Entrevista / Marta Salicrú

“Rosalía es excepcional, porque siendo una mujer, si hubiera sido mediocre no habría triunfado”

La periodista Marta Salicrú recorre en una extensa biografía no autorizada las claves de la vida de la cantante, que acaba de lanzar nueva canción, 'Omega'.

La artista catalana Rosalía en uno de los conciertos de su gira 'Motomami'.

Aunque no tanto desde su álbum debut, Los Ángeles (2017), pero sí ya desde el segundo, El Mal Querer (2018), Rosalia Vila Tobella (Sant Esteve Sesrovires, 1992) ha dado forma a un lenguaje propio con el que articula el universo de su proyecto artístico, que, como todo lo que hace, es una mezcla de fuentes: palabras en castellano normativo, coloquialismos, anglicismos, préstamos del español puertorriqueño, dominicano o de otros países de habla hispana, y un argot sui géneris resultado de su creatividad.

Así lo ha estudiado y así lo define la periodista musical Marta Salicrú, que lanza el día de su cumpleaños el libro Rosalía de la A a la Z, una enciclopedia en la que cada una de las 27 letras del abecedario repasan diferentes términos para entender el lenguaje verbal y musical de Rosalía: autotune, bizcochito, cantaora, despechá, emperatriz, frontear, gyales, hentai, latina, malamente, otaku, pimpear… Muchas de ellas, recogidas en Abcdefg, el track número catorce de su álbum Motomami (2022).

El libro coincide con el 32 cumpleaños de la cantante y el lanzamiento de Omega, una nueva canción junto con Ralphie Choo (Ciudad Real, 1999), cantante y productor que debutó con Supernova (2023), un álbum tan experimental como redondo, que se coló en las listas de mejores discos nacionales del año pasado y cuyo vinilo está actualmente en el número 1 de los más vendidos en España. Pero este pequeño libro es, sobre todo, una inmersión en el universo de una artista que no conoce límites y que desafía constantemente lo que conocemos como “vanguardia”.

La periodista musical Marta Salicrú

La periodista musical Marta Salicrú

Más que un “abecedario”, es una tesis doctoral sobre Rosalía. ¿Cómo nació este proyecto?

El punto de partida fue la editorial: me encargaron un libro sobre Rosalía. Yo sabía que si aceptaba iba a suponer una gran dedicación, y sólo estaba dispuesta a hacerlo con alguien que admirara tanto como Rosalía. Por otro lado, sabía que tenía que haber un equilibrio entre lo ligero y lo denso, y que la trayectoria y el análisis del universo artístico de Rosalía tenían que servir para poner en contexto su universo creativo. Igual hay fans que no descubren nada nuevo sobre ella, pero podrán ponerla en contexto con movimientos musicales y culturales incluso previos al nacimiento de Rosalía. Ella es muy culta y maneja muchas referencias que la trascienden.

La entrevistaste en 2016 para la revista Time Out, justo antes de lanzar Los Ángeles. ¿Cómo la descubriste?

Rosalía tenía algo del topicazo de “el secreto mejor guardado de Barcelona”. A mí me habían llegado algunos inputs: había escuchado hablar de una chica que cantaba flamenco en las salas pequeñas, como la Heliogàbal, y sentía fomo (fear of missing out) laboral por habérmela perdido. Ese conocimiento indirecto se me mezcla con ser consciente de su potencial cuando sacó Antes de morirme con C. Tangana. La primera vez que la vi actuar fue en las fiestas de La Mercè de ese año, 2016, y ahí es cuando le pedí la entrevista.

Marta Salicrú ha escrito "Rosalía de la A a la Z" (Libros Cúpula)

Marta Salicrú ha escrito “Rosalía de la A a la Z” (Libros Cúpula)

“Rosalía lleva anillos como los del Cigala, de hombre, con sello. Pero a ella le dan un aire ‘bling-bling’, como la cadena de oro que se cuelga del cuello Kanye West. Rosalía es esto: una cantaora que rapea con C. Tangana, el MC de moda, y que tanto escucha Enrique Morente y Chato de la Isla como Kendrick Lamar y James Blake”, escribes entonces.

Nosotros la entrevistamos en octubre y el álbum debut, que grabó con Raül Fernández, Refree, Los Ángeles, se publicó en febrero de 2017. No fue una entrevista promocional cerrada con el sello, y aun así yo pensaba que estaba llegando tarde al fenómeno. Pero tuve suerte, porque contaba con el apoyo de la directora de Time Out y podía decidir: un mes antes entrevisté a Bad Gyal. Rosalía es una artista muy instintiva, y creo que es una de las mejores herramientas que tenemos para detectar tendencias: el instinto.

Cuando empezó a triunfar, la pregunta sexista siempre era: ¿a quién tiene detrás?

