reportaje

Más allá de Ramón Paso: el #MeToo de la cultura en España

El de Ramón Paso es sólo el último de los casos (como el del cineasta Carlos Vermut o lo acontecido en los Premios Feroz) que denuncian acoso, abusos y agresiones sexuales en el mundo de la cultura española

Fotografía del Teatro Infanta Isabel donde se ha suspendido la función de la obra "Jardiel Enamorado"
Fotografía del Teatro Infanta Isabel donde se ha suspendido la función de la obra "Jardiel Enamorado" Efe

La fulminante caída de Luis Rubiales, si bien no es estrictamente del mundo cultural, hizo tambalearse el suelo ético que pisamos. O más específicamente, el que pisan (o pisaban) algunos miembros del sexo masculino. Su cargo no tenía que ver con el gremio, pero desde luego su figura constituía toda una declaración de intenciones, un modelo masculino claro que, de hecho, constituía una cultura.

Si la dimisión del presidente de la federación supuso el aterrizaje en suelo español de la cuarta ola feminista que trajo ese movimiento transformador, el sector cultural ha tomado nota y ha decidido dejar de guardar silencio, con todas sus consecuencias. Ejercer

Ramón Paso y sus 14 denuncias

La Fiscalía Provincial de Madrid ha presentado esta semana una denuncia en el juzgado contra el dramaturgo Ramón Paso por presuntos delitos sexuales contra varias jóvenes de entre 18 y 25 años que habrían tenido lugar entre 2018 y 2023 durante castings en los que participaban el dramaturgo y las presuntas víctimas.

Según ha informado la abogada Luisa Estévez Martínez, que representa a 14 mujeres que han denunciado ante la Fiscalía al también guionista y director de escena, y confirman fuentes del caso, la denuncia del ministerio público se encuentra en el decanato de los juzgados de instrucción de Madrid a la espera de reparto.

Según precisa la abogada, la denuncia del ministerio fiscal se ha interpuesto por presuntos delitos de agresión sexual -algunos de carácter continuado-, acoso, hostigamiento, coacciones o contra la integridad moral.

Más allá de la investigación en marcha, esta denuncia conjunta demuestra algo muy relevante para el sector cultural: se ha roto la espiral del silencio. Las mujeres han visto que es posible hablar, ser creídas; que la justicia funciona también para ellas, que trabaja a su favor.

Su obra, suspendida

Ramón Paso estaba estos días inmerso en la promoción de su nueva obra, Jardiel enamorado, en el Teatro Infanta Isabel de Madrid. Protagonizada por Pepe Viyuela, narra la historia de amor entre su bisabuelo y Josefina Peñalver.

El protagonista ha abandonado la obra este mismo miércoles al conocer el caso judicial que se abre ante Paso: “No quiero llamarle. No quiero seguir con la función. Me voy”, ha declarado el actor. Tras su salida, el Infanta Isabel ha suspendido la función de este miércoles, aunque aún se desconoce qué sucederá a la larga con una obra que se estrenó hace apenas una semana y que se representa todos los días de la semana excepto los lunes.

'Jardiel enamorado'

Cartel de la obra ‘Jardiel enamorado’, en el Teatro Infanta Isabel de Madrid

De Ravelo a Carlos Vermut

El cineasta grancanario Armando Ravelo fue acusado en enero de acoso sexual por la artista Koset Quintana, quien conoció al director cuando tenía 14 años y que, con solo 15, recibió insinuaciones sexuales por su parte. Esta no es la única denuncia que ha surgido en los últimos meses, pues los testimonios contra este cineasta se suman a las acusaciones por violencia sexual contra el director Carlos Vermut por parte de tres mujeres trabajadoras de la industria del cine.

El 26 de enero de 2024 el periódico El País publicó una investigación en la que tres mujeres anónimas acusaban al director de agresiones sexuales. Las tres mujeres, supuestamente relacionadas con el mundo del cine y mantenidas en el anonimato a petición de las mismas, alegaban haber sido víctimas de relaciones sexuales violentas y no consentidas entre mayo de 2014 y febrero de 2022.

Vermut respondió alegando falta de conciencia de haber ejercido violencia sexual, e insistiendo en que las relaciones fueron siempre consensuadas. Un mes más tarde el mismo periódico publicó los testimonios de otras tres mujeres que también afirmaron haber sido sometidas a relaciones sexuales violentas y no consentidas por parte de Vermut.

Carlos Vermut

El director de cine Carlos Vermut, acusado de agresión sexual

Tras darse a conocer la acusación contra Ravelo, más actrices declararon en los comentarios de la publicación haber vivido situaciones similares con el cineasta de Las Palmas de Gran Canaria, también escritor, por lo que muchos aluden ya al #MeToo español, haciendo referencia al caso que marcó la industria del cine estadounidense cuando en 2017 el productor Harvey Weinstein fue acusado de acoso y abuso sexual, llegando a acumular más de 80 testimonios en su contra, y condenas de 23 y 16 años.

Más allá de lo judicial, el #MeToo se popularizó como método de denuncia a productores, directores y actores: una etiqueta que congregaba a artistas y trabajadoras del cine donde poder denunciar a sus victimarios, que en muchas ocasiones salieron impunes.

El Ministerio de Cultura, contra la violencia sexista

Los ecos del #MeToo han llevado al Ministerio de Cultura de España a pronunciarse sobre la violencia sexual en el sector que lidera, por lo que ha anunciado la creación de una unidad de “sensibilización y prevención de la violencia sexista en el sector cultural”.

El anuncio llega después de que la industria cinematográfica del país haya criticada por su silencio inicial y sus contradicciones, por mostrarse muy cauta en sus declaraciones sobre las acusaciones de violencia sexual (en los casos citados pero también en galardones como los Premios Feroz, donde se denuncia este tipo de comportamientos), mientras que en otras ocasiones la industria servía de plataforma para pronunciarse contra la guerra u otros asuntos como los desahucios forzosos.

El pasado mes de febrero, durante los Premios Goya, el cine español se vio interpelado a pronunciarse. “Queremos decir a las víctimas que no están solas. (La violencia sexual) se ha acabado aquí”, dijo la actriz y cantante Ana Belén, una de las presentadoras de la gala.

Con el caso de Ramón Paso, el Ministerio de Cultura ha mostrado “todo el apoyo” a las víctimas de violencia sexual y ha reiterado que se está trabajando para que sea “un sector seguro” en este ámbito. “Más allá de la acción de la justicia, el Ministerio está impulsando la Unidad de Atención y Prevención de las Violencias Machistas en el sector cultural y en las próximas semanas estaremos en disposición de ponerla en marcha”, han señalado a Europa Press fuentes del departamento de Ernest Urtasun.

Estas mismas fuentes han señalado que desde Cultura se trabaja para “lograr un sector seguro para todas las mujeres” y el siguiente paso será el de habilitar un sitio “donde se puedan dirigir las víctimas para sentirse acompañadas”.

De igual forma, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ha exigido a las instituciones públicas y privadas españolas en el ámbito de la cultura que adopten “medidas ejemplares” para que se impidan situaciones de violencia machista.

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