Érase una vez

Mary Shelley, un descubrimiento en La Ciudad de las Damas

Mary publicó en 1818 su 'Frankenstein o el moderno Prometeo' con prólogo de su marido, Percy Shelley, pero su nombre no aparecía como autora

La escritora Mary Shelley

La escritora Mary Shelley

Hace algunos días, antes de que el éxodo estival nos pisara los talones, el Club de Lectura La ciudad de las damas ha celebrado su última sesión conjunta. Elisa Osuna dará buena cuenta de lo que allí ocurrió, pero yo quiero contar aquí lo que realmente constituyó el gran descubrimiento de esa reunión.

Atardecía, el maravilloso cielo de Madrid se tiñó de rosa y fue cayendo la noche. El marco no podía ser mejor para evocar entre todas las lectoras del grupo a Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley.

Comencé rememorando el torrencial anochecer del 16 de junio de 1816 en aquel verano, sin verano, a causa de los efectos de la irrupción del volcán Tambora. Los Shelley, Percy y Mary Wollstonecraft, aún no casada con Percy que acababa de enviudar, acompañados por Claire Clairmont, la hermanastra de ella, habían alquilado en Suiza una casa de campo, Champagne Chapuis, muy cerca de Villa Diodati, la mansión ocupada por Lord Byron a orillas del lago Léman. A Villa Diodati acudían a diario con Claire los Shelley, y allí charlaban Byron y Percy mientras Mary y Polidori, el médico y secretario de Byron, quedaban en un segundo plano, lo que fomentó la amistad entre ellos y el agradecimiento de Mary por los cuidados que Polidori dispensaba a su hijo William, un bebé de cinco meses.

Percy y Mary Shelley y Lord Byron

Percy y Mary Shelley y Lord Byron

Aquella noche del 16 de junio se unieron al grupo la condesa polaca Potocka y el escritor inglés Matthew G. Lewis (autor de la novela gótica El monje) y, tras leer algunos cuentos de Phantasmagoriana, decidieron escribir algo semejante con inspiración en lo propiamente fantástico que estaba surgiendo en Alemania de la mano de E.T.A. Hoffmann. Y así se gestaron dos de las grandes obras de la literatura universal, Frankenstein o el moderno Prometeo y El vampiro (1819) de Polidori.

De regreso a Inglaterra, Mary ya casada con Percy Shelley publicó en 1818 su Frankenstein o el moderno Prometeo con prólogo de su marido, pero su nombre no aparecía como autora. Eso no ocurrió hasta la edición revisada por la autora en 1831, cuando hacía nueve años que su marido había muerto en un naufragio. En esta segunda ocasión añadió un nuevo prólogo muy interesante, sin descartar el anterior de Percy Shelley.

Todas estuvimos de acuerdo en que conocer Frankenstein a través del cine, como ocurre en tantas ocasiones, impide disfrutar de la belleza descriptiva, la complejidad de la historia y la profundidad psicológica de la novela. Quien lee por primera vez Frankenstein o el moderno Prometeo asiste a una maravillosa revelación.

El verdadero descubrimiento: la escritora

Pero el auténtico descubrimiento para todas nosotras aquella tarde noche del día de San Juan, en la reunión de La ciudad de las damas, fue Mary Wollstonecraft Shelley, de soltera Mary Godwin (1797-1851). Una mujer culta, valiente, rompedora, trabajadora incansable, sensible y artísticamente genial. Hija de Mary Wollstonecraft, la autora de Vindicación de los derechos de la mujer (1792), fallecida como consecuencia del parto, y de William Godwin, filósofo, autor de Investigación acerca de la justicia política (1793), obra considerada precursora del anarquismo y esencial para la futura teoría social y política.

Mary Shelley crece a la sombra del recuerdo y la añoranza de su madre, nutriéndose de lecturas en la amplísima biblioteca de su padre en donde también asiste, solo como oyente, a las frecuentes tertulias con escritores, políticos y artistas convocados por su progenitor. Desde muy joven, Mary ha leído a los clásicos grecolatinos, conoce la mitología, ha adquirido conocimientos sobre ciencia y filosofía y se interesa por los últimos avances de la física experimental. Fue una niña solitaria con gran necesidad de ternura, que ahogaba sus penas sumergiéndose en los libros.

