Hay algo en el cine de Elena López Riera que aparece una y otra vez como si nunca fuera suficiente abordarlo en cualquier extensión de metraje, enfoque, historia o personaje. Y es que todas sus aportaciones nos llevan a reflexionar sobre los valores y las motivaciones humanas, las tradiciones populares, las creencias, los anhelos y la consciencia. Casi nada. Pero ella pone el foco especialmente en algo que repetimos generación tras generación: el rito.
La realizadora alicantina acaba de recibir la Palma Queer en el Festival de Cannes al mejor cortometraje –premio concedido a proyectos que tratan temas, personajes LGTB+, feministas o que desafíen las normas de género– por su cortometraje Las novias del sur, que esperamos poder ver pronto en España. Es la tercera vez que participa en el Festival de Cannes, tras presentar su primer cortometraje Pueblo (2015) y su debut en el largo El agua (2022), en la Quincena de cineastas.
El rito que no cesa
En Las novias del sur, mujeres maduras hablan de su matrimonio, de la primera vez que tuvieron relaciones sexuales, de su concepción más íntima de la sexualidad. En la repetición de estos ritos ancestrales, la directora cuestiona su propia ausencia de matrimonio, de hijos, y con ello, una cadena de relaciones madre-hija que se extingue.
¿Cómo ha cambiado la manera de concebir y de integrar la sexualidad para las mujeres de diferentes generaciones? Los ritos ancestrales, la educación, las creencias y supersticiones, los factores culturales… todo determina el contexto social y antropológico para la mujer, protagonista en gran parte de la obra de López Riera y figura central en su último trabajo.
Recientemente, Liliana Torres estrenó su largometraje Mamífera, donde abordaba la decisión de no ser madre, así como ya hizo en 2018 Laura García Andreu con el documental Motherhood. Estamos en el momento social de mayor autoconsciencia femenina. ¿De dónde surge esta corriente? López Riera, en una entrevista para Culturplaza, lo explica así: “Como mujeres de una generación que empieza a objetar asuntos incuestionables que se nos han enseñado, no me parece que estén surgiendo como discursos al aire en el desierto. Esta película también surge por conversaciones con amigas y en mi entorno es un tema bastante presente con todas las opciones. ¿Qué hacemos con esto? La que ha elegido ser madre como la que ha elegido no serlo, la que lo ha sido porque le ha tocado como la que se arrepiente”.
Elena López Riera opina que “nos han educado con cuentos de princesa en los que el matrimonio es ese momento catártico donde todo se libera, fueron felices y comieron perdices. Nosotras también hemos crecido con ese relato. Supongo que quería casarme, pero no ha llegado el príncipe azul”.
“Me obsesiona el amor romántico y duradero”
La directora de Orihuela relata que el proyecto parte de una foto que tiene muy presente desde hace años. Con 42 años, y en plena crisis personal, aquella foto la atrapó de lleno. Ella cuenta que se encontraba en una situación que distaba mucho de la que tenía su madre a su edad, pues no tenía pareja ni hijos. “Los primeros textos de este mediometraje los escribo hace 20 años. He estado muy obsesionada, pero imagino que por la educación que me han dado, muy controladora en lo sexual, reprimida porque ellas lo habían sido. De ninguna manera quiero culpabilizar a mi madre, pero eso se proyecta. Siempre he estado muy obsesionada con el relato de ella, con el orgullo de llegar virgen al matrimonio, de ser novia de mi padre desde los 14 años…”.
Y continúa: “Todas estas historias de nuestros padres, donde el amor resiste y se cuida, es muy bonita. Tienen ya 70 y se aman. En suma, me obsesiona el amor romántico y duradero, con esa pureza que se cristaliza en esta imagen doméstica. Hostia, es que tienes una foto del último día que fuiste virgen. Y además se repite en un montón de mujeres. Me parece muy interesante porque se mezclan el temor y la alegría”.
Los ritos hablan de nosotros
Con este trabajo, de 40 minutos, la cineasta denuncia que “con la boda, la mujer es un cuerpo que deja de ser individual para pertenecer a la sociedad. Es un cuerpo que va a dejar de pertenecerte a ti porque va a ser esa noche desflorado y utilizado”, asegura en una entrevista concedida a eldiario.es.
Para López Riera, los ritos hablan de nosotros, y por eso son tan importantes. “En todas mis pelis está la pregunta de cómo se articula lo individual con lo colectivo. El ritual, por definición antropológica, tiene que tener una dimensión colectiva, y luego tú repites un gesto que se ha repetido cientos y miles de veces durante años. Entonces, ¿qué margen tienes tú para cambiar eso?, ¿lo haces de manera inconsciente? Por eso la gestualidad me obsesiona mucho y es algo que se ve en las fotografías de las bodas, que todas son iguales, parecen la misma mujer, hay algo en esa gestualidad que tiene una parte de inconsciente y una parte de construcción”, reflexiona.