Corrían los rumores desde primera hora de la mañana. Este año, con la presencia de los Reyes, la gala del Premio Planeta en el Museo Nacional de Arte de Cataluña se adelantaba una hora, con el consecuente nerviosismo de asistentes y medios de comunicación. La presencia del ministro de Cultura, Ernest Urtasun; del presidente de la Generalidad de Cataluña, Salvador Illa, y del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, daban la bienvenida al más de millar de invitados a la cena de gala. Es la cuarta vez que los Reyes acuden a una entrega del Premio Planeta. La última vez fue en 2021, cuando lo conquistó La bestia, de Carmen Mola.
Ya se había descartado el chascarrillo de Pablo Motos, pero sonaban también nombres del Grupo Planeta como Vicente Vallés o Juan del Val. Sin embargo, finalmente han sido dos mujeres (ganadora y finalista) las que se han alzado con el galardón: un millón de euros para la ganadora, el premio mayor dotado del mundo literario, y 200.000 euros para la finalista. Los dos últimos años han sido también mujeres las ganadoras: Sonsoles Ónega en 2023 y Luz Gabás en 2022.
Abundaban los thrillers entre los diez finalistas, con una gran presencia de novelas de iniciación y un aumento de las que abordan relaciones que se establecen por redes sociales, con ciertos aspectos feministas (de rebelión femenina, de descubrimiento de la vida sexual y de sororidad), aunque todavía con las mujeres en el papel de víctimas.
“Celebramos 75 años, que son muchos”, ha comenzado el presidente del Grupo Planeta, José Crehueras, antes de agradecer la presencia de las personalidades. Tras apartar diferentes cifras del grupo, que celebra este aniversario redondo, Crehueras ha afirmado que han sabido mantener su esencia a lo largo de los años: “Hemos sido fieles a nuestros valores y a nuestros principios”.
Los Reyes, Felipe VI y doña Letizia, junto al presidente de la Generalidad de Cataluña, Salvador Illa, a su llegada al Premio Planeta 2024
“Los Reyes representan un compromiso consecuente con el mundo de la cultura. Ahí va mi deseo: que como dice nuestro lema, caminemos juntos, de la mano, con ese espíritu de sus Majestades, superemos las diferencias y con la magia de las palabras hagamos un mundo mejor”, ha concluido José Crehueras.
El Rey Felipe VI ha tomado la palabra entonces en catalán, felicitando al grupo por su 75 aniversario. “Es una noche en la que arte y literatura se dan la mano al amparo del Museo Nacional de Arte de Cataluña, escenario de eventos tan importantes para Barcelona, Cataluña y España”. El Rey ha lamentado el fallecimiento del Premio Planeta 2003, Antonio Skármeta, y ha recordado el nacimiento y la trayectoria del grupo desde que José Manuel Lara Hernández fundara la editorial en 1949.
“En esta urdimbre de relaciones culturales los libros son protagonistas”, ha continuado el Rey, exponiendo la capacidad del mundo literario para unir mundos, especialmente a ambos lados del Atlántico. “Este es un premio de gran peso y tradición en nuestro panorama literario, y muchos ganadores han consolidado su éxito contra el mayor crítico literario: el tiempo”, ha expresado Felipe VI, antes de recordar la importancia de la lectura. “Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado en la vida. Es fundamental para formar ciudadanos libres y tener espíritu crítico, y disfrutar de la lectura es el mayor regalo que podemos hacer a las generaciones futuras. Nunca estaremos solos si al lado tenemos un buen libro. Animo a Planeta a seguir por esa senda y os deseamos la Reina Letizia y yo muchísimos más aniversarios y que siempre lo podamos hacer de vuestra mano”.
Los reyes Felipe y Letizia, el presidente de la Generalitat Salvador Illa, el ministro de Cultura Ernest Urtasun y el presidente del grupo Planeta José Creuheras, entre otros, presiden el fallo de la 73 edición del Premio Planeta de novela
La ganadora, Paloma Sánchez-Garnica: una autora consolidada
Presentada bajo el título Buenas noches y buena suerte y con seudónimo de Anna Ajmátova, la ganadora ha sido la escritora Paloma Sánchez-Garnica y su novela llevará el título de Victoria. Esta madrileña nacida en 1962 cuenta con una amplia trayectoria literaria, aunque es licenciada en Derecho y Geografía e Historia. Autora de El gran arcano (2006) y La brisa de Oriente (2009), su novela El alma de las piedras (2010) tuvo un gran éxito de ventas.
