Redescubrimiento

Reaparece casi un siglo después un Klimt valorado en 15 millones de euros

Es una pintura del príncipe William Nii Nortey, cuyo paradero era desconocido desde la ocupación nazi de Austria en 1938, cuando sus dueños, de origen judío, dejaron Viena y buscaron refugio en Mónaco

El retrato del célebre pintor austriaco Gustav Klimt, realizado al príncipe de Ghana Guillermo Nii Nortey Dowuona, ha vuelto a la luz tras haber permanecido desaparecido durante 97 años. La obra se ha presentado en la feria de arte contemporáneo TEFAF de Maastricht, gracias a la galería vienesa Wienerroither & Kohlbacher (W&K). El cuadro ha sido puesto a la venta por un valor de 15 millones de euros.

El retrato, fechado en 1897, tenía previsto hacer su primera aparición pública en el stand de la mencionada galería austriaca durante la pasada edición de la feria. No obstante, medios locales informaron que ciertos problemas legales surgidos de manera inesperada impidieron su exhibición en aquel momento.

El proceso de redescubrimiento de la pintura comenzó en el año 2021, cuando una pareja de coleccionistas se presentó en la galería W&K con la obra. El cuadro se encontraba en malas condiciones, con un marco deteriorado y cubierto de suciedad. A pesar de su estado, los expertos de la galería lograron identificar un sello de propiedad de Gustav Klimt que, aunque apenas visible, sirvió como una primera pista para determinar su autenticidad.

Historia de un cuadro

El profesor Alfred Weidinger, especialista en la obra de Gustav Klimt y autor del catálogo razonado del artista publicado en 2007, reconoció rápidamente la pintura como una pieza extraviada que llevaba buscando desde hacía más de veinte años. Este retrato forma parte de los primeros años de producción artística de Gustav Klimt y representa a un destacado líder de la comunidad Osu (Ga) de Ghana. La obra fue creada en el marco del Völkerschau de Viena en 1897, un evento de exposiciones etnográficas que mostraba a personas de distintas partes del mundo en la capital austriaca.

Según Weidinger, la importancia de esta pintura radica no solo en la evolución estilística del artista en aquella época, sino también en la representación de las complejas conexiones históricas entre Europa y África. La imagen del príncipe africano no solo documenta una fase de transición en la obra del pintor, sino que también ofrece un testimonio visual de la interacción cultural y los intercambios que se dieron en ese periodo.

Tras su realización, se cree que el cuadro permaneció en posesión de Gustav Klimt hasta 1923, cuando fue subastado en la casa de remates S. Kende de Viena. Posteriormente, en 1928, se registró como préstamo para una exposición conmemorativa sobre el propio pintor en la Secesión de Viena, figurando como propiedad de Ernestine Klein.

Ernestine y su esposo, Felix Klein, quienes habían transformado el antiguo estudio de Klimt en el barrio de Hietzing en su residencia, se vieron obligados a huir de Austria en 1938 debido a la persecución nazi por sus orígenes judíos. La pareja logró sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial refugiándose en Mónaco, pero su colección de arte se dispersó y muchas de sus piezas desaparecieron. Entre ellas, el retrato del príncipe ghanés, cuyo paradero permaneció desconocido durante casi un siglo hasta que fue redescubierto en 2023.

El hallazgo del cuadro ha despertado un gran interés en el mundo del arte, no solo por tratarse de una obra de Gustav Klimt, sino también por la historia que encierra. Expertos han señalado que este retrato podría cambiar la forma en que se entiende la relación de Gustav Klimt con la representación de figuras africanas, un tema poco explorado en su trayectoria. Además, pone en evidencia la relevancia de seguir investigando el destino de obras de arte desaparecidas durante conflictos históricos.

Actualmente, la galería W&K exhibe la pintura en su espacio en TEFAF, donde ha atraído la atención de coleccionistas y especialistas en arte. Con un precio de venta fijado en 15 millones de euros, la obra se posiciona como una de las piezas más valiosas y enigmáticas de la feria. Su reciente reaparición plantea también interrogantes sobre la procedencia y los derechos de propiedad de muchas otras obras que se creían extraviadas o que fueron desplazadas durante el siglo XX.

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