Cuando Joker debutó en 2019, sorprendió a todo el mundo. El retrato oscuro y crudo de la mente atormentada de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) generó un debate cultural que trascendió el cine. Pero su secuela, Joker: Folie à Deux, se ha topado con un panorama diferente. A pesar de un lanzamiento muy esperado por los espectadores, las cifras iniciales son desalentadoras.
Con un presupuesto colosal de 190 millones de dólares, Joker: Folie à Deux solo ha logrado recaudar 121,1 millones de dólares a nivel global en su primer fin de semana. Una cifra lejana al debut de su predecesora, que alcanzó los 248 millones de dólares. De hecho, se mantiene incluso por debajo de The Flash, uno de los mayores batacazos de la historia de DC que debutó con unos paupérrimos 129 millones. Pero ¿qué ha pasado? ¿Por qué la secuela con Lady Gaga no ha llamado tanto la atención? ¿A qué se debe?
1) Una secuela innecesaria
El gran atractivo de Joker residía en su singularidad. La cinta original fue concebida como una película independiente. Una historia única que ofrecía una interpretación oscura y artística del origen del icónico villano de Gotham. Su éxito fue un fenómeno cultural. Capturó el zeitgeist de un público que buscaba algo diferente de las típicas películas de superhéroes. Sin embargo, el anuncio de una secuela generó dudas desde el principio.
¿Era realmente necesaria una segunda parte? Para muchos, la respuesta es no. Joker: Folie à Deux se enfrentaba a las altas expectativas de una película que parecía haber dicho todo lo que tenía que decir en su primera entrega. Aunque los fans del personaje estaban intrigados por la posibilidad de ver más de este universo, la sensación general era que esta secuela carecía de propósito y añadía poco al legado de la película original. El tiempo ha dado la razón a los escépticos.
2) El formato musical de ‘Joker: Folie à Deux’ no convence al público
Una de las decisiones más arriesgadas de Joker: Folie à Deux fue su cambio de tono al incorporar elementos de musical. Todd Phillips, director de la película, optó por mezclar géneros y transformar la secuela en un musical psicológico, en el que el personaje de Harley Quinn, interpretado por Lady Gaga, desempeña un papel central. Sin embargo, esta apuesta no ha sido bien acogida. Los datos así lo reflejan.
Los musicales son, por naturaleza, muy divisivos. El público general suele ser reticente a aceptar un formato que a menudo se asocia con un tono más ligero. En este caso, contrasta con la brutalidad y la seriedad del universo que presentó Joker hace cinco años. Esta desconexión ha contribuido a que la película no logre atraer a una audiencia masiva. Especialmente, a aquellos que esperaban una continuación en la misma línea del filme original. La mezcla de géneros, en lugar de innovar, parece haber desconcertado a la mayoría.
3) El interés del público ha cambiado desde 2019
El contexto cultural de 2024 no es el mismo que el de 2019, cuando Joker arrasó en taquilla. El mundo ha cambiado significativamente en estos últimos cinco años. Y, con ello, las preferencias del público cinematográfico. La pandemia de COVID-19 y los cambios en la industria del entretenimiento han transformado cómo y qué consume la gente. En un panorama donde las plataformas streaming dominan el mercado, el tipo de cine que atrae a las masas ha evolucionado.
Además, el público parece haber perdido parte del interés por las películas centradas en antihéroes, un fenómeno que era más popular en la década pasada. El debut de The Flash, por ejemplo, no fue lo que se esperaba, y Joker: Folie à Deux ha seguido esa misma tendencia. El interés en personajes oscuros y tramas psicológicas parece haber disminuido. Desde luego, esta secuela no ha logrado captar la atención de un público más enfocado en entretenimiento ligero o experiencias más innovadoras.
4) Las malas críticas y el ‘boca a boca’ negativo
Una de las grandes desventajas de Joker: Folie à Deux ha sido el impacto de las primeras críticas y el ‘boca a boca’. Si bien Joker generó controversia, la crítica general fue positiva. Elogió tanto la interpretación de Joaquin Phoenix como el enfoque cinematográfico. No obstante, la secuela ha recibido críticas mixtas desde el principio.
El consenso general es que la película no está a la altura de las expectativas, y eso ha generado una espiral descendente. Las redes sociales, un motor crucial para el éxito de películas modernas, han sido implacables. En lugar de generar conversación y entusiasmo, la película ha sido objeto de críticas constantes y ha afectado su rendimiento en taquilla. El ‘boca a boca’ negativo ha frenado a potenciales espectadores que, de otra manera, podrían haber acudido a las salas de cine.