Tras consolidar su carrera en el mundo editorial, lanzó Las tres heridas (2012) y, sobre todo, La sonata del silencio (2014), que no sólo fue un éxito de ventas, sino que dio el salto a la televisión con una adaptación para una serie en TVE que provocó que fuera conocida por el gran público. Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido supuso un hito, ya que con él ganó el Premio de Novela Fernando Lara en 2016: de esta novela se publicaron cinco ediciones y se tradujo para todos los países de habla inglesa.
Tanto este como La sospecha de Sofía (2019) son ejemplos de su capacidad para entrelazar historias personales profundas con contextos históricos complejos, algo que precisamente le ha granjeado el Premio Planeta 2024. Últimos días en Berlín fue finalista del Premio Planeta de Novela en 2021, y con él continuó demostrando su evolución y maestría como novelista.
Paloma Sánchez Garnica es la ganadora del Premio Planeta 2024
La obra ganadora, Victoria, es un relato de amor en tiempos de la Guerra Fría. En el Berlín derrotado tras la Segunda Guerra Mundial, Victoria se ve obligada a partir a Estados Unidos para ejercer de espía de los rusos, donde vivirá un tierno romance. De vuelta a su ciudad, se convierte en una famosa locutora de radio y logra reunirse con su familia y vivir en directo la construcción del muro. Sin embargo, una trama paralela trata también el tema de la discriminación racial en Norteamérica y el nacimiento del Ku Klux Klan.
“¡Qué alegría! Soy el claro ejemplo de que persistir merece la pena”, ha comenzado su discurso la ganadora. “Gracias al jurado por concederme este premio tan soñado, y les aseguro que tan trabajado”. Y ha continuado: “He insistido hasta que he ganado. Puse el título inicial, Buenas noches y buena suerte, en una clara referencia periodística: no es una novela de periodistas, pero sí muestra la importancia del periodismo como uno de los derechos de una sociedad civilizada. La información veraz y contrastada es fundamentale para evitar que se cumpla el lema de Edward R. Murrow: ‘Un país de ovejas engendra un gobierno de lobos'”.
Paloma Sánchez-Garnica descubrió el origen de su nueva novela mientras se documentaba para su anterior trabajo, Días en Berlín: “Descubrí que la semilla del odio no solo se encontraba en la Alemania nazi y el corazón de Europa, sino también en lo que se consideraba la cuna de la libertad y los derechos sociales: Nueva York y el macarthismo, pero también la lucha por los derechos sociales del sur de Estados Unidos, que causó el sufrimiento a cientos de miles de inocentes. Este es el trasfondo de la novela”. La autora ha destacado que, ante todo, se trata de una historia de amor, de poderosos vínculos amorosos, que “nos dignifica como seres humanos y que siempre encuentra un resquicio para crecer”: “En definitiva, es una novela que trata de los sentimientos universales del ser humano”.
Antes de finalizar su discurso, la escritora se ha emocionado: “Doy gracias a la vida por permitirme vivir este momento, que mis hijos me vean vivirlo y por poner en mi camino a mi marido, el amor de mi vida, porque a su lado me he convertido en una mujer imparable. ¡Va por ti, amor mío!”, ha concluido.
El estilo literario de Paloma Sánchez-Garnica se caracteriza por un enfoque narrativo fluido y envolvente, donde combina elementos históricos y contemporáneos para crear relatos llenos de intriga y misterio. Sus obras suelen mezclar novela histórica, thriller y drama, con una atención especial a los detalles históricos que aportan veracidad a sus tramas. Sánchez-Garnica es conocida por explorar temas como la búsqueda de la verdad, las relaciones humanas complejas y la memoria histórica, usando un lenguaje cuidado y accesible.
