La historia se remonta a enero de 1937. Cuentan quienes todavía viven, y recoge la prensa (clandestina) de la época, que un miembro del Bando Nacional entró en un bar del barrio del Molinar de la ciudad de Palma de Mallorca sosteniendo un sujetador lleno de sangre, proclamando: “Mirad, son los sostenes de Aurora”. La noticia corrió por la ciudad: habían fusilado a Aurora Picornell, una de las dirigentes del Partido Comunista de España (PCE) en Mallorca. 85 años después de su muerte, los restos de Aurora Picornell fueron localizados en la fosa común de Son Coletes en Manacor.
Aurora Picornell Femenías formaba parte de lo que los franquistas denominaban las “Rojas del Molinar”. Eran cinco en total: además de Picornell, el grupo lo integraban Catalina Flaquer Pascual, sus hijas Antònia y Maria Pascual Flaquer, y Belarmina González Rodríguez. Todas eran habitantes del barrio del Molinar… y eran comunistas.
Uno de los primeros 8M
Las “Roges des Molinar” habían organizado en 1934 el Día de la Mujer Trabajadora el 8 de marzo en tres barrios: El Molinar, Son Cós y el Rotlet. Aurora Picornell, la más conocida de ellas, fue llamada la Pasionaria de Mallorca por su garra y por pertenecer al PCE, además de formar parte de la Liga Laica de Mallorca y del Socorro Rojo. Estaba casada con el dirigente comunista Heriberto Quiñones, que fue fusilado en la posguerra en Madrid. Los padres y los hermanos de Aurora Picornell también fueron represaliados.
Todas ellas estaban en el punto de mira del Bando Nacional, y fueron encarceladas en la prisión de Can Salas como presas preventivas, según explica el historiador David Ginard i Ferón en su obra La Guerra Civil als Països Catalans (1936-1939).
Así, la víspera del 6 de enero de 1937 fueron fusiladas en el cementerio de Porreras, en Son Coletes, Aurora Picornell, Catalina Flaquer, Antònia y Maria Pasqual. Picornell fue asesinada por liderar a las presas jóvenes dentro de la prisión de Can Sales.
La historia de Aurora
En el Diario de Mallorca reconstruyen la historia de la líder regional del Partido Comunista, una joven de 25 años, hija también de comunistas, que con 18 años comenzó a militar en la Lliga Laica de Mallorca. Al año siguiente fundó el Sindicat de Sastresses. Aurora Picornell también impulsó el Socorro Rojo Internacional y a través del PCE dio conferencias y promovió su implantación en las Islas Baleares. Su activismo político la llevó ser reconocida en la isla, para bien y para mal: admirada y señalada, estuvo siempre en el punto de mira. Participó en numerosos mítines y pronto se convirtió en la figura más conocida del comunismo por su carisma, capacidad de trabajo y estrecha colaboración política con su compañero, el agente de la Komintern Heribert Quiñones González. A la hija de ambos, nacida en 1934, la llamaron Octubrina Roja.
Como explica Ginard, aunque era una de las presas más jóvenes, Aurora Picornell ejercía un cierto liderazgo moral sobre el resto, gracias a su amplia formación política. También fue una de las pocas presas que plantó cara a la obligatoriedad de asistir a misa. Según Jeanne Marquès y Aina Llodrà, compañeras de Aurora Picornell en la cárcel de Can Sales y testigos que recoge en una entrevista Llorenç Capellà, se celebró una fiesta en prisión durante la Navidad de 1936 en la que ella plantó cara a los guardias. Pocos días después, la noche de Reyes, sería fusilada.