Ha sido una mujer quien ha escrito la mejor biografía del Padre Fundador de Estados Unidos, Benjamin Franklin. Stachy Schiff, ganadora del Premio Pulitzer por su libro de no ficción A Great Improvisation: Franklin, France, and the Birth of America, es guionista e inspiración de la nueva serie de Apple+ protagonizada y producida por Michael Douglas.
Tuvimos oportunidad de hablar con el actor en exclusiva sobre este biopic que ya ha estrenado sus tres primeros capítulos en la plataforma. La miniserie explora la emocionante historia del pionero diplomático norteamericano que pasó ocho años en la corte parisina dispuesto a liberar a su país del yugo francés.
Esta nueva serie limitada explora la historia poco conocida de una de las mayores apuestas de la carrera de Franklin. A los 70 años, sin ninguna formación diplomática, Franklin convenció a Francia, una monarquía absoluta, para que respaldara el experimento de democracia de Estados Unidos. La misión francesa de ocho años es el servicio más vital de Franklin a su país, sin el cual Estados Unidos no habría ganado la Revolución.
¿Cómo se sintió al interpretar a Benjamin Franklin?
Fue una de las principales razones por las que quise hacer esta serie. Estoy en un punto de mi vida en el que trato de hacer cosas diferentes. Nunca antes había hecho una película con pantalla verde y me propuse formar parte de Marvel. La comedia siempre me ha fascinado, así que decidí hacer El método Kominsky. Y ahora, en casi 60 años de carrera, nunca había interpretado a Franklin, y punto. Quería verme con mallas y con sus icónicas gafas. Gracias a Dios no tuve que usar peluca. Esa fue la atracción inicial. Luego, por supuesto, convertirme en Ben Franklin bajo el mando de un director tan maravilloso como es Tim Van Patten. Todos queríamos mantenernos alejados del tipo de narración que te da una lección de historia. Queríamos intriga, el arte de la seducción y la ambigüedad de la diplomacia. Ha sido un rodaje extraordinario, aunque yo era el único actor estadounidense. El resto del elenco estaba formado por actores franceses e ingleses. Y la alegría de actuar junto a un equipo tan variado fue contagiosa. La interpretación era el idioma de todos y eso convirtió la experiencia en la mejor producción en la que he participado en mi carrera.
“Ha sido la mejor producción de mi carrera”
Cuando Franklin dice cosas como: “Creen que yo inventé la electricidad. ¿Quién soy yo para repudiarlos?”, ¿demuestra que le gustaba mitificarse, hacerse aún más grande de lo que era?
Bueno, Franklin tuvo una carrera extraordinaria y una vida extraordinaria. Lo conocíamos de muchas maneras y realmente era un hombre del Renacimiento en todos los sentidos. Pero a los 70 años, en el año de nuestra independencia, 1776, todos olvidamos que estábamos en medio de una gran guerra con los británicos, y declaramos nuestra independencia. Cuando el Congreso Continental decidió que necesitábamos que Ben, porque era bastante conocido en todo el mundo, hiciera un viaje diplomático encubierto a Francia para intentar conseguir su apoyo –porque de lo contrario no íbamos a tener una democracia– demostró su talento. Necesitábamos desesperadamente que los franceses nos proporcionaran armas, dinero en efectivo y todo lo demás. Obviamente le gustaban los desafíos, lo sabemos desde hace años, pero esta serie nos muestra un ritmo diferente. Creo que él era muy consciente de su posición. Era muy inteligente, pero también un poco bribón. Era un poco mujeriego, le gustaba beber, coqueteaba mucho y, sin embargo, tenía una habilidad maravillosa en términos de su idea de negociación, que era una especie de seducción.
“Era muy inteligente, pero también un poco bribón. Era un poco mujeriego, le gustaba beber, coqueteaba mucho”
En las series de historia suele haber un tema subyacente, algo que los escritores y productores están tratando de decir a escondidas. ¿Cuál cree que es el gran tema de Franklin?
Estamos en un año de elecciones y para mí la serie es una nueva apreciación de nuestra Constitución, de la democracia. Me he dado cuenta de lo frágil que es mantenerla y de lo cerca que estuvimos de que no se hiciera realidad. Porque, siendo realistas, sin el apoyo de los franceses, los británicos nos habrían derrotado y todo habría sido distinto. La serie es un recordatorio del pasado, y particularmente este año, del valor y lo preciosa que es la democracia y lo fácil que es perderla y lo frágil que es. En la idea de la libertad nació nuestra Constitución que se ha ido corrompiendo en los 250 años transcurridos desde entonces.
Habla de la fragilidad de la Constitución en la época de Franklin. ¿Ahora también estamos en esa situación en Estados Unidos?
Por eso creo que hay que admirar a Franklin. Tenemos figuras en nuestra historia que son sorprendentes. Él nunca fue al colegio después de los 12 años. Todo lo aprendió por sí solo. Fue un lector voraz desde muy temprana edad, lo que jugó un papel importante en su vida. Estuvo involucrado en el negocio de la imprenta, que es una de sus primeras actividades. Luego, por supuesto, fundó su propio periódico. Y luego la cantidad de inventos que tenemos suyos, además de la electricidad. Cubrió muchas áreas. No creo que ser marido, un buen marido, fuera uno de sus puntos destacados, porque estaba demasiado involucrado consigo mismo. Para mí, es un hombre comparable a Elon Musk. Un tipo un poco fuera de lo común, de quien desconfías porque era muy brillante y tenía mucho conocimiento en muchas cosas. Era un tipo encantador que sabía tranquilizar a la gente, pero que siempre estaba tomando prisioneros. Sabía lo que estaba haciendo porque era extremadamente ambicioso.