Uno de los rasgos más distintivos de su estilo es la habilidad para crear personajes complejos y profundos, que atraviesan conflictos internos y dilemas morales, uno de los motivos por los que se ha alzado con el Premio Planeta 2024. Además, su narrativa incluye a menudo giros inesperados, con reflexiones éticas y filosóficas y una estructura que intercala diferentes líneas temporales.
La finalista: Beatriz Serrano, una joven periodista
“Lo peor que te puede pasar como escritor es aburrir”, sentenciaba Beatriz Serrano en una reciente entrevista. Y quizá fue ese el motivo de que su primera novela, El descontento, una sátira sobre el mundo laboral protagonizada por una treintañera desencantada, triunfara en toda España. Un libro al que se le acusaba de ser la voz de una generación, la millennial, aunque en realidad trata un tema tan universal como intentar encontrar sentido a nuestra existencia.
Nacida en Madrid en 1989, Beatriz Serrano es es Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense, y antes de lanzarse al mundo literario, desarrolló su carrera en el periodismo digital, especializándose en nuevas narrativas. Ha escrito para medios como BuzzFeed, Vanity Fair, GQ, Harper’s Bazaar, SModa o Vogue. Actualmente, trabaja en El País y, junto al escritor Guillermo Alonso, codirige el pódcast Arsénico Caviar, que fue galardonado con el premio Ondas en la categoría de mejor conversacional. El descontento fue su primera novela.
Para alzarse con el premio finalista del Premio Planeta 2024, Beatriz Serrano ha apostado por un seudónimo, Eutropio, un historiador romano del siglo IV, magister memoriae de Constantinopla y cronista de Juliano el Apóstata en su expedición contra los persas en el año 363. Es decir: un cronista histórico para hablar de lo contrario a un acontecimiento histórico, porque Fuego en la garganta, su novela (presentada bajo el título de Milagro), no trata precisamente de eventos o sucesos que hayan trascendido el tiempo y el espacio, sino de una realidad cotidiana, si bien
Beatriz Serrano, finalista del Premio Planeta 2024 por su obra ‘Fuego en la garganta’
La finalista es una de esas novelas de búsqueda de la propia identidad, de crecimiento personal o llamadas coming of age. En este relato iniciático la protagonista, poseedora de ciertos poderes sobrenaturales, recorre la década de los 90 y los primeros años del siglo XXI. Hija de una mujer condenada por la sociedad de la época por el hecho de sentirse diferente, Blanca se convierte en una adolescente que se rebela contra el abandono que sufrió en su infancia. Es gracias a un chat de internet por lo que descubre que tiene poderes, y encontrará una comunidad con la que sobreponerse a la herida del abandono.
“Soy periodista y tengo mucho respeto por la profesión”, ha comenzado Beatriz Serrano su discurso. “Nunca me hubiera imaginado llegar aquí, parece un fallo en Matrix. Me gustaría explicar de qué trata el libro: hace bien poquito una amiga mía me regaló una colección de ensayos, Error humano, que empezaba con una frase: ‘Todos mis libros tratan de la soledad’. Mi libro se ambienta en Valencia, en un barrio popular como aquel en el que crecí yo, y es la historia de una niña, Blanca, a la que su padre le dice que su madre se ha ido de vacaciones, pero en realidad les ha abandonado: no va a volver nunca más. Blanca entiende que tiene la capacidad de obrar milagros, aunque el primer milagro sea matar a una compañera que se reía de ella por su situación”, ha explicado Beatriz Serrano.
Blanca empieza a ser una niña perfecta, porque tiene miedo al abandono, pero después se obsesiona con la música de Joy Division y los vídeos de Charles Manson, y se vuelve gótica. Entonces encuentra a un grupo de personas que la acompañan: “Blanca al final es una chica solitaria que trata de conectar con los demás, que para mí es otra forma de decir que es lo que intentamos todos: sobrevivir”.
Su éxito se debe, en gran parte, a su autenticidad y cercanía con su audiencia, lo que le ha permitido conectar con lectores que buscan contenido que refleje su realidad cotidiana, desde las experiencias laborales hasta el feminismo contemporáneo. Beatriz Serrano no solo se limita a la escritura, sino que también ha desarrollado una presencia activa en redes sociales, donde sigue amplificando su mensaje y construyendo su marca personal.