Además del estreno de John Krasinski, Belén Rueda protagoniza un intenso drama en Caída libre y Jaime Lorente hace lo propio en Disco, Ibiza, Locomía. Pero hay tres películas con mujeres protagonistas que hoy merecen ser reseñadas en Artículo14.
Calladita
Esta sátira española con una mujer colombiana como protagonista y ambientada en la Costa Brava es la película clave de la semana. Un retrato crítico y satírico sobre la burguesía catalana bajo el punto de vista de las trabajadoras del hogar, que, para sorpresa de nadie, son mujeres, inmigrantes y precarizadas.
Ana, recién llegada de Colombia, es la empleada doméstica de una mansión donde veranea una familia relacionada con el mercado del arte. La joven trabaja sin contrato bajo la promesa de conseguir condiciones dignas en un futuro, pero a través de Gisela, la asistenta de la casa de al lado, descubrirá que las cosas no funcionan de la forma en que se las han contado, y aprenderá a divertirse un poco más en la Costa Brava.
Víctima imperfecta
La directora de cine belga de ascendencia canadiense Delphine Girard debuta con la inquietante Víctima imperfecta, una historia en la que se aborda el abuso sexual desde una perspectiva diferente que cuestiona la justicia y la respuesta social a través de una mirada que recae sobre el comportamiento que se espera de una persona que ha sido agredida.
Con un comienzo trepidante –que es el corto Una hermana con el que la belga estuvo nominada al Óscar–, Víctima imperfecta sigue a Aly (Selma Alaoui) que, tras una noche de fiesta, sufre una agresión de Dary (Guillaume Duhesme). Al intervenir la policía ella pone una denuncia, pero prefiere hacer su propio duelo, que consiste básicamente en tratar de olvidar.
Un sol radiant
Imaginativo retrato coming of age, sencillo y poético, que expresa la crisis de futuro de la juventud contemporánea. Su protagonista es Laia Artigas (Mila), que protagonizó Estiu, 1993, de Carla Simón, y que, aunque ha crecido, sigue siendo parca en palabras y continúa aterrada por el miedo a hacerse mayor. También le toca lidiar, como en su debut, con un conflicto maternofilial: su resignada madre (Núria Prims) intenta organizar una fiesta del fin del mundo en la masía en la que se han refugiado.
La fiesta se convierte en el retrato de una juventud asfixiada por los acontecimientos a la que solo salva, como en el cine de Simón, la unión familiar e intergeneracional. Mientras Mila lucha por comprender la complejidad de la muerte, también intenta mantener unida a su familia celebrando una fiesta que tiene lugar el último día de vida en la tierra. Así, esta ópera prima, proyecto ganador del D’A Film Lab 2022, se convierte en un reverso sereno, luminoso y eminentemente femenino de la Melancolía de Lars von Trier o el 4:44 de Abel Ferrara, mirando a los ojos al apocalipsis con el inconformismo esperanzado de un alma joven que se niega a desaparecer