En este momento de su carrera, ¿por qué le interesaba tanto interpretar a Franklin?
Supongo que siempre me han atraído esos personajes que están en la zona gris. Nunca me han atraído los verdaderos héroes. Quiero decir, siempre me ha gustado que la gente tenga un pequeño lado oscuro porque es una realidad reconocible. Pero más que el personaje, para mí, es el panorama completo. Me encanta producir. Mi afición a producir es una especie de pesadilla para mi existencia como actor porque tiendo a estar siempre atento a todo lo que ocurre a mi alrededor. Pero Richard Plepler, que es uno de los productores ejecutivos de esta serie, con quien hice Detrás del candelabro, era mi socio y sabía que estaba en muy buenas manos con él. Tim Van Patten, nuestro director, a quien no conocía personalmente, ha hecho un trabajo brillante.
¿Qué significa para usted, entonces, producir?
Debido a mi experiencia como productor, cuando estoy actuando, no puedo evitar mirar a mi alrededor y ver cómo lo estamos haciendo. Me gusta animar a los demás actores a dar lo mejor que puedan de sí mismos. Es algo que Paul Newman me enseñó hace muchos, muchos años. Algunos actores se rodean de los mejores porque sólo quieren ser estrellas. Otros lo hacen porque saben que solo junto a los buenos pueden aprender a dar lo mejor que tienen para ser igual de buenos. Eso es lo que yo siento y lo que quiero alcanzar cuando estoy produciendo. Digamos que es una especie de cualidad natural.
“Paul Newman me enseñó a animar a los demás actores a dar lo mejor de sí mismos”
¿El libro de Stacy Schiff, A great improvisation, es el mejor material escrito sobre Franklin?
Sin lugar a dudas. Stacy es una maravillosa escritora que ha creado un material interesante de leer porque profundiza en aspectos desconocidos de la vida de Franklin. Mi mayor dilema fue cuando me puse a mirar un billete de cien dólares mirando la cara de Franklin porque me dije: “Tengo un gran camino por recorrer y no sé cómo hacerlo”. Me di cuenta de que si un actor como yo, que ha existido tanto tiempo en este medio, tiene dudas, los demás iban a estar más confundidos que yo. Para mí era necesario encontrar el equilibrio y enmascarar su personalidad para que el público descubriera a la persona real, al Franklin real, no al que aparece en los billetes.
¿Qué aspectos del carácter y la vida de Franklin le parecen más fascinantes?
Me identifico con Franklin a través de la idea de la fama. Esa relación que ambos tenemos con la idea de ser una celebridad en la vida real. Sé que en la vida real la gente dice: “Vaya, es una persona normal con los pies en la tierra”. Así lo trate y así disfrute de su capacidad para seducir. Me encanta su habilidad como seductor, da igual que hable con un hombre o una mujer; él podía identificar rápidamente las debilidades de alguien y sacar partido de ello haciéndolos sentir que eran su mejor amigo, aunque siempre tenía otros motivos ocultos para mostrarse de ese modo. Por eso lo disfruté. Creo que es su afición al placer, su alegría de contar mentiras piadosas, lo que probablemente más me gusta de Franklin.
“Creo que es su afición al placer, su alegría de contar mentiras piadosas, lo que probablemente más me gusta de Franklin”
Usted sigue insistiendo en que el tema de la diplomacia no es un asedio, es una seducción, y tiene mucho sentido la forma en que lo describe. ¿Deberíamos de alguna manera hacer llegar ese mensaje a nuestros líderes y diplomáticos actuales?
Es una muy buena pregunta. Creo que esta serie puede incitar a algunas discusiones sobre la situación política actual. Nosotros también articulamos el tipo de conflicto que se estaba despertando entre Ben Franklin y John Adams. En el Congreso había mucho conflicto, mucha lucha. Espero que esto conduzca a un momento más diplomático a nivel interno. Personalmente, creo que nuestro presidente, Joe Biden, ahora es una persona muy diplomática en la forma en que ha manejado muchas situaciones en todo el mundo. Pero dentro de nuestra propia política, a nivel interno, en este momento, es decepcionante y necesitamos recordar un poco lo que vivimos cuando empezamos y la forma en que se comportaba la gente, y lo valioso que es el concepto de la democracia que se ha ido distorsionando a lo largo de los años.
Ha dicho que le recuerda a Elon Musk, ¿pero le recuerda a algún político de la actualidad?
Eso era lo que estaba tratando de encontrar, la textura real de quién era él o cómo se comportaba. Sé que le encantaba hablar, que le encantaba entrar a los bares. Era muy, muy inteligente. Pienso en Warren Buffett de Omaha. No sé si es conocido, pero me inspiré en él, un tipo muy campechano. Es la tercera persona más rica del país con un ingenio muy, muy agudo. Influyó mucho en mi interpretación.