En el complejo panorama de la música independiente, la irrupción de Las Nenas ha sido una auténtica sorpresa… y un escándalo. Este grupo, aparentemente formado por tres jóvenes llamadas Viviana, Claudia y Naiara, saltó a la escena con su álbum Último baño, un trabajo de pop ensoñador que generó expectación en redes y medios. Sin embargo, tras un análisis más profundo, se ha destapado que se trataba de un proyecto generado con inteligencia artificial. Lo que ha desatado polémicas sobre ética, creatividad y derechos de autor en la música.
“Somos un grupo formado por Viviana, Claudia y Naiara, tres nenas de veintitantos con distintas nacionalidades y residentes en Majadahonda”. Así se presentaban Las Nenas en redes sociales, con una identidad cuidadosamente construida y un discurso personal que parecía real. La falta de fotografías y la peculiar coincidencia de las grafías “ia” en sus nombres (quizás un guiño a la IA) despertaron las primeras sospechas.
El grupo lanzó su álbum Último baño en plataformas como Spotify y Bandcamp, donde destacaba una canción titulada Inmoansiedad. Aparentemente, todo seguía el camino de una banda emergente hasta que las alarmas saltaron: ¿y si no eran reales?
El descubrimiento: canciones con inteligencia artificial
El medio elDiario.es desveló que Las Nenas utilizaban IA para crear sus canciones. Sus creadores, quienes aún permanecen en el anonimato, admitieron que la música estaba generada con herramientas de inteligencia artificial, aunque insistieron en que las letras eran humanas. “De lo que estamos más orgullosas es de nuestras letras, que son obra de seres humanos”, aseguraron en un comunicado anónimo.
La revelación trajo consigo una reacción inmediata. La distribuidora digital Altafonte, encargada de llevar su música a las principales plataformas de streaming, exigió la retirada de todas las canciones de Las Nenas tras confirmar que el contenido había sido generado, al menos en parte, con IA. “Promovemos música creada de manera auténtica, humana y emocional”, afirmó a elDiario.es Miguel Martorell, director de Altafonte para el sur de Europa.
La polémica recuerda inevitablemente al caso de Carmen Mola, el pseudónimo bajo el que se escondían los guionistas Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, quienes recibieron el Premio Planeta en 2021. La revelación de que detrás de un nombre femenino había tres hombres generó críticas por la instrumentalización de una identidad literaria.
De manera similar, Las Nenas presentan un proyecto en el que las protagonistas son tres mujeres ficticias creadas para dar voz a canciones generadas por IA. Los creadores del grupo describen a estas figuras como “alter egos, personas literarias y avatares”. Una explicación que, lejos de calmar las aguas, ha levantado aún más polémica.
El debate sobre la ética y los derechos de autor
El caso de Las Nenas ha puesto de manifiesto las tensiones legales y éticas que surgen con el uso de la inteligencia artificial en la música. Según Noemí Planas, directora de Worldwide Independent Network (WIN), “los contenidos generados por IA sin creatividad humana no pueden tener derechos de autor”.
Esto plantea interrogantes importantes:
- ¿Quién debería ser el titular de los derechos de autor si una canción se crea con IA?
- ¿El usuario, el desarrollador de la IA o la propia tecnología?
A nivel legal, la cuestión sigue siendo compleja. Las dos únicas sentencias existentes sobre este tema (en Estados Unidos y la República Checa) afirman que las obras generadas exclusivamente con IA deben pasar al dominio público. Esto deja a proyectos como el de Las Nenas en un vacío legal, donde sus letras humanas conviven con música artificial.
Ante este panorama, la Unión Europea ha dado un paso al frente con la implementación de la Ley de Inteligencia Artificial, la primera normativa en el mundo que regula el uso de esta tecnología. Desde su entrada en vigor el pasado 1 de agosto, esta ley exige que las obras generadas por IA estén claramente etiquetadas como tales y que respeten las normativas de derechos de autor.
Sin embargo, la aplicación total de la ley se realizará por fases, y el apartado que regula las reclamaciones por parte de los consumidores no entrará en vigor hasta agosto de 2026. Esto deja margen para que casos como el de Las Nenas sigan ocurriendo mientras la industria musical intenta adaptarse a un terreno cada vez más incierto.