Hace tres años, una serie surcoreana logró lo inesperado: convertirse en un fenómeno global. El juego del calamar, creada por Hwang Dong-hyuk, irrumpió en Netflix como una propuesta aparentemente local que, sin embargo, alcanzó a millones de espectadores en todo el mundo, transformándose en la ficción más vista de la plataforma. Ahora, con el estreno de su segunda temporada, muchos se están preguntando qué inspiró esta trama de supervivencia extrema. Los hechos reales de El juego del calamar esconden una historia tan impactante como la serie misma.
El contexto de una Corea dividida por el sistema laboral
Para entender los hechos reales de El juego del calamar, debemos remontarnos a 2009 en la ciudad surcoreana de Pyenongtaek. Ese año, la fábrica de la multinacional automovilística Ssangyong fue el epicentro de una huelga laboral que marcaría a toda una generación. Casi el 40 % de la plantilla fue despedida en lo que muchos consideraron una medida injusta. Ante esta situación, los trabajadores respondieron con una huelga masiva que se extendió durante meses, desafiando al sistema laboral impuesto por el gobierno conservador de la presidenta Park Geun-hye.
El sistema político de aquel entonces fomentaba una gran flexibilidad en los despidos, lo que precarizó la vida de miles de personas. En especial la población migrante, el eslabón más débil de la cadena. Las manifestaciones laborales no tardaron en convertirse en un movimiento nacional, pero fueron brutalmente reprimidas por la policía. Aquellos hechos reales de El juego del calamar dejaron un impacto imborrable en Hwang Dong-hyuk, quien presenció de cerca cómo la desesperación y los instintos de supervivencia se transformaban en un verdadero juego a vida o muerte.
Los hechos reales de El juego del calamar: la génesis de una idea perturbadora
A raíz de estas experiencias, Hwang comenzó a desarrollar la idea de El juego del calamar. En su versión inicial, la historia estaba concebida como una película y giraba en torno a una organización que explotaba a los más desfavorecidos, manipulando sus vidas a través de juegos infantiles tradicionales. Uno de estos juegos era precisamente “el juego del calamar”, conocido por su violencia y por ser un juego de eliminación en el que solo podía haber un ganador.
El regreso de una de las series más vistas y aclamadas de la televisión | Netflix
Los hechos reales de El juego del calamar están impregnados de las injusticias sociales que el director vio en su propio país. La brutalidad de las huelgas laborales y la indiferencia de los poderosos frente al sufrimiento humano fueron los cimientos de esta trama distópica. Sin embargo, su proyecto se enfrentó a múltiples rechazos. Las productoras consideraban que el guion era “demasiado violento” y “poco realista”. Esta resistencia llevó a Hwang a aparcar la idea durante una década, aunque nunca la abandonó por completo.
Una década de espera y una pandemia como catalizador
Diez años después de concebir el proyecto, en plena crisis de la COVID-19, Hwang Dong-hyuk encontró el momento ideal para retomar su visión. Los hechos reales de El juego del calamar adquirieron una nueva dimensión en un mundo desconcertado por la pandemia y el colapso económico global. En este contexto, la historia de personas que luchan desesperadamente por sobrevivir resonó profundamente en el público.
Fotograma del tráiler oficial de la segunda temporada de la serie coreana | Netflix
Finalmente, el director logró reunir al elenco que deseaba, compuesto por grandes estrellas coreanas como Lee Jung-jae, Oh Young-soo y Lee Byung-hun. Curiosamente, a pesar de los años que pasaron desde que se escribió el guion, El juego del calamar no perdió ni un ápice de su virulencia. Al contrario, su mensaje sobre la lucha de clases y la crueldad de los poderosos se volvió más relevante que nunca.