Totalmente. Cuando hicimos la primera entrevista vino ella con sus looks en una bolsa de papel. Ella lo que tenía era su visión: lo que pensaba para sí misma en el futuro. Y esa dirección la guiaba. Pero siempre parecía que ella sola no podía hacer nada, que tenía que tener todo un equipo (de hombres) detrás.

En la parte de “aprendizaje” explicas cómo ella busca siempre desafiarse a sí misma, mejorar, avanzar. Uno podría pensar que había encontrado su hueco en el flamenco y de repente lanzó El Mal Querer, que era muy urbano. Y de nuevo otro giro con Motomami

Es una artista visionaria: tiene una capacidad de adelantarse a la tendencia pero en el momento justo. Se adelanta en el momento exacto en el que su público la puede seguir: su música tiende a la vanguardia pero no es vanguardia, porque en seguida se convierte en tendencia. Me gusta el símil con Casandra, porque tiene su visión y convence al resto. Y creo que la transformación es algo muy definitorio, aunque no será tan clave como lo ha sido con Motomami, porque dudo de que ella quiera quedarse estática.

Rosalía, en una foto reciente de su cuenta de Instagram

Rosalía, en una foto reciente de su cuenta de Instagram

¿Crees que perdió seguidores, que había consolidado con El Mal Querer, cuando lanzó Motomami?

Puede ser, pero el boom internacional que consiguió lo compensó. Seguro que muchos se quedaron por el camino por el elemento de vanguardia que tiene, pero a la vez sumó a mucho público nuevo. Rosalía tiene muy buena estrategia; por ejemplo, la colaboración que acaba de hacer con Lisa, de Blackpink, es algo que la sitúa en el centro del k-pop. Ella mira siempre hacia delante, y quien pueda que la siga. Lo que está claro es que ella no va a comprometer su arte y su visión para complacer a nadie.

“Rosalía no va a comprometer su arte y su visión para complacer a nadie”

A partir de 2019 Rosalía comienza varias colaboraciones con hombres reguetoneros: J Balvin, Ozuna, Bad Bunny, Daddy Yankee…

En ese momento algunos empezaron a rasgarse las vestiduras, y eso que ya había que tranquilizar a los viejos periodistas musicales roqueros que se llevaban las manos a la cabeza por la llegada del reguetón y la música urbana. Pero a la vez hubo sensación de que estábamos perdiendo a Rosalía porque estaba perreando hasta el suelo. Ella lo dice en Sakura: “Si estoy aquí es pa’ romper, y si me rompo me romperé”. Ella va a continuar con su visión, y si en el camino se rompe su constructo de “Rosalía como la gran esperanza del pop español”, que se rompa.

¿Crees que es parte del triunfo de Rosalía su cercanía, dejarnos entrar en su vida? En la gira de Motomami ella misma utilizaba primeros planos, selfies, se desmaquillaba delante de todos nosotros…

Ella ha mantenido siempre una relación de cercanía y se ha presentado como una persona muy accesible tanto en redes sociales como en su relación con los fans. Con el fenómeno Brat de Charli XCX o con las declaraciones de Chappell Roan se está teorizando mucho sobre cómo las grandes estrellas del pop actuales se muestran vulnerables: ella, de nuevo, se adelantó a su tiempo, porque lo ha hecho desde el principio. Siendo millennial, ella ha conectado con la Generación Z, que quiere vivir más tranquila, ser más auténtica, más natural.

Citas a Bowie, a Beyoncé, a Madonna. Las mujeres (o los queer) siempre puestos en entredicho, y Rosalía engarza en ese recorrido. Sin embargo, Enrique Morente y Lagartija Nick revolucionaron la música y no enfrentaron la mitad de críticas o vigilancia que ellas…

Esto va a ir cambiando a medida que se produzca el relevo generacional, también en la profesión del periodismo cultural. En concreto los críticos musicales suelen ser hombres, y esto también tiene que cambiar. Muchas de las críticas supuestamente artísticas que se han hecho a Rosalía tienen una raíz más misógina que auténticamente musical. Alejandro Sanz es andaluz y nunca se le ha echado en cara que sea payo, mientras que a Rosalía sí (aquí yo defiendo que hay algo de catalanofobia). Y respecto a Omega, así se llama la nueva canción de Rosalía… ella no deja nada al azar.

Marta Salicrú, durante su entrevista con Artículo 14

Marta Salicrú, durante su entrevista con Artículo 14

Está sometida a una vigilancia estricta. ¿Crees que si no fuera tan perfecta en todo, tuviera la carrera musical que tiene, hubiera demostrado una y otra vez de lo que es capaz, habría llegado a donde está? ¿Qué hubiera pasado si hubiera sido simplemente “buena”?

Rosalía es excepcional: siendo una mujer, si hubiera sido mediocre no habría triunfado. Es algo que reivindicamos desde el feminismo: el derecho a la mediocridad. Pero Rosalía no lo quiere, y en realidad, ¿quién lo quiere? Que se conforme quien se tenga que conformar, pero es imposible que ella se conforme: primero, porque ella es excelente como artista; segundo, porque ahora mismo, que tiene muchísimas presiones por todas partes, tiene la voluntad de aspirar a dar lo mejor de sí misma. Ella requiere sus tiempos para quedar satisfecha, porque es una persona muy exigente.

