Carlos de Inglaterra, miembros de la Casa Real española o los expresidentes del gobierno Felipe González y José María Aznar.
Tras una remodelación en 2019, el hotel ha sabido conservar su legado histórico mientras incorpora todas las comodidades modernas. Su estatus como parte de la colección Royal Hideaway del grupo Barceló subraya su compromiso con la excelencia.
Habitaciones y servicios de lujo
Con 204 habitaciones decoradas con un gusto exquisito, el Santa Catalina ofrece un abanico de opciones que van desde estancias estándar hasta lujosas suites con vistas a la bahía de Las Palmas. El hotel cuenta con una piscina al aire libre rodeada de palmeras centenarias, un spa de última generación que ofrece tratamientos personalizados y un gimnasio equipado con tecnología avanzada.
Las piscinas del hotel Santa Catalina a Royal Hideaway
Además, el hotel organiza actividades culturales y experiencias exclusivas para sus huéspedes, desde catas de vino hasta paseos guiados por los puntos históricos de la ciudad. Todo está diseñado para garantizar que cada visitante viva una experiencia única e inolvidable.
Una oferta gastronómica estelar
El Hotel Santa Catalina no solo se destaca por su historia, sino también por su excelencia culinaria, que lo sitúa como un referente en la alta gastronomía de Gran Canaria. Entre sus múltiples opciones, brillan dos restaurantes galardonados con estrellas MICHELIN que son un verdadero regalo para los sentidos. Por un lado, Muxgo, un tributo a la sostenibilidad y el sabor canario. Dirigido por el chef Borja Marrero y con una estrella Verde de la Guía MICHELIN y una estrella MICHELIN convencional, este espacio es un tributo a los sabores locales y la sostenibilidad. Su filosofía se centra en el uso de productos de kilómetro cero, muchos de ellos cultivados o criados en Gran Canaria, lo que no solo minimiza su huella ecológica, sino que también potencia el sabor auténtico de sus creaciones.
El menú degustación de Muxgo, que cambia con las estaciones, ofrece platos que son pequeñas obras de arte, como el cochino negro canario o la flor de plátano en texturas. Cada bocado cuenta una historia, enraizada en la tradición culinaria de las islas y reinterpretada con una visión contemporánea.
El restaurante MuXgo, de Borja Marrero, se encuentra en el Hotel Santa Catalina A Royal Hideaway
Poemas by Hermanos Padrón: Una experiencia de arte culinario
Por su parte, el restaurante Poemas by Hermanos Padrón, también galardonado con una estrella MICHELIN, es un homenaje a la creatividad y el refinamiento. Inspirado en la poesía visual y la sensibilidad artística, este restaurante combina técnicas modernas con ingredientes premium para ofrecer una experiencia gastronómica única. El menú de Poemas incluye desde pescados y mariscos frescos hasta postres que desafían las expectativas, todo maridado con una selección de vinos que abarca las mejores denominaciones de origen internacionales y locales.
Además, cada domingo, el hotel organiza un exclusivo brunch que se ha convertido en un punto de encuentro para la sociedad canaria. En un ambiente elegante y relajado, los asistentes disfrutan de una cuidada selección de platos que incluyen mariscos frescos, quesos artesanales, pastelería fina y una variedad de champanes. El brunch no es solo una experiencia gastronómica, sino también un evento social donde se dan cita figuras destacadas de la isla, artistas, empresarios y visitantes que buscan un momento de indulgencia en un entorno inigualable.
Más allá de las puertas del hotel: la Fundación Santa Catalina
El legado del Hotel Santa Catalina trasciende su función como alojamiento de lujo. A través de la Fundación Santa Catalina, el establecimiento se involucra activamente en la promoción de la cultura y el arte local. A lo largo del año, organiza exposiciones, conciertos y conferencias que enriquecen la vida cultural de Las Palmas y fortalecen el vínculo del hotel con la comunidad. Además, la fundación apoya proyectos de sostenibilidad y conservación del patrimonio, reafirmando el compromiso del hotel con su entorno natural y social.
El Hotel Santa Catalina a Royal Hideaway es mucho más que un lugar donde alojarse; es un espacio donde la historia, la cultura y la excelencia convergen. Con su impresionante legado, sus servicios de lujo y su apuesta por la alta gastronomía, este hotel sigue siendo un referente que no solo atrae a viajeros de todo el mundo, sino que también enriquece la vida local de Gran Canaria.
El hotel es también un icono en la ruta arquitectónica de Las Palmas: fue declarado Monumento Histórico y Artístico de la isla y, tras ser comprado por el Ayuntamiento en 1923 a su propietario original, The Canary Islands Company, empresa que pertenecía a las tres familias británicas residentes en Gran Canaria por entonces (los Miller, los Blandy y los Jones), fue totalmente remodelado. El nuevo edificio (inaugurado en 1951), diseñado por el arquitecto grancanario Miguel Martín-Fernández de la Torre, forma parte del Patrimonio Arquitectónico y Cultural de la capital canaria como uno de los ejemplos más significativos del movimiento regionalista del siglo XX.