Robbie Williams se redime de sus pecados con ‘Better Man’

¿Quién nos iba a decir a las quinceañeras que forrábamos nuestra carpeta del cole con fotos de Robbie Williams, Mark Owen o Nick Carter que acabaríamos viendo una película tan “violentamente dramática” sobre el pasado de Robbie, la estrella del...

Robbie Williams estrena su documental, 'Better man', en cines y en Netflix
Robbie Williams estrena su documental, 'Better man', en cines y en Netflix

¿Quién nos iba a decir a las quinceañeras que forrábamos nuestra carpeta del cole con fotos de Robbie Williams, Mark Owen o Nick Carter que acabaríamos viendo una película tan “violentamente dramática” sobre el pasado de Robbie, la estrella del pop británico?

En los últimos años, hemos disfrutado (algunos más que otros) de una tendencia en el cine digamos, más comercial, que en algunos casos ha supuesto un verdadero éxito en taquilla: los biopics musicales, como Bohemian Rhapsody (2018), Straight Outta Compton o Elvis, y curiosamente se ha puesto de moda el producir o “moldear” desde la producción el propio biopic, es decir, a criterio del propio artista que se retrata en la película.

Algunos de los proyectos más conocidos son 8mile (2002), que Eminem protagonizó y asumió como productor ejecutivo y en la creación de la banda sonora, Rocketman (2019), en el que Elton John fue uno de los productores ejecutivos, Pink: All I Know So Far (2021), en el que Pink colaboró estrechamente como productora, ofreciendo una mirada íntima a su vida personal y profesional, precisamente también dirigido por Michael Gracey, autor de Better Man.

Adicciones y depresión

Y es que Robbie Williams se ha subido al carro: A sus 50 años, la estrella mundial ha querido sanar así las heridas que le dejaron el abandono de su padre, sus primeros años en el mundo del espectáculo que le llevaron a una fama muy mal digerida con el grupo Take that, y del que fue expulsado por su mánager, y por consiguiente, la adicción a todo tipo de drogas, baja autoestima, capítulos de depresión, etc.

El cantante británico Robbie Williams asiste al estreno de la película ‘Better Man’ en el cine Grand Rex en París, Francia, el 13 de diciembre de 2024.

Está muy bien que al final, el producto que consume el público sea divertido, interesante y toda una experiencia visual de ritmo vertiginoso, como ocurre con Better Man, pero el reto, seamos francos, está en que el espectador no se sienta estafado sabiendo que la implicación del artista en sí (desde la producción, la interpretación o la colaboración) merma la capacidad creativa y crítica del director y guionistas que lo ejecutan.

En cualquier caso, lo cierto es que Robbie Williams no tiene piedad ni con él ni con sus enemigos, motivado por su fantástica capacidad para reírse de sí mismo y quitarse la careta ante el mundo, pero también nos ofrece una versión de cal y de arena en esta loca y apasionada ¿auto? ficción explotada artísticamente de la mejor manera posible, al colocarse como víctima y salvador de su propio pasado.

Robbie Williams, convertido en chimpancé

La dispersión de los fondos en negro (al estilo de Emilia Pérez) y la manera en que el director nos lleva a través de lo que vemos a la mente de Robbie Williams es asombrosamente creativo, así como el modo en que juega con sus emociones y cómo este se ve a sí mismo como su propio enemigo. La película no es un retrato lineal y convencional de la vida de Robbie Williams, incluye elementos de fantasía y metáforas visuales, lo que permite explorar temas profundos como la fama, la vulnerabilidad y la lucha interna desde una perspectiva más simbólica y emocional.

Fotograma de 'Better man'

Fotograma de ‘Better man’

Sin duda, lo mejor del proyecto es cómo Robbie Williams ha narrado abiertamente sus luchas con la depresión, la adicción y la fama. La película es un relato crudo y sincero que explora estos desafíos de manera significativa, lo que la diferencia de otros biopics más centrados en los éxitos y logros del artista.

El cantante está representado en la película como un chimpancé, una metáfora visual que nos lleva a interpretarlo como si él fuera diferente a los demás, y que además rompe con el molde tradicional de los biopics musicales, dándole un toque más surrealista o conceptual. Esto se ha conseguido como una figura generada por computadora (CGI) en ciertas partes, pero siempre con la recreación de los ojos del propio Robbie.

Hablemos de adicciones

Si tenemos en cuenta que 296 millones de personas en todo el planeta consumen algún tipo de droga -en términos relativos, un 5,8% de la población mundial de entre 15 y 64 años según los últimos datos facilitados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)-, ya era hora de sacar desmontar el elefante, como propone la nueva película de Emma Suárez, Desmontando un elefante, o la última serie de Javier Giner, Yo adicto, protagonizada por Oriol Pla.

Afortunadamente, en España se está empezando a hablar abiertamente y de manera responsable, con sus correspondientes luces -la esperanza de la rehabilitación- y sus sombras -el deterioro de la persona en sí y la repercusión en su círculo social más cercano- con proyectos audiovisuales como estos y con la ayuda de un ejercicio de sinceridad y autoexamen como el de Robbie Williams.

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