Crítica de clásica

Luchas del poder: la ‘Maria Stuarda’ de Donizetti se estrena en el Teatro Real entre ovaciones

El crítico de clásica Antonio Moral, exdirector del Festival de Música y Danza de Granada y fundador de la revista 'Scherzo' escribe para Artículo14 un artículo sobre el estreno de 'Maria Stuarda' en el Teatro Real

Nueva producción de 'Maria Stuarda' en el Teatro Real, con Lisette Oropesa, Aigul Akhmetshina e Ismael Jordi
Nueva producción de 'Maria Stuarda' en el Teatro Real, con Lisette Oropesa, Aigul Akhmetshina e Ismael Jordi Javier del Real

El impactante “duo delle due Regine” es un momento de alta tensión, incluso de tintes violentos, en la obra teatral de Schiller (1800) y por ende en el drama musical de Donizetti (1835), que precipita una sentencia de muerte cantada desde el inicio mismo de un drama de carácter más sicológico que teatral, que se sustenta en el odio mutuo de dos parientes reales irreconciliables: Elisabeth I, la reina protestante bastarda (Aigul Akhmetshina), y María Stuardo, la reina católica legítima (Lisette Oropesa).

Donizetti aporta con su música, y sobre todo a través del canto, una intensidad excepcional a la estéril dramaturgia de un encuentro (desencuentro) regio –que al parecer nunca existió en la realidad histórica– y que conduce al espectador hacia una escena final escalofriante, que Lisette Oropesa bordó (y nos conmovió) en la función inaugural en el Teatro Real.

Lisette Oropesa interpreta a María Stuardo, la reina católica legítima

Lisette Oropesa interpreta a María Stuardo, la reina católica legítima

Antes, la antipática soberana protestante, Elisabetta, aquí magníficamente encarnada por la joven mezzosoprano rusa Aigul Akhmetshina, de medios vocales sobresalientes, fue una vez más la apasionada, titubeante y odiada mujer atormentada por la ambivalencia vital que antepone el poder que le otorga el cetro real al pensamiento humano que lucha entre el sentimiento y la razón.

Solo así, con la participación de dos soberanas tan potentes, acertadamente elegidas por Joan Matabosch, tiene sentido la programación de una ópera belcantista tan exigente como esta y olvidada durante más de un siglo en los teatros del mundo entero y que, al fin, cobra vida en Madrid, en una inteligente y vistosa producción del regista inglés David McVicar y la plausible dirección musical de José Miguel Pérez Sierra.

Y, aunque parezca increíble, Maria Stuarda llega por primera vez a las tablas del coliseo madrileño, nada menos que 189 años después de su estreno en el Teatro alla Scala de Milán. Nunca es tarde si la dicha es buena. ¡Enhorabuena!

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