El Museo del Louvre, hogar de la icónica Mona Lisa y uno de los símbolos culturales más reconocidos de Francia, se enfrenta a una crisis sin precedentes. Laurence des Cars, la primera mujer en dirigir esta institución en sus 230 años de historia, ha hecho un llamamiento urgente para salvar este patrimonio histórico. En un memorando confidencial dirigido al presidente Emmanuel Macron y filtrado a la prensa, des Cars describe un panorama sombrío: un edificio en deterioro, problemas estructurales graves y una experiencia insatisfactoria para los visitantes.
El Museo del Louvre, que recibe anualmente a más de ocho millones de visitantes, lucha por mantenerse al día con las demandas modernas. En su informe, Laurence des Cars denuncia que el emblemático edificio de la ribera del Sena, con 403 salas y casi tres kilómetros de fachada, se encuentra en un estado alarmante de obsolescencia. Desde muros en descomposición hasta problemas de humedad que amenazan las obras de arte, el deterioro estructural es plausible.
Incluso la moderna pirámide de cristal, diseñada por I.M. Pei en 1989 y concebida para mejorar la experiencia de los visitantes, ha sido señalada como “desfasada estructuralmente”. Des Cars critica que esta entrada, diseñada para gestionar un flujo de cuatro millones de visitantes anuales, no puede manejar los números actuales. Además, describe el espacio subterráneo como ruidoso y con temperaturas sofocantes, lo que dificulta disfrutar del arte.
Una estructura histórica al borde del colapso
Laurence des Cars no solo se centra en los problemas estructurales, sino también en las dificultades que enfrentan los visitantes. Según la directora, recorrer el Museo del Louvre se ha convertido en una “odisea física”. La señalización insuficiente dificulta encontrar obras específicas. Por otro lado, la falta de áreas de descanso, servicios sanitarios adecuados y opciones de comida exacerban los problemas.
El caos se intensifica en la sala donde se encuentra la Mona Lisa, una obra que atrae a más del 70% de los visitantes, en su mayoría extranjeros. La pintura de Leonardo da Vinci, actualmente exhibida en una pared junto a otras obras renacentistas, genera una multitud constante que dificulta apreciar su significado artístico. Des Cars propone que la Mona Lisa tenga su propia sala para ofrecer una experiencia más enriquecedora y contextualizada.
Un plan ambicioso para revitalizar el Louvre
Desde que asumió el cargo en 2021, Laurence des Cars ha impulsado una serie de reformas para modernizar el Museo del Louvre y hacerlo más accesible para un público diverso y joven. Su objetivo es “cambiar el centro de gravedad” del museo, alejándolo de su imagen de espacio elitista y atrayendo a nuevos segmentos de visitantes. Para ello, la directora ha iniciado proyectos innovadores, como la primera exposición del Louvre dedicada a la moda, que recorre la evolución del diseño desde la Edad Media hasta Chanel, Dior y Givenchy.
Des Cars también mira hacia el exitoso modelo de la filial del Louvre en Abu Dabi, que combina innovación con tradición, como una posible inspiración para revitalizar la sede parisina. Sin embargo, reconoce que alcanzar sus objetivos requiere una inversión significativa.
El Louvre tiene un presupuesto anual de 270 millones de euros. La mitad de ellos provienen de subvenciones estatales. Sin embargo, el memorando de des Cars evidencia que esta cantidad es insuficiente para abordar los problemas estructurales y mejorar la experiencia del visitante. La directora pide un aumento de los fondos públicos. Una reclamación que encuentra serios obstáculos en el contexto de la intención del gobierno francés de reducir el gasto público.
La petición de Des Cars se produce en un momento en que otras instituciones culturales también están luchando por mantener su financiamiento. A pesar de esto, el presidente Macron ha mostrado interés en abordar las preocupaciones de la directora. Sin embargo, aún no se han anunciado medidas concretas.