Este reportaje contiene spoilers importantes del videojuego The Last of Us: Parte II, que probablemente marcarán el rumbo de la segunda temporada de la serie. Si no conoces lo que sucede tras los eventos de Salt Lake City, conviene estar prevenido.
La temporada 2 de The Last of Us ha comenzado con un tono radicalmente distinto. Más cruda, más oscura, más introspectiva. La introducción de Abby Anderson y su grupo de Luciérnagas supervivientes marca el inicio de una venganza largamente gestada. Desde el primer episodio, queda claro que quieren matar a Joel. Pero no solo eso: quieren que sufra, que sienta dolor antes de morir. La pregunta que se hace el espectador es inevitable: ¿por qué?
Para los jugadores del videojuego The Last of Us: Parte II, la respuesta es inmediata. Pero para quienes solo siguen la serie, el motivo todavía es un misterio. Un misterio profundamente humano, desgarrador, y que transforma por completo la narrativa de este universo postapocalíptico.
El acto final de Joel en ‘The Last of Us’ y sus consecuencias
El final de la primera temporada de The Last of Us reprodujo con fidelidad el desenlace del videojuego original. Joel, tras descubrir que los Luciérnagas planeaban sacrificar a Ellie para extraer una posible cura para la infección, decide rescatarla. Pero su decisión tiene un precio: asesina a todo el equipo médico del Hospital Saint Mary en Salt Lake City, incluyendo al único cirujano capaz de realizar la operación.
Este momento se presenta como un dilema moral. ¿Hasta qué punto es justificable matar a muchos para salvar a una sola persona? La serie plantea esa ambigüedad con maestría, y en la temporada 2 de The Last of Us comenzamos a ver las consecuencias de aquel acto. La vida de Joel no solo está marcada por el amor paternal que siente por Ellie, sino también por el odio que ha sembrado.
El hospital, convertido en un cementerio, dejó un rastro de dolor que alcanzará a muchos personajes en la nueva temporada. Entre ellos, Abby Anderson.
¿Quién es Abby Anderson y qué relación tiene con Joel?

En el primer episodio de la temporada 2 de The Last of Us, Abby aparece como un personaje fuerte, misterioso y lleno de rabia contenida. Su introducción ha despertado muchas preguntas entre los seguidores de la serie. Especialmente, por su obsesión con encontrar a Joel.
Abby no es una Luciérnaga cualquiera. Es la hija del cirujano que Joel mató en el hospital. Su padre era el líder del equipo médico encargado de operar a Ellie. Para Abby, su muerte no solo representó una pérdida personal, sino también la destrucción de la última esperanza real de humanidad.
La motivación de Abby, por tanto, se enraíza en una herida íntima, personal y política a la vez. La muerte de su padre a manos de Joel se convirtió en el epicentro de su vida. En The Last of Us, la venganza no es solo una respuesta emocional, sino una ideología, una forma de entender el mundo.
La venganza como eje de la temporada 2

Uno de los temas centrales de The Last of Us: Parte II —y, por extensión, de la nueva temporada de la serie— es la venganza. No una venganza cualquiera, sino una que se enreda en los lazos familiares, en la pérdida, en la imposibilidad de seguir adelante sin hacer justicia.
La frase de Abby en el primer episodio (“Quiero que sufra. Quiero que sea lento”) no es un simple deseo de sangre. Es la expresión de años de dolor acumulado. La rabia de haber perdido a su padre y de haber vivido con el recuerdo de que su asesino camina libremente por el mundo. The Last of Us construye una historia donde no hay buenos ni malos. Solo víctimas, supervivientes y personas rotas.
Abby no solo busca matar a Joel. Quiere hacerle sentir lo que ella sintió. En ese espejo deformado, The Last of Us despliega una reflexión poderosa sobre el ciclo de la violencia y cómo una acción puede marcar a varias generaciones.