El 28 de agosto arrancó una nueva edición del Festival de Cine de Venecia, concretamente la número 81º. Se trata del festival de cine más antiguo del mundo, el cual se ha convertido en una cita obligatoria para todos los amantes de este arte. Y una de las grandes protagonistas de este festival, entre los cinco más grandes del mundo, fue y es Marina Cicogna, nieta del fundador. La productora fallecía el año pasado en Roma, con fecha 4 de noviembre de 2023, a la edad de 89 años. Una mujer con una historia única que no dejó indiferente a nadie. Su figura y su grandísimo legado siempre formará parte del Festival de Cine de Venecia.
Una personalidad inigualable
La productora Marina Cicogna nació en 1934 ni más ni menos que en un palacio de Roma. Era hija del banquero Cesare Cicogna y la condesa Annamaria Volpi di Musurata. Creció y se convirtió en una mujer fuerte y muy peculiar que terminó haciéndose cargo del proyecto más importante que diera a luz su abuelo: el Festival de Cine de Venecia.
Cicogna trabajó muy duro por mantener vivo el legado de su abuelo. Se convirtió en una productora y empresaria de prestigio y fue el alma de cada edición celebrada en Venecia. Tanto es así, que llegó a ser musa, mentora y cabeza pensante y ejecutora de uno de los festivales más grandes de todo el mundo.
Su primer amor: el cine
Marina Cicogna cultivó con el paso del tiempo su amor por el cine, cada vez con mayor fuerza. Especialmente tras conocer a David O. Selznick, productor de Lo que el viento se llevó y la persona que le ayudó a formarse como productora cinematográfica.
Durante muchas décadas se dedicó al cine, una labor que fue premiada con numerosos galardones. Más pronto que tarde conseguiría el éxito. Hace más de 30 años presentó tres películas y ganó el León de Oro por una de ellas, Belle de Jour, la cinta que dirigió Luis Buñuel y protagonizó Catherine Deneuve. Cicogna era además amante de la fotografía, de ahí que tuviera un ojo exquisito para los planos de sus películas. Se graduó en fotografía en la Universidad Sarah Lawrence, Estados Unidos, junto a Barbara Warner, hija del magnate Jack Warner, compañera e íntima amiga de la productora.
Con el paso de los años y su dedicación en cuerpo y alma a su trabajo, consiguió un alto prestigio como productora y fotógrafa. Recibió además el calor de importantes personalidades que contribuyeron a que su trabajo se expandiera más rápido. Karl Lagerfeld, Audrey Hepburn, Michael Butler, Jackie Onassis, Greta Garbo o Margarita de Inglaterra fueron algunos de ellos.
En los años 60 y 70 llegaría la versión más atrevida de la productora, algo que fue todo un acierto. Marina Cicogna ganó un Oscar a la Mejor película extranjera en 1970 por Investigación de un ciudadano bajo sospecha.
Su corazón perteneció a otra mujer
La película que le hizo ganar un Oscar se convirtió en algo más que un logro profesional para la productora. La actriz protagonista del filme, Florinda Bolkan, terminó siendo el amor de su vida. Marina Cicogna se había declarado bisexual. De hecho, fueron dos las mujeres con las que mantuvo una relación a lo largo de su vida. Antes de ellas, su vida amorosa estuvo relacionada con Alfonso de Borbón – quien fuera su primer novio y la persona por la que pudo conocer de cerca al rey emérito Juan Carlos I-, además de otros ligues como Lex Barker y el recién fallecido Alain Delon.
Aunque su corazón perteneció completamente a dos mujeres. Durante 20 años, a la actriz brasileña Florinda Bolkan, y posteriormente a Benedetta. Como curiosidad, a esta última tuvo que aoptar como hija por motivos legales.
En noviembre de 2023 la productora decía adiós a la vida, a sus 89 años. Vivió repleta de amor hacia el cine y la fotografía. Una mujer inigualable que pasó a la historia por ser condesa, bisexual, productora y fotógrafa. Pero por encima de todo, amante del cine y del legado de su abuelo: el Festival de Cine de Venecia.