En un mercado literario saturado de fórmulas repetidas y universos reciclados, la saga Neimhaim, escrita por Aranzazu Serrano Lorenzo, emerge como una rara avis. Una obra monumental de fantasía épica que, sin el reconocimiento internacional que merece, se alza con la ambición y la potencia narrativa de títulos como God of War.
Mientras Kratos arrasa con la mitología nórdica en las consolas, Neimhaim lo hace desde las páginas. Teje una cosmogonía propia que bebe de las raíces del norte de Europa, pero las reinventa con una voz inconfundible.
Neimhaim: un mundo que se siente vivo
La saga Neimhaim no es una simple recreación de mundos fantásticos, sino la construcción minuciosa de una civilización. Los clanes Djendel y Kranyal, enfrentados durante generaciones, son forzados a la alianza para sobrevivir a una amenaza superior.
De esa tensión fundacional nacen los protagonistas, Ailsa y Saghan, herederos del hielo y la tormenta. Ellos están destinados no solo a unificar a su pueblo, sino también a enfrentarse a un destino que trasciende lo humano. Cada rincón de Neimhaim respira historia, conflicto, espiritualidad y sangre.

A diferencia de otras obras que se amparan en la evasión, Neimhaim es una saga de confrontación: de los personajes consigo mismos, con su pasado, con su deber y con los dioses. Aranzazu Serrano Lorenzo escribe con la ambición de quien no teme al dolor, al sacrificio o a la redención.
En este sentido, esta saga de fantasía está mucho más cerca del tono existencial y crudo de God of War que de la épica luminosa de Tolkien. Aunque su mayor influencia, confesada por la autora, ha sido Dune, de Frank Herbert. Sea como sea, hay aquí una valentía narrativa que se manifiesta en cada decisión que toman sus protagonistas, siempre marcados por la pérdida y la responsabilidad.
Tres libros publicados… y un desenlace en el horizonte
Hasta la fecha, Neimhaim cuenta con tres títulos publicados:
- Los hijos de la nieve y la tormenta
- El azor y los cuervos
- La loba blanca
La tetralogía se cerrará próximamente con un cuarto volumen aún sin fecha ni título definitivos. Esta progresión no solo amplía el universo, sino que lo densifica. Con cada entrega, Serrano Lorenzo profundiza en las estructuras religiosas, las traiciones políticas, las tensiones entre tradición y progreso, y las heridas que deja el amor en tiempos de guerra.
La influencia de la mitología y el feminismo narrativo
La gran pregunta que surge al sumergirse en las páginas de Neimhaim es por qué no ha alcanzado aún la fama que merece. La respuesta, quizá, esté en su propia naturaleza. Es una saga exigente, con una prosa cuidada. Y con un mundo que no se entrega de inmediato al lector. Requiere tiempo, atención y sensibilidad. No busca el efectismo inmediato, sino el impacto duradero.
Pero, una vez dentro, Neimhaim no suelta. Su fuerza emocional, su capacidad para crear vínculos con los personajes y la profundidad de su mitología hacen que cada capítulo se sienta como un acto de revelación.

Otro de los grandes logros de Neimhaim es su modo de dialogar con la mitología sin subordinarse a ella. Serrano Lorenzo no copia ni adapta: transforma. Sus dioses no son entidades decorativas, sino motores del conflicto. Sus clanes no son clichés, sino estructuras sociales con matices, dilemas y contradicciones.
Además, Neimhaim es una saga que ofrece una mirada feminista sin estridencias, a través de personajes femeninos complejos, poderosos y profundamente humanos. Ailsa, en particular, encarna esta fuerza transformadora que desafía los arquetipos del género.