Egipto, tierra de misterios y civilización milenaria, alberga monumentos y templos que van más allá de las icónicas pirámides y del famoso Valle de los Reyes. Muchos templos egipcios permanecieron durante siglos enterrados bajo capas de arena y lodo, ocultos a los ojos del mundo y protegidos por el tiempo. Estos templos subterráneos, cada uno con una historia que desafía el paso de los siglos, solo han sido redescubiertos en tiempos modernos gracias al trabajo de arqueólogos y exploradores apasionados por desentrañar los secretos del Antiguo Egipto.
El Serapeum de Saqqara: la necrópolis subterránea de los toros sagrados
Uno de los templos más enigmáticos y poco visitados de Egipto es el Serapeum de Saqqara. Ubicado cerca de la famosa pirámide escalonada de Saqqara, este templo subterráneo fue un lugar sagrado dedicado a los toros Apis, animales considerados encarnaciones vivientes del dios Ptah. Los egipcios creían que los toros Apis poseían poderes divinos y que su muerte merecía una sepultura digna de la realeza. Así, en el Serapeum se construyeron enormes cámaras subterráneas para albergar los sarcófagos de estos toros sagrados.
Cada sarcófago, tallado en granito y pesando hasta 70 toneladas, se ubicaba en una galería subterránea construida con una precisión impresionante. Redescubierto en 1850 por el arqueólogo Auguste Mariette, el Serapeum dejó boquiabiertos a los arqueólogos de la época por la monumentalidad de las tumbas y el respeto que los antiguos egipcios mostraban hacia estos animales sagrados. A día de hoy, el Serapeum sigue siendo uno de los lugares menos conocidos de Egipto. Una joya arqueológica que revela la complejidad de las creencias egipcias en torno a la vida y la muerte.
Templo de Edfu: un santuario dedicado al dios Horus
A orillas del Nilo, el templo de Edfu se alza como uno de los templos mejor conservados de Egipto, dedicado al dios halcón Horus. Su construcción, que se prolongó entre los años 237 y 57 a.C. durante el período ptolemaico, muestra la gran devoción de los egipcios por sus deidades y la habilidad de los arquitectos para plasmar su grandeza en piedra. Este templo permaneció sepultado bajo capas de arena y sedimentos durante siglos. Eso contribuyó a su excepcional conservación. Visitarlo te deja sin aliento. Es difícil hallar un resto arqueológico así de conservado.
Lo que hace especial al templo de Edfu, aparte de su conservación, son sus muros cubiertos de detallados relieves que narran la historia mitológica de la lucha entre Horus y su tío Seth. Esta representación gráfica de la batalla y la victoria de Horus es un testimonio del valor simbólico que tenía para los antiguos egipcios. El templo fue redescubierto y excavado en el siglo XIX. Reveló no solo su estructura monumental, sino también una fuente invaluable de conocimiento sobre las prácticas religiosas y las creencias del antiguo Egipto. Uno de los grandes templos egipcios del mundo antiguo.
Kom Ombo: el templo doble de Sobek y Haroeris
Kom Ombo, en la ciudad homónima junto al Nilo, es único por su diseño simétrico que refleja una dualidad religiosa poco común. Este templo dedicado a Sobek, el dios cocodrilo, y a Haroeris, una forma de Horus, fue construido durante la dinastía ptolemaica. Su diseño incluye dos entradas y dos santuarios idénticos, simbolizando el respeto hacia dos deidades opuestas: Sobek, asociado con la fertilidad y la fuerza, y Haroeris, protector y guerrero.
El templo de Kom Ombo también estuvo cubierto de arena y barro durante siglos. Esto permitió que muchos de sus relieves y columnas estén en un estado excelente. Las excavaciones en el siglo XIX revelaron detalles arquitectónicos que han dejado perplejos a arqueólogos y visitantes. Es el caso de una serie de relieves que muestran instrumentos quirúrgicos. Esto sugiere que en su época el templo pudo haber tenido funciones médicas o de curación. Hablamos de uno de los templos egipcios que sigue siendo un testimonio de la coexistencia pacífica entre creencias y deidades en la antigua sociedad de la época.
Dendera: el templo de Hathor y su famoso zodiaco
Cerca de la ciudad de Qena, en la ribera occidental del Nilo, se encuentra el templo de Dendera dedicado a Hathor, diosa del amor, la belleza y la música. Este templo es uno de los complejos religiosos mejor conservados del antiguo Egipto, y es conocido por sus relieves detallados y por el famoso zodiaco de Dendera, una representación astronómica que se conserva en el techo del templo.
Durante siglos, el templo de Dendera estuvo sepultado bajo tierra, como todos los demás. Su estado de conservación se vio así beneficiado. En el siglo XIX, el templo fue finalmente excavado y sus frescos y relieves cautivaron a los visitantes y arqueólogos de la época. En concreto, el zodiaco de Dendera ha sido motivo de estudio y fascinación. A fin de cuentas, representa constelaciones y signos astrológicos que sugieren un conocimiento avanzado de astronomía en el Antiguo Egipto. El templo sigue siendo uno de los lugares más místicos y menos conocidos. Un santuario que revela la relación de los egipcios con el cosmos. Uno de los templos egipcios más sorprendentes de todos los tiempos.
Abydos: el templo sagrado de Osiris y la lista de reyes
El templo de Abydos dedicado a Osiris es otro de los lugares sagrados que permanecieron ocultos bajo la arena hasta su redescubrimiento. Este templo, construido por Seti I durante la dinastía XIX, es famoso por la “Lista de Reyes de Abydos”, una inscripción que enumera a los faraones de Egipto desde Menes hasta Seti I. Eso sí, excluye algunos de los gobernantes más controvertidos, como Hatshepsut y Akenatón.
El templo de Abydos fue uno de los centros religiosos más importantes de Egipto. Se creía que Osiris, el dios de la muerte y la resurrección, había sido enterrado allí. Su redescubrimiento en el siglo XIX permitió a los arqueólogos acceder a una de las fuentes más importantes sobre la historia dinástica de Egipto. Además de su valor histórico, los relieves finamente tallados y los impresionantes detalles arquitectónicos convierten a Abydos en un lugar donde la espiritualidad y la historia convergen en perfecta armonía. Uno de los templos egipcios que todos deberíamos visitar antes de morir.
Kalabsha: el templo nubio rescatado de las aguas del Nilo
El templo de Kalabsha, originalmente situado en Nubia, fue uno de los monumentos que se vio amenazado por la construcción de la presa de Asuán. Dedicado al dios solar Mandulis, este templo destaca por sus inscripciones y su gran portal de acceso. Con la creación del lago Nasser en la década de 1960, el templo corría el riesgo de quedar sumergido bajo el agua. No fue el único de los templos egipcios que corrió ese riesgo. Es bien conocida la historia de Abu Simbel, por ejemplo.
Gracias a una operación de rescate arqueológico impulsada por la UNESCO, el templo de Kalabsha fue desmontado piedra a piedra y trasladado a un lugar seguro, cerca de Asuán. Como hemos mencionado, sucedió lo mismo con Abu Simbel. No obstante, este último tiene mucha más fama que el templo de Kalabsha. A fin de cuentas, hablamos del gran templo de Ozymandias. Ramsés II sigue teniendo mucho tirón entre los amantes de la Historia. Sea como sea, el esfuerzo permitió preservar uno de los pocos templos egipcios de estilo nubio que quedan en Egipto.