Shelley Duvall, la actriz cuyo grito desgarrador frente a la violencia de su marido (interpretado por Jack Nicholson) en El Resplandor marcó muchos de los horrores de la película de Stanley Kubrick de 1980, ha fallecido en Texas a los 75 años. Duvall, quien hace unos años confesó que trabajar con Kubrick fue “casi insoportable”, murió el jueves por la mañana en su casa de Blanco, Texas por complicaciones en su enfermedad de diabetes. “Había estado sufriendo mucho últimamente”, dijo su pareja, Daniel Gilroy. “Llevaba meses en un hospicio con cuidados paliativos. No ha sido una muerte inesperada. Creo que ahora es libre”.
Duvall fue un icono cinematográfico en los años 70 y 80, protagonizando junto a Jack Nicholson El Resplandor de Stanley Kubrick, con Popeye con Robin Williams y apareció en una serie de películas del director Robert Altman, entre las que destacan 3 mujeres y Nashville. Luego desapareció de Hollywood.
Shelley Duvall en ‘Nashville’
Durante las últimas dos décadas, Duvall ha vivido tranquilamente en Texas alejada de los focos. Después de actuar en más de 20 películas y producir varios programas de televisión, Duvall decidió alejarse de Hollywood en 2002 y retirarse. Nacida en Fort Worth en 1949, Duvall creció en Houston, donde su padre era abogado y su madre trabajaba en el sector inmobiliario. A ella siempre le interesó el cine y la literatura. “Siempre he sido una devoradora de libros”, apuntó en una entrevista en los años 80.
“Ojos de cine”
Todo cambió para ella a los 18 años, cuando un grupo de hombres asistieron a la inauguración de arte de su entonces novio. “Alguien dijo: ”Tienes ojos de cine’”. Se fijaron en Duvall y le pidieron que hiciera una audición. Lo que siguió fue un torbellino. A los pocos meses se encontró protagonizando la comedia de Altman de 1970, Brewster McCloud. Fueron necesarias dos películas más antes de que decidiera hacer de la actuación su carrera. “Después de Thieves Like Us, Altman me miró y me dijo: ‘Sabía que eras buena, pero no sabía que eras genial'”, explicó la actriz a la revista People. “Es la razón por la que seguí adelante y me convertí en actriz”.
Duvall se convirtió en la it girl de la época, siendo poco convencional para el Hollywood de entonces. “No me sentía hermosa. Tenía ojos y orejas grandes”. Protagonista de siete películas de Altman, la actriz confesó que el cineasta era muy celoso. “Bob no quería que trabajara con Kubrick. Había una especie de posesividad en él porque era el único que confiaba en mí”.
Woody Allen y Shelley Duvall en ‘Annie Hall’
Sobre el director británico de El Resplandor, una película de terror gótica con Duvall atrapada por la nieve en un hotel vacío y Jack Nicholson volviéndose loco, apuntó: “Fue mi gran oportunidad porque me puso en otra categoría. El rodaje fue insoportable. El personaje de Jack Nicholson tenía que estar enfadado todo el tiempo. Y mi personaje tenía que llorar 12 horas al día, todo el día, durante nueve meses, cinco o seis días a la semana, estuve allí un año y un mes, y algo debe haber en la terapia del grito, porque después de rodar, llorando todo el día, me sentía satisfecha. Tuvo un efecto muy tranquilizador en mi estado de ánimo, aunque al final me sentí miserable”.
Machismo en el cine
A pesar de trabajar con gigantes de Hollywood, no siempre se la consideró una actriz fácil o rentable. “No me pagaban mucho. Pensaban los productores que las mujeres actrices debían casarse y que el marido debía mantenerlas. Pero eso no les sucede a todas”.
Duvall mantuvo varias relaciones sentimentales con grandes de la música como Paul Simon y Ringo Starr. En los años 90 sus ofertas cinematográficas empezaron a menguar cuando a su hermano le diagnosticaron cáncer de columna, ella hizo las maletas y se mudó de regreso a Texas. “Es el año sabático más largo de la historia”, dijo a People.
Más recientemente, Duvall apareció en la película The Forest Hills, tras una pausa de veinte años en la actuación.