La trágica historia de Malva Marina Reyes: el lado oscuro de Pablo Neruda

Malva Marina Reyes, hija de Pablo Neruda, falleció con tan solo ocho años y habiendo sido abandonada por su padre

Malva Marina Reyes, la hija de Pablo Neruda que falleció con tan solo 8 años.

Pablo Neruda, el icónico poeta chileno, es recordado por su inmenso legado literario y por haber escrito algunos de los versos más hermosos de la poesía universal.

Sin embargo, hay un episodio en su vida que contrasta con la sensibilidad de sus escritos: la historia de su hija, Malva Marina Reyes, quien fue abandonada por su propio padre y condenada a una existencia llena de sufrimiento y olvido.

Una niñez marcada por el rechazo

Malva Marina Reyes nació en 1934, fruto del matrimonio de Neruda con la neerlandesa María Antonieta Hagenaar Vogelzang. Desde su nacimiento, la pequeña enfrentó un destino cruel: padecía hidrocefalia, una condición neurológica caracterizada por la acumulación excesiva de líquido en el cerebro, que deformó su fisonomía y dificultó su desarrollo.

La reacción de Neruda ante la discapacidad de su hija fue devastadora. En lugar de brindarle amor y apoyo, la rechazó, distanciándose tanto de ella como de su esposa. En sus cartas y escritos personales, el poeta llegó a referirse a su propia hija con apodos despectivos como “Punto y coma”, haciendo alusión a la desproporción de su cuerpo, “Vampiresa de tres kilos” y “Ser ridículo”. Estos apelativos reflejan el desprecio con el que la trató, a pesar de su imagen pública de hombre sensible y comprometido con la humanidad.

Un retrato del poeta Pablo Neruda junto a su esposa Maruca de Reyes.
Un retrato del poeta Pablo Neruda junto a su esposa Maruca de Reyes.

El abandono y la indiferencia

A medida que el estado de salud de Malva se volvía más evidente, Neruda se alejó cada vez más. Abandonó tanto a su hija como a su esposa, María Antonieta, para iniciar una relación con la argentina Delia del Carril, conocida como “La Hormiguita”. La pequeña Malva y su madre quedaron en una situación precaria, sobreviviendo en condiciones de indigencia mientras el poeta consolidaba su prestigiosa carrera.

Neruda nunca mencionó a su hija en sus memorias ni le dedicó un solo poema, a pesar de que su obra estaba impregnada de reflexiones sobre el amor y la compasión. El contraste entre su imagen de poeta humanista y su indiferencia hacia Malva resulta estremecedor. Un caso particular de esta hipocresía se puede ver en su poema “Canto a las madres de los milicianos muertos”, donde expresa un afecto por la infancia que no se reflejó en su propia vida.

Una muerte en el olvido

Malva Marina Reyes falleció el 2 de marzo de 1943 en la ciudad de Gouda, Países Bajos, con tan solo ocho años. Su corta vida estuvo marcada por la enfermedad, la pobreza y la ausencia de su padre. Su madre, desesperada, notificó al consulado de Chile en La Haya sobre la muerte de la niña e intentó contactar a Neruda, esperando al menos una reacción de duelo o un gesto de humanidad. Sin embargo, el poeta guardó un silencio absoluto y no asistó al funeral de su hija.

Malva fue enterrada en un pequeño cementerio en Gouda, lejos de Chile y del mar, donde crece la flor de la Malva Marina, la planta que inspiró su nombre. La ironía de su destino es dolorosa: mientras Neruda era celebrado internacionalmente y ganando un nobel, su propia hija moría en el abandono y la indigencia.

Malva, la hija abandonada de Pablo Neruda.
Malva, la hija abandonada de Pablo Neruda.

Un legado manchado por el abandono

La historia de Malva Marina Reyes no solo revela una faceta oscura de Pablo Neruda. También pone en evidencia las contradicciones entre su obra y su vida personal. Mientras el mundo lo celebra como un poeta del amor y la justicia, el abandono de su hija queda como una sombra imborrable. Hoy, la historia de Malva se rescata por aquellos que buscan recordar la verdad detrás del mito. Dándole voz a una niña que quedó en el olvido.

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