Cuesta creer que haya destinos que te sorprendan y estén fuera de las habituales guías turísticas. Pero todavía existen. Acaba de inaugurarse el primer vuelo directo entre Madrid y Sharm El Sheikh, en la península del Sinaí, Egipto. En apenas cinco horas te trasladas a un destino de aguas cristalinas, pero que también te permite otras opciones culturales o espirituales, como visitar el monasterio de Santa Catalina, una auténtica joya patrimonio de la UNESCO, a los pies del Monte Sinaí.
Para el público español, Sharm El Sheikh es un destino completamente desconocido. Tal vez los expertos en buceo sí lo conozcan porque sus fondos marinos son francamente espectaculares. Aunque, hasta ahora, nunca había existido una conexión directa entra la capital de España y esta ciudad, gracias a Sama Travel, principal emisor de turismo español a Egipto, y su vuelo operado por Air Cairo, que une ambas urbes semanalmente.
De entrada, de Sharm El Sheikh te sorprenden sus grandes avenidas, la luz, el agua. Es una ciudad por y para el turista, hasta la fecha principalmente británico y alemán, en el caso europeo. Destacan sus grandes complejos hoteleros, con acceso directo a las playas y unas largas pasarelas para darte un chapuzón rodeado de peces de colores. La cadena Rixos es el referente hotelero en Egipto, con habitaciones amplias y modernas.
Playas, museos y mezquitas
La diferencia con otros destinos es el abanico de opciones. Normalmente vinculamos Egipto a historia y cultura, a sus imponentes pirámides. Desde Sharm El Sheikh hay conexiones para visitarlas que se pueden contratar con muchísima facilidad. Si bien, lo especial de esta ciudad es que puedes disfrutar de la opción de sol y playa y, además, darte un salto a su museo, visitar su mezquita u organizar un tour a un parque natural o al Monte Sinaí.
Lo de sus aguas te deja boquiabierto. Muchos buceadores expertos ya conocen el destino pero lo genial es que sin serlo también puedes ver peces y corales espectaculares. Además de las playas a pie de hotel, es imprescindible hacer una escapada en barco a Isla Blanca, que forma parte del parque nacional Ras Mohammed, en la punta de la península del Sinaí.
No debes olvidarte la crema de protección solar ni tampoco las gafas de buceo y las aletas, que puedes alquilar antes de tomar la embarcación. ¿El motivo? Antes de llegar a Isla Blanca, las embarcaciones hacen paradas en zonas rocosas llena de corales y peces de todo tipo. La mezcla de colores del mar es brutal, no tiene nada que envidiar a Las Maldivas.
¿Que estás cansado de playa y piscina? Preparas el petate y te vas de escapada. Irremplazable, por lo místico, el Monte Sinaí, por todos conocidos por Moisés y los Diez Mandamientos. En autobús, de Sharm El Sheikh está a poco más de dos horas de distancia y lo ideal por las altas temperaturas es ver el amanecer desde sus picos. Seguramente te encuentres con algún peregrino que después acuda al monasterio de Santa Catalina, donde el citado Moisés vio la zarza que ardía sin consumirse. Seas religioso o no, hay que conocerlo. Importante no olvidar tu linterna y, para el lugar sagrado, llevar vestimenta apropiada.
No hay que irse tan lejos para disfrutar de la cultura. Para los egipcios, Sharm El Sheikh es la ciudad de la paz, porque en ella Israel y su país se han sentado en la misma mesa en varias ocasiones. Y llama la atención encontrarte una de las iglesias ortodoxas más relevantes del país allí, a pocos minutos en transporte urbano de tu complejo hotelero. Es la catedral de Al Samaen. Y de ahí, directos a la mezquita de Al Shaba, rodeado de decenas de puestos de decoración y productos típicos a buen precio. Puedes visitar sin problemas la mezquita que, según los guías de la zona, “recuerda un poco a Gaudí”.
También a pocos minutos de cualquiera de los hoteles está el museo de la ciudad, inaugurado recientemente. Merece la pena darse una vuelta por sus tres salas, centradas principalmente en la época faraónica. Y sí, tiene una imponente momia, además de todo tipo de bustos y enseres. Merece la pena la visita guiada.
Hay mucho más que destacar en este destino desconocido. Hoteles como el Rixos tienen varios restaurantes con comida tanto internacional como también de la zona y tanto para ver el atardecer como por la noche hay multitud de espectáculos y zonas de discotecas. Aunque, si quieres salir del hotel, está también Farsha -no hay que perdérselo-, Pachá o el Hard Rock Café.
En definitiva, si quieres sorprendente, apunta este destino que seguro no tenías en tu radar. En cinco horas, puedes estar en Egipto pero disfrutando de otro Egipto distinto, con unas aguas que no olvidarás.