Arte

Naomi: el arte de ser modelo llega al museo

El Victoria & Albert de Londres inaugura el próximo 22 de junio la exposición ‘Naomi in Fashion’, un homenaje a una modelo que, más que modelo es pura historia del empoderamiento femenino. He aquí las luces y sombras de un icono de moda que supera a la propia moda

Naomi Campbell en Cannes 2024. EFE/EPA/ANDRE PAIN

Solo un icono de la moda como Naomi Campbell puede convertir una caída en un momento histórico. Era el año 1993, en el desfile de Vivienne Westwood. La diosa de ébano, apodo que se le dio durante sus años de más éxito, salía sobre la pasarela de la diseñadora británica subida a unas altísimas plataformas. En un momento perdió el equilibrio y cayó al suelo. Los flashes de las cámaras de fotos comenzaron a dispararse y la televisión dejó inmortalizado para siempre este incidente que, lejos de pasar al olvido, se tornó en un referente de moda.

Según afirma la modelo, este “error” se volvió tan viral (en un tiempo en el que Safari en lugar de ser un buscador seguía siendo un viaje por África para ver animales) que hasta hubo diseñadores que le solicitaron que se cayera en sus desfiles. Ella se negó a repetir aquella caída no intencionada. El museo londinense Victoria & Albert, por su parte, se hizo con aquellos zapatos a sabiendas de que iban a formar parte de la historia.

Y tal es así que los recuperan para Naomi in Fashion, la exposición que inaugura en unos días en la que, por primera vez, se rinde un homenaje a una única modelo. El V&A reivindica así una de las figuras más importantes de la moda, una de sus mujeres más influyente y la única que le pudo robar el trono de reina de la tops a Claudia Schiffer.

Aunque lo cierto es que la figura de Campbell ha tenido sus buenos y malos momentos. Estos últimos dieron mucho que hablar en el año 2007, al presentar a una mujer caprichosa, a veces violenta y bastante insoportable. El incidente casero con su asistenta, cuando esta no pudo encontrar los pantalones que le pedía acabaron en una condena de una semana de servicio social por agresión a su empleada. Ella decidió darle la vuelta a la situación y convirtió los días de condena, en los que tuvo que limpiar un local comunitario, en una pasarela, luciendo cada día un diseño diferente. En la última jornada apareció con un diseño de costura de Dolce & Gabbana. Tras cumplir su acometido, se subió a un Rolls Royce destino a la fiesta de cumpleaños de Elton John.

Pero la magia que siempre ha rodeado a Naomi (solo su nombre basta para identificarla) supera con creces aquellos malos momentos. El V&A comienza el viaje por su vida haciendo referencia a sus inicios como bailarina y a aquella casualidad que hizo que una agencia de modelos se fijara en ella mientras estaba de compras, con apenas 16 años, en un centro comercial. Al poco tiempo, en 1988, su rostro estaba ya en la portada de Vogue París (ahora llamado Vogue Francia). Para ella, aquel éxito se debió al apoyo de Yves Saint Laurent y, sobre todo, de todas las modelos negras que habían reivindicado su lugar en la moda antes que ella.

Porque ella no fue ni mucho menos la primera maniquí negra en saber lo que suponía el éxito. Antes que Naomi, y ya desde los años 20, cuando todavía se afirmaba que una mujer negra no vendería ningún producto, fueron unas cuantas las que consiguieron alcanzar, con mucho empeño, un reconocimiento en el sector. Dorthea Towels es la primera black model. Donyale Luna sedujo a David Bailey que la llevó a la portada de Vogue. Y, por supuesto, las increíbles Iman o Pat Cleveland, consideradas dos mujeres que el tiempo ha convertido también en iconos. Todas ellas supieron lo que era ser una referencia, pero Naomi ha sido primera que alcanzó la deninación de superestrella.

Unos años después de aquella aparición llegó la famosa portada de Vogue UK con sus otras compañeras, Cindy Crawford, Linda Evangelista, Christy Turlington y Tatjana Patitz, fotografiadas por Peter Lindbergh con la que se dio inicio a la época de las supermodelos. George Michael, con el videoclip de su éxito Freedom, y Gianni Versace hicieron el resto para consagrarlas como las divas de los años noventa.

Ella fue, además, íntima de Versace, pero también fue la niña mimada de Alaïa, con quien forjó una de las amistades más profundas que se han conocido en la moda.

Además, ese reinado llega hasta nuestros días, siendo una de las modelos más comprometidas con las causas sociales (tuvo un gran maestro en Nelson Mandela, con quien colaboró). Sus lágrimas en el desfile de Valentino de la temporada 2019, cuando se reivindicó la diversidad racial en la moda, así lo atestiguan. Ahí, de hecho, conocimos a la Naomi más humana, una mujer capaz de bajarse de su pedestal para implicarse en los problemas de la sociedad, aunque ahora un museo la quiera “meter en una vitrina”.

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