'Vindicación de los derechos de la mujer', de Mary Wollstonecraft

‘Vindicación de los derechos de la mujer’, de Mary Wollstonecraft

A los dieciséis años, en 1814, conoce en una de esas reuniones a Percy Shelley, que a sus veintidós años estaba casado y tenía dos hijos. Se enamoran y, ante la negativa del padre liberal a aceptar esa relación, huyen juntos y viajan por Europa. Mary da a luz a una niña que muere al poco tiempo de nacer. Regresan a Inglaterra y la pareja vive el rechazo de ambas familias. En 1816 nace un segundo hijo, William, que morirá tres años más tarde. Entre tanto se suicida su hermanastra Fanny Imlay, fruto de una breve y antigua relación de su madre, en el París revolucionario, con un militar norteamericano. También se suicida Harriet, la mujer de Percy Shelley.

El dolor y la muerte se ciernen sobre los amantes, que acaban encontrando un bálsamo en Suiza aquel verano de 1816, año en cuyo final tendría lugar su casamiento. Durante su estancia en Florencia nacerá un tercer hijo en 1819, Percy Florence Shelley (1819-1889), que les sobrevivirá. Pero la muerte siguió cercando a Mary hasta que en 1822 Percy muere trágicamente en un naufragio, en el mar Tirreno, al regresar de una cita con Byron. Viuda a los 25 años, retorna desde Florencia a Inglaterra con su hijo, llevando consigo el corazón de su esposo que conservará hasta el final de sus días.

La vida de Mary Shelley hasta que murió a sus cincuenta y tres años y medio se centró en el trabajo para sacar adelante a su hijo y en la edición de los escritos, ensayos y poemas de su marido con el fin de que no cayera en el olvido. No me cabe duda de que el trabajo y la constancia de Mary contribuyeron a la consideración de Percy Shelley como importante poeta romántico de su tiempo. Por otra parte, el éxito de Frankenstein o el moderno Prometeo no empieza a llegar hasta después de la edición de 1831, y no es suficiente para sobrevivir. Ella estudia, trabaja y escribe incansablemente.

Llega incluso a dar clases de literatura española, de lo que resultará su ensayo sobre Cervantes y Lope. Conocía bien el Siglo de Oro español. Escribe novelas, novela histórica, libros de viajes, novela corta y todo tipo de relatos, ensayos, artículos biográficos, diarios, cartas y poesía. Rechazada por su suegro, barón de Castle Goring, sobrevive gracias a su trabajo que le permite, con esfuerzo, educar en Harrow School (Middlesex) a su hijo hasta que el barón se hace cargo de los estudios superiores de su nieto en Cambridge, en el Trinity College. A la muerte del abuelo, Percy Florence heredará el título de barón.

Mary y Percy Shelley se escaparon juntos antes de estar casados

Mary y Percy Shelley se escaparon juntos antes de estar casados

Mary Shelley no solo es la creadora, con menos de veinte años, de una obra maestra como Frankenstein, es mucho más como autora y como mujer. Fiel heredera de la filosofía liberal de sus padres y de la reivindicación de los derechos femeninos promovida por su madre, transgredió las costumbres sociales de su época para vivir su amor con Percy Shelley. No se dejó vencer por la muerte y la desgracia, luchó por el futuro de su hijo, por el presente de su escritura, por sus reivindicaciones sociales y por el reconocimiento de la poesía de su marido fallecido. Nunca olvidó la tragedia en el mar que se lo llevó.

En su poesía, traducida al español por Victoria León, podemos leer estos versos: Son ellos, los espíritus del mar, / que hacen oír su pena sin consuelo / y acompañan mi llanto interminable. Estoy segura de que, cuando Mary Shelley se fue a vivir al otro lado del espejo, los espíritus del mar la condujeron hasta la morada eterna de su amado Percy. En nuestro mundo pervivirá su genialidad artística, y entre nosotras, mujeres, se queda para siempre la ejemplaridad de su esfuerzo, desafío y resistencia.

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