Los centros de arte en España registran “una tímida tendencia” a una mayor representación de mujeres en la programación de sus exposiciones individuales en los últimos cinco años, si bien aún quedan excepciones de aquellos que contienen obras de una “época marcadamente androcéntrica” como el Museo del Prado o los museos de Bellas Artes. Es decir, etapas en las que es prácticamente imposible rescatar a las mujeres en el arte, pues directamente no tenían cabida.
El Instituto de las Mujeres y la Asociación Mujeres en las Artes Visuales (MAV) han presentado el informe “Museos y Centros de Arte españoles 2019-2023” sobre la paridad en la programación de las exposiciones individuales desarrolladas en 93 museos y centros de arte españoles en los últimos cinco años.
La igualdad en la cultura, una línea estratégica
La directora del Instituto de las Mujeres, Isabel García Sánchez, ha señalado como, en la actualidad, aún “persiste la necesidad de desarrollar estrategias para construir museos y centros de arte basados en la igualdad entre mujeres y hombres, ya que los espacios culturales deben reflejar la diversidad de sus audiencias y ser agentes de cambio social”.
Este estudio ofrece un análisis cuantitativo relativo a la autoría de las exposiciones realizadas en 93 museos y centros de arte de España recogidos en tres períodos (julio de 2019 – julio de 2021, agosto de 2021 – agosto de 2022, septiembre de 2022 – septiembre de 2023), siendo un total de 1.686 exposiciones individuales en 5 años.
El cuadro ‘Cristina de Suecia, reina, a caballo’, de Sébastien Bourdon
No obstante, los autores del estudio han remarcado, más allá de casos particulares como el Museo del Prado, las idiosincrasias propias de los centros que dificultan la programación paritaria, dado que puede tener la colección de un artista varón (Picasso o Miró). Además, hay otros donde la creación colectiva es el leitmotiv del centro (Arts Santa Mónica de Barcelona).
En el estudio se han contabilizado exposiciones, no actividades ni talleres, por su mayor grado de visibilidad y permanencia dentro de los centros y se han registrado únicamente a artistas profesionales, sin tener en cuenta las exposiciones virtuales en esta contabilización que además atraviesa un periodo afectado por la “anomalía programática” de los años vividos bajo la pandemia COVID.
García Sánchez se ha referido al III Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres 2022-2025, que “recoge como una línea estratégica la ‘Cultura y Memoria colectiva: visibilizando la creación y producción artística e intelectual de las mujeres y el movimiento feminista’, lo que implica avanzar en la superación de las desigualdades de género en el ámbito de la cultura así como promover y visibilizar activamente la creación y producción artística e intelectual de las mujeres mediante acciones positivas que favorezcan el intercambio a nivel estatal como internacional, estableciendo medidas concretas destinadas al apoyo y fomento de políticas de igualdad en este ámbito”.
Los museos nacionales, (casi) suspensos
La muestra recoge casos individuales como es el caso de los museos nacionales. Así, del Museo del Prado remarca que, además de ser un museo que suele programar exposiciones colectivas, es una institución que recoge en su colección una época marcadamente antropocéntrica, por lo que dificulta la programación paritaria, especialmente en términos de exposición única liderada por una mujer.
Los datos recogidos respecto a la pinacoteca dirigida por Miguel Falomir son de un 0 % de exposiciones individuales de mujeres en los tres tramos temporales. Por su parte, en las exposiciones totales la representación de las mujeres es de un 6 % en 2019-2021, un 4 % en 2021-2022 y un 0 % en 2022-2023.
“República Española” (1931), cuadro del pintor Teodoro Andreu
En cuanto al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, celebra que la evolución hacia una programación de exposiciones individuales paritaria ha ido en ascenso. De esta manera, en el periodo 2019-2021 un 16 % de las exposiciones fueron individuales lideradas por mujeres, mientras que en 2021-2022 un 20 % y el 2022-2023 un 57 %.
Al respecto de las exposiciones totales en el centro de Manuel Segade, hubo una presencia de mujeres del 14 % en 2019-2021, un 20 % en 2021-2022 y un 51 % en 2022-2023. “Puede verse una evolución del centro desde 2010”, destaca el informe.
Por último, con el Museo Thyssen Bornemisza, se afirma que a pesar de contener una colección de arte no paritaria, genera programaciones diversas. De esta manera, entre 2019-2021 un 50 % de las exposiciones individuales eran de autoría exclusivamente femenina. En el siguiente tramo, un 33 % de estas exposiciones eran individuales de mujeres y en 2022-2023 asciende de nuevo al 50 %, marcando “una tendencia de programaciones paritarias”. Atendiendo a las exposiciones totales, las mujeres tienen presencia en un 41%, entre 2019-2021, un 13 % en 2021-2022 y un 26 % en 2022-2023.
“Debemos aventurar que este último porcentaje en realidad es mayor, ya que en la exposición ‘Lo oculto’ hay un gran número de mujeres artistas -cuya contabilización ha sido “imposible” por falta de información en su web-“, destaca el informe, que tampoco incluye la exposición ‘Maestras’ por estar fuera del periodo estudiado.
Programación no paritaria
Teniendo en cuenta el criterio de considerar a museos y centros de arte con una programación expositiva no paritaria cuando queda por debajo del 35 % –en vez de menos del 40 %, indicado por ley–, se obtiene un dato significativo en este último periodo 2022-2023: el 51,61 % de los centros no han programado bajo los criterios de paridad sus exposiciones individuales.
Además, en el periodo comprendido entre 2019-2021, las exposiciones individuales realizadas por los artistas hombres suman un total de 478, en detrimento de las exposiciones individuales realizadas por artistas mujeres, con un total de 249. Esta primera aproximación señala que prácticamente la mitad de las exposiciones individuales desarrolladas en estos centros y museos fueron bajo la autoría de los hombres. La tendencia se mantiene en los tres periodos.
‘La verbena’ es una de las obras más coloridas de Maruja Mallo
Por último, el estudio incluye otro apartado relativo al análisis de la representación de la diversidad étnico-racial en los museos y centros de arte, aunque en este caso cualitativo, recabando opiniones de varias artistas. Las participantes, desde distintas perspectivas, resaltan la necesidad “urgente” de trascender políticas de identidad y cuotas étnico-raciales. En este sentido, abogan por un cambio estructural “real” en el seno de las instituciones culturales, con una redistribución del poder y la inclusión en roles de liderazgo a sujetos “excluidos” (racializadas y migrantes), así como en la revisión crítica de las dinámicas de selección, curaduría y gestión institucional.