“Me sigue sorprendiendo la energía que tengo, porque me canso, pero no me detengo. Yo sigo y sigo y sigo, y cuando llegan las doce de la noche o la una, y no puedo más, pienso: ‘¿Cómo he sido capaz de aguantar todo esto?’. Hay gente que tiene inteligencia, otros belleza, otros dinero: yo lo que tengo es energía”. Así ha fallecido la escritora barcelonesa Rosa Regàs, llena de energía, de fuerza, y con una mirada afilada del presente, sin nostalgia del pasado pero siempre con la mirada puesta en el retrovisor para poder entender el tiempo que nos ha tocado vivir.
Según ha confirmado la editorial Navona, la escritora, traductora y editora española ha fallecido el 17 de julio a los 90 años de edad en su masía ampurdanesa, a medio camino entre la de Josep Pla y Llofriu. Allí fijó su domicilio a partir de 1994 para centrarse en la escritura, tras una vida plena, marcada por el inconformismo y la curiosidad. Ganadora de múltiples premios y reconocimientos, entre otros, el Premio Nadal, el Premio Planeta, el Premio Biblioteca Breve (estos tres, considerados los grandes galardones de la literatura en español), el Premio Ciudad de Barcelona, el Premio José Luis Sampedro y la Legión de Honor francesa, Rosa Regàs no se quedó en la retaguardia del mundo literario, en el que siempre ocupó el podio.
Nacida en Barcelona, en la Ciudad Condal cursó estudios y se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona tras contraer matrimonio con Eduard Omedes, con el que tuvo cinco hijos –Eduard, Anna, David, Mariona y Loris– y del que se separó, contraviniendo la convención burguesa de la época. Al acabar sus estudios, en 1964, trabajó con Carlos Barral en la editorial Seix Barral y, a partir de 1970, fundó y dirigió las editoriales La Gaya Ciencia (en la que debutaron Javier Marías o Álvaro Pombo) y Bausán, así como las revistas Arquitectura Bis y Cuadernos de la Gaya Ciencia. Ejercía su trabajo literario no sólo como escritora, sino como empresaria, siempre a la vanguardia del sector.
Escritora, editora, traductora y emprendedora
Una mujer como pocas en el mundo editorial, admirada tanto por su escritura como por sus decisiones. Entre 1983 y 1994 fue editora y traductora para las Naciones Unidas en Ginebra, Nueva York, Nairobi, Washington y París, y entre 1994 y 1998 dirigió el Ateneo Americano de la Casa de América de Madrid. Además, entre 2004 y 2007 fue directora de la Biblioteca Nacional de España, pasó por el Conservatorio del Liceu e incluso se atrevió con el cine, en colaboración con el realizador Jaime Camino.
Como declaró a La Vanguardia en mayo, en la que terminó siendo su última entrevista, “Lo importante es hallar el camino de la libertad”, una frase que sintetiza su actitud vital. Para una mujer nacida tres años antes del estallido de la Guerra Civil, que supuso la disgregación de su familia, el exilio, la vida en internados desde la infancia hasta la adolescencia y, a su regreso a España en 1940, la tutela de unos abuelos que a diferencia de sus padres eran muy conservadores, su camino a la libertad fue clave toda su vida.
La escritora, de quien Gabriel García Márquez dijo “Rosa Regàs, qué buena estás”, perteneció a la Gauche Divine, un grupo de existencia fugaz, pero influyente en la Barcelona de los años 70. Sus miembros vivieron con libertad ya durante la dictadura, anticipando los derechos y los nuevos aires que venían de Francia. La propia Regàs defendió siempre sus posiciones izquierdistas y republicanas y mantuvo siempre presencia fuerte en los debates mediáticos.
Una obra extensa y multipremiada
La carrera literaria de Rosa Regàs, que escribía desde niña, se inició públicamente en 1988 con Ginebra, una atípica guía de viajes en la que describía con distancia crítica y humor a veces ácido su experiencia en la ciudad suiza, donde vivió durante años para desempeñar su labor como traductora en la ONU,.
Entre sus obras más celebradas se encuentran novelas como Memoria de Almator, Azul –con la ganó el Premio Nadal en 1994–, Luna lunera y La canción de Dorotea, con la que ganó el Premio Planeta en 2001. También los libros de relatos Pobre corazón (1996), Desde el mar (1997) y Viento armado (2006). Es autora de una selección de cuentos populares, Hi havia una vegada (2001), y ha coordinado las obras colectivas Barcelona, un día y De Madrid… al cielo.
‘La canción de Dorotea’, de Rosa Regàs
Ha escrito sobre ciudades y viajes –Viaje a la luz del Cham (1995), Booket (2010)– y ha recogido sus artículos de prensa en Canciones de amor y de batalla (1995) y Más canciones (1998), así como sus experiencias de la vida de familia en Sangre de mi sangre (1998) y Diario de una abuela de verano (2004). En 2005 recibió del presidente de la República francesa la condecoración de Chevalier de la Légion d’Honneur, y al año siguiente la Creu de Sant Jordi del president de la Generalitat de Catalunya, entre muchas otras condecoraciones concedidas por los gobiernos de varios países. Sus obras han sido traducidas a más de diez idiomas.
Además, la escritora presentó a finales de mayo el libro memorialístico Un legado. La aventura de la vida, que publica Navona en castellano y catalán, con la periodista Lídia Penelo, que la ha entrevistado semanalmente en la casa y ha transcrito las conversaciones.