Remedios Varo: surrealismo y ciencia en la pintura de una artista adelantada a su tiempo

El surrealismo y la ciencia se dan la mano en la alquimia artística que supone la obra de la fascinante y revolucionaria Remedios Varo

Remedios Varo - Cultura
Una fotografía de archivo de la artista Remedios Varo

María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, más conocida como Remedios Varo, nació el 16 de diciembre de 1908 en Anglès, Girona. Aunque comenzó su vida en España, sería en México donde desarrollaría su carrera artística y construiría un universo pictórico marcado por el surrealismo, la ciencia, la magia y el misticismo. Su obra se ha convertido en un símbolo del surrealismo hispanoamericano y su legado sigue cautivando tanto a estudiosos del arte como a amantes del misterio.

La educación temprana de Remedios Varo fue fundamental para su desarrollo. Su padre, ingeniero hidráulico, fue su primer maestro en geometría y perspectiva, dos elementos que la artista aplicaría en su pintura para dotar a sus composiciones de precisión y estructura. Desde joven, demostró un talento natural para el dibujo y la pintura, y a los 15 años ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Este periodo formativo le permitió explorar las técnicas clásicas del arte y la aproximó al trabajo meticuloso y detallado que caracterizaría su estilo en los años venideros.

Sin embargo, la corriente surrealista en Europa estaba ganando fuerza. Su deseo de innovar la llevó a dejar atrás las convenciones artísticas de su educación. En Madrid, Remedios Varo frecuentó círculos intelectuales y artísticos y conoció a figuras destacadas del surrealismo. Eso despertó en ella un interés profundo por explorar lo onírico y el subconsciente en su arte.

El viaje hacia el surrealismo y el exilio

El impacto de la Guerra Civil Española marcó el rumbo de su vida. En 1937, Remedios Varo se trasladó a París, donde comenzó a desarrollar una estética que fusionaba sus conocimientos científicos con su interés por lo oculto y el misticismo. Allí se unió al círculo surrealista liderado por André Breton y entabló amistad con artistas de la talla de Max Ernst y Victor Brauner. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi de París forzaron a muchos artistas —entre ellos Varo— a buscar refugio en otros países. En 1941, junto con su entonces pareja Benjamin Péret, se exilió a México.

Remedios Varo: surrealismo y ciencia en la pintura de una artista adelantada a su tiempo

La obra ‘La creación de las aves’, de la artista Remedios Varo | Museo de Arte Moderno de Mexico, México D.F. (México)

En México, Remedios Varo se sumergió en un entorno cultural diverso, con una herencia rica en tradiciones indígenas, misticismo y espiritualidad. Esto se reflejó en su arte, que comenzó a tomar una forma distintiva, explorando temas de alquimia, ciencia y lo sobrenatural. En México, encontró en Leonora Carrington y Kati Horna a dos amigas inseparables y compañeras de ideas. Juntas formaron un grupo que exploraba la magia, los sueños y el poder femenino en el arte. Varo encontró en México la libertad creativa que había buscado durante años y, en este contexto, desarrolló su obra más personal y profunda.

Ciencia, misticismo y alquimia: los temas en la obra de Remedios Varo

Remedios Varo es reconocida por integrar ciencia, misticismo y esoterismo en sus pinturas. Su obra está repleta de simbolismo y figuras fantásticas que evocan tanto los elementos de la naturaleza como las complejidades de la mente humana. La ciencia que había aprendido de su padre —especialmente la geometría, la física y la biología— fue fundamental para construir sus mundos imaginarios. En su obra, explora temas como la metamorfosis, la alquimia y el descubrimiento. Unos temas que eran particularmente significativos para una artista que buscaba entender tanto el universo como su propia existencia.

Remedios Varo: surrealismo y ciencia en la pintura de una artista adelantada a su tiempo

La obra ‘El alquimista’, de la artista Remedios Varo

En La creación de las aves (1957), uno de sus cuadros más célebres, representa a un personaje híbrido, entre humano y ave, que utiliza una especie de prisma y una paleta de colores primarios para crear vida. La escena evoca tanto el acto de creación como un proceso científico de transformación. Lo que sugiere que, para Remedios Varo, arte y ciencia eran inseparables. La obra invita a reflexionar sobre el poder del artista como creador y sobre cómo la creatividad tiene el potencial de “dar vida” a lo inanimado.

Otra obra destacada es El alquimista (1955), donde un personaje solitario, inmerso en un ambiente lleno de instrumentos y símbolos esotéricos, realiza experimentos alquímicos en busca de respuestas a los misterios de la vida. Este cuadro ilustra el viaje interior de transformación. Esto es algo que obsesionaba a Remedios Varo, quien veía en la alquimia una metáfora de la evolución personal y artística. El laboratorio se convierte en un espacio sagrado donde se da forma a lo intangible. Y la alquimia se representa no solo como ciencia, sino también como un proceso espiritual.

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