Dice tu biografía que estás “juqueá” por la cultura pop desde pequeña. ¿Nacer en los 80 imprime carácter? ¿Entiendes el salto generacional que ha supuesto Rosalía?

Todo el lenguaje del libro es “Rusi coded” en el libro, porque además me encanta el sentido del humor que ella tiene, aunque en sus primeros discos no se apreciara tanto (porque hablaban de la muerte y de una relación abusiva). Respecto a los cambios generacionales, mi sensación es que Rosalía, por estar en el cruce entre unos y otros, tiene una posición privilegiada: es la más moderna de las millennials y la más espabilada de las zetas. Yo me identifico porque estoy en la bisagra de la generación X y la millennial. Una anécdota: dando clase sobre el álbum Lemonade de Beyoncé, un año me di cuenta de que ya no les parecía algo moderno, sino un carcamal que había vampirizado obra de otros artistas. Algo que también ha sufrido Madonna. No estamos en el momento de que le suceda a Rosalía; de hecho, a David Bowie nunca le pasó, aunque quizá fue por la misoginia interiorizada. La relevancia y la vigencia es mucho más exigente con las mujeres. Louise Bourgeois decía que es en la madurez cuando las mujeres logran su cúspide artística, y creo que Rosalía en su madurez nos va a seguir sorprendiendo.

A lo largo de tu carrera como periodista cultural, ¿qué fenómeno te ha sorprendido más? Tú eres, de hecho, parte del fenómeno con Radio Primavera Sound: de la desidia de la radio musical a conseguir crear un modelo nuevo, hecho por gente joven para gente joven…

Lo que me gusta es que algo me sorprenda y la sensación de no entender las cosas para ponerme las pilas. Yo vengo del pop, y en concreto del indie pop, y todo lo que he ido aprendiendo ha sido por mi profesión, para no quedarme atrapada: flamenco, jazz, hip-hop… Sin embargo, el momento del trap, que fue hace más o menos diez años, nos removió a todos: investigué mucho e hice muchas entrevistas, como a los PXXR GVNG, que fue algo muy parecido a lo que sucedió con Rosalía. Lo más reciente que ha sucedido y me ha puesto a estudiar es el k-pop: me interesa mucho y me genera muchas tensiones internas, porque me gusta su calidad musical y su puesta en escena, pero a la vez me preocupan los artistas, porque volvemos a un modelo musical patriarcal en el que las grandes productoras toman las decisiones en nombre de sus artistas, y son decisiones que coartan su libertad hasta el punto de definir su imagen, si pueden tener pareja o dónde tienen que vivir.

Lo mismo sucedió con el reguetón: uno puede decidir desdeñarlo o tratar de entender por qué mueve a la gente. ¿Qué opinas del sistema capitalista que mueve la industria, de la vuelta de las “divas pop”, como Katy Perry?

Es un tema con muchas connotaciones y aristas. Por un lado, es evidente que hay una serie de decisiones que no están bien tomadas. En el caso de Katy Perry, ha trabajado con un productor musical que ha sido acusado de violación, ha lanzado dos videoclips con muchos patinazos y además transmite cierta sensación de disfraz: ha perdido su organicidad, y todos los tics que antes la hacían cercana y simpática ahora la alejan del público. La están masacrando en las redes, pero también es cierto que me hace sufrir, porque se están cebando con ella: ¿no hay algo de misoginia también en esto, por mucho que se haya podido equivocar? ¿No hay edadismo? Se la está tratando como si fuera un fósil cuando no sólo es joven, sino que está en plenas facultades.

Tú eres una mujer en una industria todavía muy masculinizada (como el periodismo). Sólo el 17 % de las artistas en España son mujeres, y sólo el 35 % de la industria está liderada por mujeres. ¿Nos hemos comido muchos tópicos sobre lo que las mujeres no pueden hacer?

Dicen que no llenamos estadios (que se lo digan a Karol G), que no somos graciosas, que nuestras historias son veneno para la taquilla. Pero no es así. Además, resulta que las mujeres somos mayoría en el consumo de información cultural. La gran paradoja era que una inmensa mayoría del mercado fueran mujeres y que sin embargo no tuviéramos puestos de poder en la industria ni productos pensados desde y para las mujeres. Por eso cuando eso ha cambiado, ha empezado el cambio cultural.

Además de Rosalía, ¿a quién le auguras que va a ser la gran diva de la música?

Voy un poco tarde, no tengo la visión de Rosalía, pero creo que lo que ha sucedido con Charli XCX ha sido muy fuerte. Me gustaría que hubiera más divas en la gran liga que sean mujeres racializadas: que Beyoncé no sea la excepción a la regla.

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