La polémica en torno a la serie El cuerpo en llamas, una de las producciones más vistas en Netflix, ha alcanzado un nuevo nivel con la reciente demanda interpuesta por Rosa Peral. La exagente de la Guardia Urbana de Barcelona, condenada a 25 años de prisión por el asesinato de su pareja Pedro Rodríguez, ha demandado tanto a la plataforma streaming como a Arcadia, la productora de la serie. Sostiene que la ficción vulnera su derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen. El reclamo asciende a casi 30 millones de euros, de los cuales 26,6 millones corresponden a su hija mayor, quien también se ve implicada en la narrativa.
La defensa de Rosa Peral, encabezada por la abogada Núria González, sostiene que El cuerpo en llamas no solo se centra en el infame “crimen de la Guardia Urbana“, sino que incluye a la hija mayor de Peral en la trama de manera perjudicial y sin su consentimiento. Según la demanda, la menor tiene un papel protagonista en la serie de Netflix. Y eso podría influir negativamente en su entorno social y emocional. Peral y su defensa subrayan que nunca se les informó de la inclusión de la niña en la producción ni se les solicitó autorización para el uso de sus imágenes.
El punto clave de la denuncia es que la serie de Netflix, a lo largo de sus ocho capítulos, retrata a la menor de una forma “marginal y perturbadora”. Esto, obviamente, afectaría a su vida personal. Además, la abogada destaca que se tergiversan hechos importantes, como una supuesta declaración de la hija en la que afirma haber visto a su madre ensangrentada. Algo que en la vida real fue inadmitido como prueba por el tribunal. Para la defensa, la ficción no solo altera la verdad judicial, también va más allá de los hechos probados en la sentencia.
El impacto en la imagen de Rosa Peral y su familia
Uno de los aspectos más polémicos de la demanda es la representación de Rosa Peral como madre en la serie. El cuerpo en llamas retrata a Peral como una madre negligente y violenta. Una interpretación que la defensa considera completamente falsa. En una de las escenas más controvertidas, la serie de Netflix muestra a Peral sacando a su hija del coche a empujones. Algo que no tiene ninguna base en los hechos probados del caso judicial. Según su abogada, estas secuencias son perjudiciales para Peral, pero también para sus dos hijas.
La demanda subraya que la serie de Netflix podría haber contado la historia del crimen sin necesidad de involucrar a las menores. Especialmente, a la hija mayor, que juega un papel fundamental en la trama. El argumento de la defensa es que los creadores de la serie decidieron incluir a la niña para hacer la producción más atractiva y lucrativa, sacrificando los derechos fundamentales de la menor. Nuria González considera que este enfoque es particularmente grave, ya que “agrava la vulneración de los derechos fundamentales” de la hija de Rosa Peral.
¿Una vulneración de derechos o libertad creativa por parte de Netflix?
La demanda de Rosa Peral plantea cuestiones complejas sobre los límites entre la libertad creativa y el respeto a los derechos fundamentales. Por un lado, los creadores de El cuerpo en llamas argumentan que la serie es una obra de ficción basada en hechos reales. Eso les permite cierta licencia creativa a la hora de retratar los eventos y personajes implicados en el crimen. Por otro lado, la defensa de Peral sostiene que la serie no solo tergiversa la verdad judicial, sino que lo hace a costa de los derechos de la exagente y de su hija menor, presentando situaciones que nunca ocurrieron y que podrían perjudicar gravemente a la familia.
Rosa Peral durante la celebración de su juicio | EFE
La abogada de Peral ha señalado en varias ocasiones que la serie no solo distorsiona los hechos, sino que también “pone en entredicho la vida sexual de Peral de manera pública” y la presenta con una “connotación negativa de su personalidad”. Para la defensa, este tipo de representaciones constituyen “graves faltas al honor” y podrían incluso ser consideradas una forma de discriminación según la Ley de Libertad Sexual.